Si hay algo «extraño» en «Casa tomada», no es solo que una fuerza indefinida ocupe la casa. Tampoco que los hermanos se resignen a (o se conformen con) vivir en los espacios aún no tomados sin hacer nada por recuperarlos.
Lo «extraño» es que los hermanos quieran permanecer virtualmente encerrados en la casa, en su relación fraterno-familiar, cortado casi todo vínculo con el exterior, consagrados a unos deberes que nadie reclama excepto sus espectros genealógicos, y dedicando el tiempo que resta a un mero pasar el tiempo.
Más que a un hogar la casa se asemeja a un mausoleo, y la cotidianidad de los hermanos expresa un estatus vital que se debate entre lo vivo y lo muerto, ni una cosa ni la otra, o quizás mejor: vida que quiere agotarse, perecer, pero en paz, con tranquilidad, sin turbulencias.
Antes de intentar responder a la cuestión de ¿qué fuerzas los expulsan?, sería necesario hacerse una idea de ¿qué fuerza los confina, retiene?
Bajo esta interrogante se ve que el cuento realiza el deseo de dejar el lugar al cual los hermanos se encuentran atados, o por el cual están capturados y al que por razones mórbidas se aferran.
Esta lectura cuadra con el hecho de que Cortázar dice en una entrevista que el cuento le salió de una pesadilla, que al despertar (justo antes de ser expulsado de la casa, atravesar la puerta, es decir, realizar oníricamente el deseo reprimido) transformó en una ficción, y también cuadra con su propia trayectoria vital.
Más acá de este dato, están los mismos detalles de la narración: «A veces llegamos a creer que era ella [la casa] la que no nos dejó casarnos». Y lo mejor: «Entramos en los cuarenta años con la inexpresada idea que el nuestro, simple y silencioso matrimonio de hermanos, era necesaria clausura de la genealogía asentada por los bisabuelos en nuestra casa» (resaltado mío).
Matrimonio de hermanos (fraternal) = incesto (carnal) no realizado, reprimido, y quizás destino si se mantiene la situación. ¿Hay otra alternativa que dejar la casa? ¿Qué sería «clausura de una genealogía» sino su extinción a basa de la esterilidad, la muerte?
En el mismo sentido, la vida de los hermanos en la casa es cada vez más tranquila, pasiva, monótona, concentrada en actividades que parecen del todo improductivas (por más útiles que puedan ser las confecciones de Irene) en el sentido deseante; actividades para matar el tiempo, que fácilmente pueden asimilarse a las de la vejez… (o de algunas vejeces). Así, la casa es una zona de confort (¡¿qué puede ser más confortable que una tumba?!); y eso que aterroriza, que empuja hacia afuera, y que a la vez es bienvenido (pues no se opone ninguna resistencia, ¡qué alivio no tener que limpiar toda la casa!, dicen), es la potencia del deseo que empuja a la calle, a la vida con su incomodidad, sus luchas, sus trajines, incluidos los fracasos amorosos.
Encontré esta pintura de François Barraud, titulada El filatelista, que me parece dibuja bien una escena de la vida cotidiana de los hermanos.
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¿Qué expresa el personaje masculino de la imagen, y más si la pensamos como una viñeta del cómic del cuento? La idea que da es que la hermana viene a realizar un gesto erótico o cariñoso que interrumpe la actividad del hermano (puede imaginarse la misma situación inversamente). Este no parece feliz de mostrar la estampilla a su compañera ni menos de sostenerle la lupa. La mirada desviada, viendo no sé qué, si es que algo mira, produce la sensación de que podría estar viendo al espectador, mejor dicho, de que esquiva nuestra mirada, no es capaz de sostenerla, al igual que no puede sostener la de la hermana. Si el gesto de esta es tierno, se diría que el hermano sostiene su cariño a duras penas; si el gesto es una invitación carnal, el otro no puede sencillamente sostenerla.
Para el hermano tedio sobre tedio, represión sobre represión, una vez cumplidos los «deberes», lo único que lo tranquiliza, lo único que lo conforta, es la actividad monótona y repetitiva, además de meramente contemplativa, dada en llenar su álbum.
Pero, ¿qué es entonces lo extraño en el cuento de Cortázar?, ¿qué es lo que produce ruptura de la cotidianidad, sensación de extrañeza en el lector? No es solo, repito, que fuerzas incognocibles los expulsen, es que otras aun más extrañas los confinen, es la misma textura de la cotidianidad en que viven, es que dos personas elijan someterse a un destino triste y mórbido.
Podemos arriesgar una definición, lo extraño es la expresión del afuera-interior, de lo éxtimo; es que 1) el impulso de permanecer en la casa, determinado por fuerzas genealógicas exteriores, parezca íntimo; y 2) que el deseo (íntimo) de salir de la casa se manifieste como algo exterior.
De una parte, los fantasmas de la familia aunados a los de los fracasos amorosos exigen la cancelación de una deuda que solo puede pagarse con una consagración absoluta. Del otro lado, o contra estos, están los fantasmas que expresan aquellos deseos que aún son realizables, que empujan a salir de la casa, y que al final prevalecerán. Fantasmas del acabamiento contra fantasmas vitales, toda una hauntología, a decir de Mark Fisher, se despliega en el cuento de Cortázar.
Puesto en una clave no freudo-lacaniana, la casa sería una máquina de expulsión que produce exterioridad, exteriorización, que afuera, y que funciona a base de los afectos que añoran virtualidades y que se oponen a aquellos que someten a los hermanos. Puesto en lengua freudo-lacaniana o en deleuze-guatariano, inconsciente representativo o productivo, igualmente lo «extraño» es la forma en que el interior se manifiesta en el exterior. Mausoleo que quiere dejar de ser… ¿Lo extraño será siempre un fenómeno del inconsciente, un interior que se ejecuta afuera o un afuera que se expresa en lo interior?
Por otro lado, y tocando lo que no es posible apartar, una evaluación filosopolítica del texto da cuenta de que es muy poco político. Con todo y que Cortázar mismo se dice y desdice en la entrevista (¿diplomacia?), no es política ni político abandonar espacios, en particular, sin pelear.
Dicho de otro modo, si el texto hubiese sido escrito con intención política, sería una sátira que se afinca y cuestiona la inacción, que reclama acción allí donde hay dejadez, entrega, impotencia, ganas de confort.
Pero el hecho de que en el cuento la pregunta por «qué hacer» –que es quizás la pregunta definitoria de la actividad política– no se plantee, ni se sugiera, y que de hecho esté ya resuelta en una especie de eutanasia tranquila –además de otros detalles más técnico-literarios del cuento–, sugiere que no se trata de una sátira, sino del dibujo de una línea de fuga, de la trayectoria potencial de un deseo y del modo paradójico en que se potencia y realiza.
Ahora… si nos preguntamos por si puede ser el deseo de salir, de dejar un espacio, esa tumba… un deseo político, la cuestión cambia.
Puesto así, el cuento recuerda la décima tesis sobre el concepto de la historia, de Walter Benjamin, de la cual cito un fragmento:
«En un momento en que los políticos, en los cuales los enemigos del fascismo habían puesto sus esperanzas, están por el suelo y corroboran su derrota traicionando su propia causa, dichas ideas pretenden liberar a la criatura política de las redes con que lo han embaucado».
Así, salir de la casa sería análogo a liberarse, en tanto que criaturas políticas, de las redes (genealógicas, tradicionales, conformistas, en todo caso, mortales, agotadoras, matadoras) en las que estamos embaucados, a las que estamos aferrados, para buscar afuera, en el espacio publico o en cualquier otra de las formas de un afuera articulador o productivo, un nuevo concepción de la historia y de la actividad vital.
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Este texto fue originalmente escrito como parte de mi participación en el círculo de lectura del grupo de WhatsApp “FANTASTIQUEROS”, cuyo hermoso blog y otras contribuciones sobre el mismo tema se pueden encontrar en https://fantastiqueros.blogspot.com/
Además, agradezco a la gente que participó en el círculo de lectura, Arlyn, Erik, Viri, Agustín y Valentín, quien es el paciente y proactivo organizador del grupo.
Por último, agradecer a la gente del grupo CIENTIFICCIÓN (WhatsApp), y en especial a su administrador Arez.