Siendo niño vi un documental en Venevisión llamado Hercólubus o algo así. Se trataba de un planeta gigante que se dirigía hacia la tierra. Una típica narración del fin del mundo. Mientras escribo esto pienso en el crimen de exponer un documental conspiranoico. Pero de eso no vine a hablar sino de mi primera experiencia al ser contaminado con el virus del miedo tras ver aquella historia sobre el inminente colapso de nuestra civilización. “Madre ¿cuándo es el fin del mundo?”, dije. Ella respondió con la absoluta certeza de quien ha reflexionado sobre el asunto: “El mundo se acaba para el que se muere”.
Todo esto lo comento por aquello de que vivimos días apocalípticos, y no por reveladores sino por la más burda consideración en torno al “fin” y la repetición de los mismos parlantes de aquel documental pero en sus nuevas y más sofisticadas formas. Pensaba, además: una buena forma de vivir el fin del mundo es leyendo poesía. Al mismo tiempo la idea: cierto mundo se está derrumbando ante nosotros. Y recordé a mi madre con aquello de El mundo se acaba para el que se muere, y como bien sabemos hay cosas que vuelven para calmar la angustia o para volver a pensarla y transformarla en otra cosa.
El fin del mundo, el fin de algo, de un orden, de una vida, de un sistema, no es una idea nueva. De algún modo siempre estamos viviendo el fin del mundo. El de hoy tiene diversas formas: corralitos financieros globales, III Guerra Mundial (¿?), ChatGPT (en sus múltiples digievoluciones), tres mil millones de dólares evaporados… así podríamos seguir enumerando hasta siempre y desde niño y hasta ahora una sola cosa ha calmado ese miedo: la dignidad de encontrarme en las palabras. La dignidad de encontrarme en las palabras de mi madre respondiéndole a ese yo que no dejaba de hacer preguntas. La dignidad de encontrarme en las palabras de otros, que, al decir del budismo, sienten y sufren, padecen igual que yo y aquí también cabe un cachito cristiano que los poetas conocemos muy bien: no solo de pan ni de Internet se vive. Porque eso es lo bueno de ser un escritor, una escritora tercermundista, veneca: seguimos escribiendo bajo todas las condiciones, no tenemos que preocuparnos por demasiadas cosas, sabemos que ya el fracaso está en nosotros, no nos preocupamos por ChatGPT, por ejemplo, o por derechos de autor. No somos leídos ni vendemos obra ni nada de ese coso mercantil y literario. Nosotros escribimos por un nosequé repleto de masoquismo escapista neurótico-precarizado. Si la poesía hecha en el caos, lejos de cualquier privilegio no es la mejor poesía entonces no sé qué lo sea.
Hoy, 21 de marzo de 2023, en el Día Mundial de la Poesía, de la Común Presencia, en MenteKupa les traemos a estas 28 poetas venezolanas, textos que han aparecido desde el nacimiento de nuestro proyecto editorial; todas responden a nuestro criterio de publicación de poesía: selecciones de libros ya publicados con el propósito de reflotar aquellos poemarios o textos que han pasado por debajo de la mesa y creemos necesario traerlos de su lugar (digital o físico) para ponerlos en diálogo con el presente y seguir respondiendo algunas preguntas ante la que se encuentra todo proceso editorial: ¿Qué es pertinente? ¿Cómo presentarlo? ¿Quién falta? Preguntas que se responden con más preguntas, como suele ser el mejor método para la poesía, creación para refugiarnos en la dignidad de la palabra, la única herramienta de las y los poetas, que, como el meme, siempre nos responden ante cada manojo de textos: no es mucho, pero es trabajo honesto, porque si de algo estamos seguras, es que estas manos no mienten, no roban, programan a Frankenstein o pulsan el botón del bombardeo. Estas manos crean.
Miguel Antonio Guevara
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Adrián Arias Pomontty
Alejandro Indriago
Alirio Contreras
Angélica Guevara
Aquarela del Sol Padilla
Astrid Salazar
Cristina Gálvez Martos
Dannybal Reyes
Ennio Tucci
Giordana García Sojo
Jennifer Gugliotta Guedez
Joan Manuel García
Jorge Morales Corona
Katherine Castrillo
Leonardo Alezones Lau
Luis José Glod
Luis Ángel Barreto
Luis Manuel Pimentel
Marcelo Seguel Bon
Mariajosé Escobar
Marvella Correa
Milagro Meleán
Norys Saavedra
Oswaldo Flores Cumarín
Raday Ojeda
Verónica Vidal
Vielsi Arias Peraza
Yuri Patiño
Saludos , lo que esté vinculado al universo poético ,,,,,,,,,es digno de estar presente cuando hemos tomado la poesía ,como un hecho enigmáticamente almático,,,,,como una manera de vivir , abiertamente dado a la lectura y escritura ,,,,,,,