La reciente pandemia alteró los planes de un planeta entero. Los seres humanos nos encontramos en la obligación de reconfigurar nuestras rutinas. El caso puntual de la industria musical es complejo, sus agendas funcionan con meses, incluso años de preproducción, que apuntan a fechas futuras para decidir giras, shows y en especial lanzamientos de video clips, sencillos o discos, que dependen generalmente de un trabajo en conjunto con otros agentes del ecosistema musical, que conlleva esfuerzo y un determinado período de tiempo en la producción para lograr el resultado final.
Durante el período del confinamiento el área de la música ha tenido un fuerte impacto en su economía como consecuencia de la cancelación de festivales y shows en vivo, agendados durante los meses en que se implementaron las medidas de distanciamiento social por la Organización Mundial de la Salud, situación imposible de revertir por la prohibición de eventos con multitudes.
En el caso de los lanzamientos musicales programados para estos meses, como videoclips, sencillos o discos, hay un margen de flexibilidad que permite la creatividad como un recurso para replantearse las fechas agendadas, con formas atractivas para captar la atención de los seguidores a través de las redes sociales. Inclusive, algunas bandas durante el confinamiento desempolvaron trabajos inéditos para capitalizar en este momento de inactividad y compensar todos los shows cancelados.
Algunas bandas y artistas venezolanos, con un claro conocimiento y asesoramiento en marketing musical, han logrado sacar adelante sus proyectos musicales en un momento tan confuso, convirtiendo la crisis en una oportunidad. Lanzamientos de discos con campañas promocionales sorpresivas, bootlegs, recicle, autopirateo y la deconstrucción del disco para fragmentarlo en sencillos que generen más movimiento durante los próximos meses. Estas son algunas de las estrategias en las que se apoyan músicos venezolanos durante la cuarentena.
Olindo Records y Music With Soul sin pausa
Las máquinas de los sellos gourmet Olindo Records y Music With Soul no paran. Dos casas discográficas independientes a la medida de sibaritas musicales y melómanos que buscan elevar el espíritu con propuestas auténticas que exploran sonidos más allá de la superficie de la música venezolana y tropical. Ambos labels dirigidos por venezolanos en el exterior, no se amilanan por la pandemia y siguen trabajando sin pausa, tienen lanzamientos recientes y proyectados para lo que queda de año. Diferenciándose por algunos rasgos particulares que los distingue de muchos otros: música inédita producida este mismo año, prensada en formato vinilo y una investigación arraigada en ritmos propios, venezolanos y caribeños.
Music With Soul, apenas a un mes del confinamiento mundial, nos sorprendió con un vinil 7”. Un tema magistral que navega entre el carimbó, música tradicional del nordeste brasilero, fusionado con reggae, en una colaboración entre Alex Figueira (director del sello) y Maxado, músico y compositor paulista, en una grabación realizada en Barracão estudios, la base de producción del label. No conforme con editarlo en formato vinil, además de su versión digital en bandcamp, el disco cuenta con una versión limitada color vinil fucsia.
Comenzando el mes de julio, Music With Soul sorprende las redes sociales con una simpática campaña de intriga, una carátula ilustrada con el rostro de “El Chuuunior” como disc jockey en una cabina de miniteca de los años ochenta. Esta vez la producción firmada por “Lola’s Dice”, otro proyecto en el que participa Alex Figueira como baterista. También editado en formato 7”, el disco tiene su versión digital y por supuesto la edición limitada color vinil en rojo.
Olindo Records por su parte, a finales de junio lanzó el último disco de la banda de jazz del percusionista venezolano Ernesto Marichales, Waaju, editado en formato vinil como el resto del catálogo del sello, que se puede encontrar en su site de bandcamp junto a sus versiones en digital y CD. A principios del mes de julio siguieron los estrenos, en esta oportunidad con dos singles inéditos de Insólito Universo: “Goyo Tuyero” y “La jota”; de los cuales, el primero es un adelanto del nuevo disco, y el segundo, un trance onírico interpretado por la poeta María Fernanda Ruette, gema que no saldrá en ningún disco y aconsejo comprar inmediatamente antes de que quede en un limbo secreto solo para melómanos privilegiados. La proyección a mediano plazo del sello son tres discos de vinil más, que saldrán en los próximos meses antes de terminar el año, con fecha para septiembre del primero: “Bichos” de Raúl Monsalve y los Forajidos.
La sorpresa de Cheotripeo
José Luis Pardo, exguitarrista, compositor y arreglista de Los Amigos Invisibles, emprendió este año su carrera como solista, desempeñando los mismos roles que en su grupo anterior, además de sumar el de productor, oficio que viene desempeñando con distintas bandas desde su despedida de la agrupación con la que inició su carrera y transitó sus primeros 25 años como músico. Cheo Sorpresa es el título de su primer disco como solista, estrenado en medio de la cuarentena, el 3 de abril de 2020, bajo el sello Nacional Records.
En una entrevista para el diario El Universal, el guitarrista cuenta cómo surgió la idea de su nuevo disco, tras la cancelación de un proyecto que le tocaba dirigir como productor musical: “Cuando se me pasó la rabia, comencé a pensar qué hacer, y entonces me puse a revisar canciones nuevas que tenía guardadas sin ninguna pretensión. De esa revisión saqué 12 ideas distintas que podrían convertirse en un disco, de inmediato llamé a los músicos y dije que igual habría un disco, pero con otro artista”.
El detalle que resalta este lanzamiento no es su decisión de emprender carrera como cantautor solista, sino la forma astuta en que abordó el marketing y la promoción de su disco en pleno confinamiento. Comenta José Luis Pardo que la disquera que respalda su producción, Nacional Records, le solicitó que le diera atención a las redes sociales. El músico, un poco neófito en ese ecosistema, en medio de un brainstorming personal comenzó a hurgar en las ideas. El resultado fue un live streaming DJ set, todos los viernes y sábados compensando los shows que le cancelaron como DJ días previos al confinamiento.
Al principio, el primer fin de semana con una asistencia modesta de 400 invitados, comenzó la rumba en casa e’ Cheo, con una interacción constante en los comentarios evocando situaciones comunes de una fiesta en Caracas, apelando a la nostalgia de los asistentes que se conectaban desde distintos países, mientras el DJ en un mismo set pinchaba un clásico de salsa brava y el hit de acid house noventoso “Pump up the jam” (wo wopechía/ woperó) de la banda Technotronic.
La “Sorpresa” para Cheo, como el nombre de su disco, fue que en pocas semanas el público se multiplicó de 400 a más de 4.000, se viralizó en las redes sociales, en diarios y revistas digitales, entrevistas en podcast, entrevistas en emisoras de radio venezolanas, momentos que por supuesto aprovechaba para dedicarle un buen espacio de la conversación a la promoción de su nuevo disco.
Como si fuera poco, todo el movimiento mediático que generó el suceso, además, los invitados a casa e’ Cheo comenzaron a pagarle propinas por su show de más de tres horas frente al discplay. Calculemos por lo más bajo tips de un $1 dólar, por parte de la mitad de los asistentes, cuatro veces al mes: es una platica. No tengo certezas, pero tampoco dudas de que este movimiento haya sido un plan elaborado y bien premeditado de marketing acordado en conjunto con su sello discográfico, de cualquier forma es una estrategia para meterle la lupa y estudiarla.
El Desorden pirata
Un bootleg es una edición no autorizada de una producción musical, registrada clandestinamente en una sesión de estudio o un show en vivo para luego ser comercializada sin autorización de los artistas ni del sello discográfico que los respalda. En líneas generales es un material pirata que circula entre los fanáticos de forma clandestina distribuido de mano en mano y en algunos casos por tiendas especializadas.
Durante la década de los noventa, muchas veces, los grandes sellos discográficos usaban el bootleg como un recurso para sus estrategias de marketing, se autopirateaban conciertos, generaban un escándalo mediático acusando a los “piratas”, la banda se mediatizaba mientras los ingresos del supuesto bootleg entraban a las arcas del sello.
El año pasado la banda británica Radiohead publicó 18 horas inéditas de las sesiones de grabación del disco Ok computer como respuesta a las supuestas acciones de un hacker chantajista que cobraba $150.000 para no publicarlas. La banda, decidió entonces publicar las 18 horas de estas sesiones en bandcamp por $22, para no responder al chantaje de un supuesto hacker. Imaginen la cantidad de dinero que generó este movimiento de ajedrez mediático, además de la “coincidencia” del lanzamiento del disco Anima de Tom Yorke el mismo mes del suceso, con giras de la banda y de él como solista a punto de comenzar.
La banda local Desorden Público esta misma semana, el 27 de julio, cumplió 35 años de su formación, característica que les otorga una condición de veteranos dentro del ecosistema de la música, además de contar con el respaldo de un equipo que claramente está actualizado en el área del negocio de la música. A grandes rasgos se percibe que para las vísperas de este aniversario, en contexto pandémico, la banda venezolana de ska convocó una sala situacional con carácter de urgencia para reformular estrategias que moneticen sustituyendo los shows en vivo que claramente son su principal fuente de ingreso.
En esta nueva estrategia la banda intenta resolver económicamente lo que queda de año. Comenzando por el relanzamiento para plataformas digitales de un bootleg estrenado hace cinco años en CD para celebrar el aniversario, en el que se autopiratean y ellos mismos bautizaron con el oxímoron de “Disco pirata oficial”, reutilizando registros de audio de conciertos pasados en distintos escenarios del mundo. Pienso que esta producción se dirige directamente a un sector específico de fieles fanáticos y no para las masas; si algún venezolano quiere escuchar a Desorden Público en cualquier lugar del mundo, con colocar su nombre en youtube puede acceder a múltiples audios de conciertos en distintas épocas libremente.
Lo interesante aquí es la estrategia de marketing con una ruta muy bien pensada que lleva al consumidor a distintas aristas que orbitan alrededor de la banda y ofrece productos de consumo para sus seguidores. El margen de maniobra de dicha estrategia es bastante amplio apuntando como foco principal un evento al que nombraron “Un zoompleaños feliz”.
La agenda comenzó quince días antes con unos youtube live durante cinco días en los que sus cuatro miembros entrevistaron al resto del equipo, para finalizar el quinto día con el relanzamiento intitulado Nuevo Desorden Mundial (2020) del original Desorden Mundial (2015).
No conforme y midiendo su capacidad de convocatoria, la banda se aventura a promocionar una fiesta privada el día del aniversario, vía zoom con un cover de $6 y van un poco más allá, ofreciendo un after party vip con un valor de $30. Una jugada un poco audaz en un momento de crisis mundial en el que hay una enorme cantidad de música y contenido en general circulando libremente por todas las plataformas de streaming.
Aquí no terminan las ofertas de la banda para su fanaticada y seguidores, además de los eventos mencionados en los párrafos anteriores siguen las ofertas en el catálogo de la banda. Otro aniversario bautizado como “Canto popular 25 años” bajo la modalidad de “patrocinio participativo” como mencionó uno de sus managers en uno de los youtube live; esta figura consiste en pagar el disco, de vinil en este caso, antes de que salga su edición limitada para que los patrocinantes se conviertan en una suerte de productores asociados con algunos beneficios simbólicos en merchandising.
Y para cerrar la temporada de aniversario estrenan su cuenta en la plataforma desde suscripción Patreon, en la que estará disponibles una serie de contenidos exclusivos solo para suscriptores que se clasifican según el status de su membrecía y valor de la cuota mensual: desordenado oficial $5, desordenado fan club $10 y desordenado honorario $100.
Desde una óptica general se pueden atajar ciertas características a resaltar en esta estrategia de marketing. En primer lugar, está muy bien pensada, con una metodología efectiva y consecuente con su planificación, pero carente de producción nueva, todo el contenido son reediciones del pasado.
Por otro lado se percibe un nerviosismo latente al intentar monetizar por todos lados, cobrando cifras absurdas para situaciones virtuales absurdas, como una fiesta vip con un valor de $30 o una membrecía mensual de $100, con recompensas simbólicas digitales que se pueden encontrar de forma gratuita actualmente en internet, por parte de cualquier banda del mundo.
Entiendo que apuesten al público nostálgico de la diáspora venezolana que obtiene ingresos en divisas, pero dudo que por muy buen status económico que alguien tenga se permita una fiesta virtual de $30 o una membrecía de absolutamente nada por $100 mensuales, un valor muy por encima de los giros de uno de los clubs más prestigiosos de Caracas. Hubiese sido más acertado una estrategia de lanzamientos fragmentada por meses hasta terminar el año, ofreciendo un contenido mensual.
La nueva escuela indie
En un movimiento contrario, la banda venezolana de rock indie La vida Boheme, con mucho material grabado para su nueva producción, incluyendo videoclips promocionales, terminados poco tiempo antes del confinamiento, decidió deconstruir el disco y fragmentarlo en singles para lanzar material mensualmente en lo que resta del año.
Este nuevo formato lo ha distinguido con los nombres de comuna creativa y fábrica de arte, sumando a sus proyectos varios artistas visuales. Su participación en las redes ha sido bastante activa, con una interacción constante en entrevistas de podcasts y reseñas en distintos diarios locales y de la región latinoamericana.
La banda indie pop Arawato, por su parte, reeditó su único disco publicado en 2017 en formato vinil para una edición limitada de solo 100 copias. Aprovechando la oportunidad para estrenar su website que se concentra básicamente en promocionar sus videoclips y una variedad de merchandising compuesto por indumentaria y accesorios alusivos a la banda.
En el área del hip hop encontramos movimiento importante durante el confinamiento por parte del colectivo piso 8 con sus sesiones tituladas Comida para Llevar, con una producción audiovisual de calidad, que proyecta el talento de la MC Irepelusa, Veztalone y otros MC y productores del oriente del país.
Orestes Gómez es otro músico al que la pandemia no intimidó y, como es su costumbre al mejor estilo workaholic 24/7, no ha parado desde el comienzo del confinamiento, un disco en la calle en el mes de junio con su proyecto “Dealers en Caracas”, clases y tutoriales vía Patreon semanalmente, conciertos privados con su banda de jazz funk Pasticho presentando los nuevos temas y el disco de la misma banda con fecha de salida las próximas semanas. Para cerrar esta entrega me sale del alma una frase criolla en este contexto de pandemia, dirigida al ecosistema de la música: “Aquí, el que se agüevonea pierde”.