Discurso de Miguel Antonio Guevara al recibir el VIII Premio Internacional de Ensayo Mariano Picón Salas
Estimadxs señorxs de la Ciudad Letrada, del campo cultural y literario.
Estimadxs lectorxs, única instancia válida aquí y allá.
Reciban mi cordial saludo.
En algún momento del largo siglo XX, Pierre Bourdieu, el aún pope de la sociología, sentenció:
—No podemos dejar a la información en manos de los periodistas.
Lo decía de acuerdo a los grandes problemas de su tiempo. Nos toca, de alguna manera, redimensionar su idea. No a modo de formulación pedagógica sino codificar una suerte de maquinita para pensar. Por ejemplo ¿Qué pasaría si modificáramos de forma leve esta frase? Digamos:
—No podemos dejar a la información en manos del algoritmo. De los algoritmos.
*
Llegó tarde junto con otro grupo de personas, pasaron algunos minutos antes de que los dejaran entrar a la sala. Tras la interrupción de la turba y el cierre de puertas del recinto, el hombre que hablaba prosiguió su disertación… —¿Hacia dónde estamos desplazándonos? Puede que todos nuestros esfuerzos e inversiones se vayan a la nada si mañana sucediera El Gran Apagón… Nuestro planteamiento asegura el devenir humano —tras una pausa y una mirada escrutadora y paciente hacia el público, prosiguió—. Pensar más allá de la carne nos obliga a ser mejores y profundizar en ese misterio, por ejemplo: ¿la transhumanidad acabará con el racismo?, porque en el momento en que nos convirtamos en dioses hablar “de hecho a imagen y semejanza” tendrá otro significado; ¿acaso acabaremos de una vez por todas con esas dicotomías a las cuáles nos somete el régimen de la carne? Podría enumerar mil cosas, pero mi idea es la misma, aunque parezca que me pierdo. Puede que no se amolde a nuestra realidad, pero la verdad es que lo humano sigue siendo nuestro motivo para ir más allá de lo humano, solo recordándome esto puedo anhelar y tener la energía suficiente para apostar a lo que vendrá como un vástago del destino, como una obra de nuestras manos todavía humanas. Las máquinas tendrán la posibilidad de concretar la meta cuando entiendan lo más inútil del régimen de la carne: los vicios, el deseo erótico, la locura por el poder y lo más importante: el aburrimiento. Solo este, fuego que alienta a las multitudes, será el don de nuestra racionalidad transhumana y puede que esté diciendo más de lo que deba, pero ustedes saben que estamos lejos de tener, aún compartiendo ideas, perspectivas unificadas en cuanto al importante proyecto que nos convoca: la inmortalidad.
“¿En dónde reside la inteligencia y la creatividad sino en los hombres superiores?”; acaba de comenzar la reunión y su correspondiente leitmotiv en formato coaching: “…la inteligencia y la creatividad como un asunto de los hombres superiores”, el mantra del prosélito corporativo travestido en científico.
—No hay frontera para la mente superior, sobre todo para la que toma los mejores atajos llegando incluso a donde no nos hemos propuesto llegar. Eso es lo que debemos lograr con el prototipo: que resuelva problemas por sí mismo, más allá de su programación algorítmica debe resolver creativamente el laberinto. ¿Qué hay del desarrollo heurístico que propusimos?, no se parece siquiera a un 10% de lo que buscamos, la singularidad no puede salir de informes o propuestas sino de la serendipia de los genios y para eso están ustedes aquí. No puedo hacerlo todo yo solo. ¿Que si podría ser más específico, proponer algún tipo de ejercicio o recurso pragmático?, ¿existe tal cosa?, a veces prefiero convivir solo con las máquinas, lástima que todavía falte tiempo, creo que debo destajar el hilo rojo ahora mismo, declarar la guerra a quien no viva en El Valle de Silicio… la guerra de los genios, vaya qué solución a todos nuestros problemas. No más excusas ni revoluciones solares ni nada de eso, quiero un Júpiter ansioso por instalar mi consciencia en un cuerpo inmortal que no sea capaz de preguntarse la naturaleza de su existencia porque siempre lo ha sabido: la excelencia.
—¿Señor, disculpe, podemos continuar?
—Sí, podemos continuar, por favor pongan un poco de música. Traigan papel y lápiz para todos.
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Veamos aquella sentencia de Bourdieu, digamos, como un cover, versión, como leitmotiv, ese “no podemos dejar a la información en manos de los algoritmos” podría tener sus versiones:
—No podemos dejar nuestra subjetividad, nuestra voluntad, en manos de un programa informático.
Pero hay un problema. La única herramienta con la que podemos contrarrestar a la racionalidad imperante se llama pensamiento crítico. Y dicho pensamiento es solo posible gracias a las humanidades y a las ciencias sociales.
El efectismo que acompaña a esta declaración no es la única inspiración que podría acompañarnos. No solo hay interpretaciones Nietzsche, dixit, también hay hechos: hay una cruzada y nosotros somos las víctimas. Lxs víctimxs:
Hay una cruzada de la racionalidad tecnológica por borrar todo rastro de las humanidades, de las ciencias sociales. Hoy en cada rincón del mundo se cierran, programas, facultades.
La universidad, las universidades están bajo asedio. Están siendo bombardeadas por igual vía gobiernos y corporaciones. Progresivamente hemos visto cómo se planifica El Gran Apagón de nuestra subjetividad. Y además cómo…
El pensamiento crítico es una especie en peligro de extinción.
Adiós al latín al griego, al pensamiento salvaje y su potencial hermenéutico en nuestros departamentos de sociología, filosofía, historia, geografía, latinx studies, spanish & portuguese and romance languages.
Adiós a las armas, diría el poeta.
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Internet en nuestras manos es como una honda. Una tecnología premoderna, incipiente, inmadura, se presta más para confundir que para dejar claro. Con respecto a su promesa: está en una fase aún germinal, oscurantista. Imaginemos que logramos registrar, encontrar bases de datos de toda la información que hemos producido y producimos; sin embargo, aún no sabemos cómo ordenarla o qué hacer con ella… bueno, eso es Internet, esa es su circunstancia histórica en el presente.
Para entender al otro es necesario escucharle: estoicamente. Es una rareza cuando ocurre. Quien escucha puede desarmar cualquier tristeza. Es inevitable. Me gustaría poder saber cómo algunos llegamos a ese nivel de enajenación llamado sordera. Es bueno recordar: hay que conocer al otro de verdad, escuchándole.
Las generaciones que hemos crecido con la llegada de Internet no conocemos su fase a mediano plazo o su madurez, es apenas un esbozo lo que divisamos, es básico: será una decisión nuestra el que llegue a ser lo que anhelamos, aún sigue expropiada, minimizada: una herramienta de distracción o control; no hemos sido lo suficientemente hábiles para administrar su poder, hemos construido apenas una versión vergonzosa. Puede que esto no tenga nada que ver con la conferencia en cuestión, aunque actualmente, no es así, solo “parece” que no tiene que ver, la potencialidad de Internet está en declive. Ha sido estereotipado como otras herramientas extraordinarias de la imaginación, como el arte o la política ha sido destrozado sin haber sido cielo todavía.
Para llegar a ese lugar, debe convertirse en un interés. Es un trabajo, si uno trabaja se da cuenta de donde vienen las retribuciones, producto del esfuerzo, de ese tipo de esclavitud del presente, cuando alguien nos dice: “yo trabajo”, significa que mientras se trabaja no pierde el foco. Es necesario el trabajo para no perderse.
Nos parecemos a ese pueblo en el que nunca ha habido motos. A falta de pericia motorizada comienzan a crecer las estadísticas de accidentes, un día son lisiados, otros muertos, cientos durante una temporada hasta las considerables bajas de siniestros en la medida en que la “cultura motorizada” se instala y se aprende. Bueno, así es Internet en este pueblo, esta aldea global, como diría McLuhan. Los siniestros ocurren justo ahora: fake news, espionaje masivo, muerte digital, exilio, baneo, censura, y lo que es peor: lisiados y muertos hasta que pase la temporada de aprendizaje, si es que alcanzamos a llegar a ese estado. Obviamente aquí me toca decir que todo lo que diga no es más que un Gran Pie de Página a McLuhan. McLuhanismo tardío.
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Pequeño inciso crítico:
Si hacemos ensayo es porque hacemos crítica. Y si hacemos crítica, se propone, desde luego, una práctica:
¿Y ahora qué?, es la pregunta que ronda en la cabeza como instrumento resonante.
Han quedado tras intuiciones, aspectos que se desarrollarán a continuación:
a) Aclaración crítica y además un b) Bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual.
Más que una promesa es una certeza de que hasta aquí llega la prosa trunca, el gagueo hermenéutico: para dar lugar a una nueva reelaboración de esta cápsula del tiempo crítico.
a) Aclaración crítica. Aforística
Todo texto es una crítica o todo texto es crítica. La crítica es más una pregunta bien hecha que mal respondida.
- Interpretar oralmente la realidad también es un “tipo” de crítica.
- En la poesía y la narrativa, la dramaturgia o el guion cinematográfico también hay crítica (en el meme, el y la youtuber, las stories, el newsletter y un largo etcétera). No solo forma parte del ensayo como género.
- Tal vez la diferencia sustancial de la crítica está en las “críticas” (política, filosófica, literaria, sociológica).
- Se habla de “crítica” y “críticas”; ¿de qué se trata una y la otra?, ¿una entidad que juzga y un sujeto encargado de hacer juicio?
- ¿Qué no es “crítica”?
- ¿Qué no es “crítico”?
- ¿Todo juicio es crítica, toda crítica un juicio o ninguna de las dos?
- ¿Un documento jurídico es crítico, o más bien las propuestas de transformación de un instrumento jurídico es un texto crítico?
- ¿Y los documentos religiosos? ¿No comenzó la crítica en la hermenéutica de los textos “sagrados”?
Crítica clásica: hermenéutica sobre vísceras de animales, el cielo, el cuerpo humano y textos sagrados incipientes. Crítica medieval: más hermenéutica sobre textos sagrados. Crítica moderna: qué vale o no vale la pena, qué es y no es arte de “verdad”, nacimiento del sujeto (crítico) y del objeto (material cultural a ser criticado con cierta distancia). Crítica posmoderna: todo es arte y no todo es arte o todo es político o puede serlo. Crítica contemporánea: publicidad, mercadeo, networking, mala fe, oficio de gente mudable (O. Araujo).
Crítica: instrumento pedagógico, instrumento moral; símbolo vivo que opera sobre nuestras dimensiones humanas (espirituales, psicológicas, sociales).
La forma del texto es importante porque la crítica es también estética en tanto ejecución (Jean Luc Nancy escribe Archivida, un texto filosófico sobre la elaboración de la vida en verso).
A estas alturas no tiene mucho sentido preguntárselo porque ya hemos avanzado lo suficiente, pero no sé si vale la pena conceptualizar sobre la crítica sino más bien hacer crítica sobre temas, sobre obras, política, etc., casi como siempre se ha hecho.
Puede que además sea seleccionar obras significativas, o que hayan pasado por debajo de la mesa, “escoger objetos culturales, autores y periodos” y desarrollar crítica a partir de ello, para así construir un nuevo canon, o el canon alterno, del íter, el de la ciclovía.
El que nos salvará de la codificación algorítmica.
¿La tarea crítica sería una valoración de lo que se ha hecho al calor de estos tiempos, o el cuestionamiento de los supuestos establecidos, o la valoración sobre este tiempo; por ejemplo, para qué sirve la literatura, la crítica ante el colapso civilizatorio, o todas las anteriores?
Sea en Las ranas de Aristófanes, la comparación entre el presente y el pasado de Ibn Jaldún, o en la más reciente crítica a la materialidad artística en Benjamin, o en los atisbos barrocos de La expresión americana en Lezama, e incluso La muerte de la tragedia de Steiner, hay en cada documento y tradición correspondiente un asomo de crítica.
Y lo que es más importante: de deconstrucción de este tiempo.
La crítica, como hemos dicho, está presente en casi todo. El canadiense Northrop Frye diría que desde La Biblia se acompañan los mitos y el discurso a la civilización de Occidente; sin embargo, ya en el Pensamiento Latinoamericano (ver el punto siguiente) entendemos que lo conocido hoy como “crítica” ha estado presente en todas las culturas. Desde Alá explicando el por qué los animales que matan injustamente serán juzgados, hasta lo más hermético de las enseñanzas cabalísticas. Hay valoraciones de lo de afuera, lo exotérico, y lo de adentro, esotérico. Qué vale, qué no vale, qué sirve, qué no, qué responde o no responde al contexto, cuestiona o no el estado de las cosas, qué da o no da ideas para cambiar lo dado. Así va y viene el discurso, los aparatos, las motivaciones críticas.
“Antes, los mapas se conformaban con monstruos y dragones”, dice Alfonso Reyes en la Última Tule. A propósito de la cartografía previa a la anexión de América a Occidente, vale la pena preguntarse:
¿Qué o quiénes son los dragones y monstruos de los mapas ontológicos actuales?
b) Bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual
4 posibles formas de verlo
Un bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual debiera tener al menos dos elementos: campo y actores. Entendiendo por campo el lugar donde se desarrolla la literatura y por actores quienes se desplazan o hacen vida en el campo o campos en cuestión.
Y a su vez ese campo y esos actores tienen una genealogía, escenario o caracterización que boceteo así:
- Frankenstein o muerto vivo.
Cuando hablo de esto me refiero a cómo fue el campo literario venezolano en algún momento, sería el detritus que llegó del siglo XX al naciente siglo XXI. Se trata de un campo cultural literario que necesita de la valoración y la legitimación institucional para construir su canon. Sin embargo, la conformación de este nuevo canon se topó con un fenómeno importante: Internet y redes sociales, generando así una ruptura con los modos de legitimación. Los autores, editoriales, colectivos, movimientos, fundaciones, instituciones y otros actores del campo literario, buscaron su legitimación a través de los nuevos espacios y las nuevas tecnologías, sin embargo con un pie en lo institucional, en el muerto vivo. Quizá por nostalgia. Al día de hoy todavía existen rémoras. Caso particular la discusión sobre el Rómulo Gallegos o la existencia en general de los premios literarios, tanto estatales como de iniciativas privadas o particulares. Todavía hay una tarea a realizar de este período (¿?), la valoración de lo publicado por el Estado y las iniciativas privadas y particulares, con el propósito de separar el grano y así distinguir entre literatura y guerra política (el fuego cruzado de las narrativas aún en vigencia) con fines éticos, estéticos y políticos.
- Sobre los lugares de enunciación o de legitimación.
Este refiere al debate sobre el libro electrónico, los blogs, y todo el ecosistema digital. En el caso venezolano no responde solo a la realidad globalizada, sino también a la crisis económica y política. Hay autores que nacieron dentro del campo digital que probaron luego con infiltrarse en el campo tradicional y viceversa. Esta discusión ya es vieja, es decir, si lo digital vale más que lo físico o si realmente hay literatura digital o si lo que está en la web puede considerarse literatura. Aunque se trata de una discusión interesante, ya forma parte del pasado. Eso no quiere decir que no existan de la misma manera que en el punto 1, el Frankenstein, el cuerpo vivo, un resquicio de autores que todavía pretenden publicar en físico y ser legitimados por esas formas. Más por nostalgia y capital simbólico que otra cosa, puede que también se deba a un asunto generacional (¿?), mientras ciertas burbujas de coetáneos prefieren los nichos digitales.
- Lo transversal: nuevos espacios, comunidades de sentido, toda la nueva ecología o ecosistema literario.
Aquí tal vez es donde se está manifestando la cultura literaria venezolana actual, atravesando las problemáticas anteriores y la siguiente. Blogs, páginas y revistas web, autopublicaciones, redes sociales, editoriales alternativas y un sinfín de actores de estos espacios, tanto dentro del país como fuera de él. Cobrando mayor fuerza estos últimos años, y consolidándose en tiempos de pandemia por razones obvias.
- La literatura venezolana actual como espacio de tolerancia.
Si los puntos anteriores son un boceto, este es un boceto del boceto. En la suerte de antologías que podemos ver en redes sociales, blogs y otros espacios web, podemos comprobar que hay la convivencia de escritoras y escritores de distintas posturas y planteamientos políticos y discursivos. Pareciera que la literatura o el campo literario y cultural venezolano es una zona de tolerancia fuera de la llamada “polarización”, aunque de vez en cuando se cuele un debate propio de los tiempos del Frankenstein o del muerto vivo.
Como hemos visto, estos 4 elementos del campo literario venezolano actual se atraviesan, más que corresponder a una suerte de genealogía temporal, aunque se da en algunos casos, más bien se trata de varios fenómenos que se entrecruzan, en medio de esto se reúnen no solo los sujetos provenientes de los campos literarios tradicionales, sino también aquellos que se han formado al margen, dando lugar a un nuevo campo o campos susceptibles a operaciones críticas.
Corolario interno
Aunque lo experimental y fragmentario sea el lenguaje de este tiempo, si se precisa comunicar los ejercicios críticos a públicos más amplios, es decir, más allá del campo literario, sociológico o filosófico, es preciso recurrir a ciertas formas más claras o menos herméticas, o quizás con menos vuelos lúdicos.
Es por esta razón que lo experimental es más bien o ha sido la introducción al proyecto (premiado) It´s A Selfie World.
El Mundo Selfie es una suerte de Postal. Son Postales Distópicas, definidas de antemano como un monstruoso apunte, zurciéndose en un devenir más claro o sencillo que rendirá cuenta en los ejercicios por venir.
Porque esto que se lee sigue siendo la caída, aquello que se elabora en su trayectoria azarosa sin dejar de convocar al silencio, que en el lenguaje es posible solo en un remanso de asunto por asunto, o del uno por uno que nos permite pasar revista por lo que se vive o aspira. No se resuelve, desde luego, en el 1 más 1 algorítmico]
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Para que haya entendimiento hay que conocer el relato, la historia del otro. ¿Qué hacer cuando el relato del otro es débil, no nos atrapa y amenaza con destruir nuestra concentración?
La respuesta está en la mirada.
La mirada es poderosa.
Tan poderosa como educar la escucha es educar la forma de mirar.
Esta puede ser una manera en que entendamos a ese otro del que hablo.
Un proyecto personal de liberación debiera tener esto presente, escucharnos y escuchar al otro.
Es “normal” que el relato del que nos habla sea “otra” cosa. No hay duda. Son mundos distintos, a veces irreconciliables.
Hay que dibujar al otro, no se trata solo de “entender su retórica”, ¿cómo dibujar al otro?, hay que hacerlo visible, palpable.
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Estimadxs… Con la fascinación y horror de estos tiempos. Se despide.
Siempre suyo,
Miguel Antonio Guevara
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