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El raptor house es un género de música electrónica bailable underground producido en Venezuela desde el año 2002 por DJ Baba, a.k.a de Pedro Elías Corro (también conocido como DJ Baba the Raptor y DJ Baba Tr). Este género musical dio lugar a un movimiento cultural nacional que, en su propio devenir creativo, propició acciones estéticas que revolucionaron el sentido común hegemónico de la modernidad a la venezolana. El desarrollo del género musical que deviene movimiento tiene un origen comunitario. Durante los años 2001 y 2002 confluyeron una serie de eventos de conmoción general en las poblaciones caraqueñas de Propatria y el 23 de Enero. Sucedía la Revolución Bolivariana. Esta excepcionalidad creó un ambiente de intensiva organización comunal e individual que produjo una mayor participación en lo público por parte de sus pobladores.
Entre los pobladores más jóvenes de los bloques y las Lomas de Propatria existía un grupo de muchachos que, sin culminar estudios de educación media, en plena adolescencia, ingresaron al mercado laboral como trabajadores en minitecas. Una miniteca es un dispositivo móvil de ejecución musical que se podría pensar como la versión caribeña española-suramericana del sound system jamaiquino. Los DJ y productores creadores del raptor house se iniciaron cargando equipos de sonido y conectando cables. Luego tuvieron como maestros de mezcla y producción a los DJ residentes de las minitecas donde trabajaban, es decir, a sus vecinos y amigos con quienes crecieron en el barrio. En esta escuela, las clases de producción musical ocurrieron en sus viviendas, muchas veces como conversaciones informales entre amigos frente a una computadora.
Al inicio del siglo XXI, los jóvenes DJ del oeste de Caracas y los Valles del Tuy, con edades entre 16 y 23 años, iniciaron una carrera por la imposición de un género musical en la movida electrónica underground. Durante la semana trabajaban empíricamente en el aprendizaje de composición musical en Acid Pro, software de producción desarrollado por la compañía japonesa SONY, y los fines de semana trabajaban mezclando en la miniteca.
Aun hoy, para el DJ de miniteca el proceso creativo de mezcla y composición en vivo suele ser radicalmente diferente según el territorio y el público asistente. En una fiesta en la ciudad, el DJ sigue formalmente una estructura de trabajo con el patrón y dueño de la miniteca. La relación DJ-patrón suele ser fuertemente jerárquica, marcada por la clase, la raza, la educación y el acceso a los medios para navegar el campo como un trabajador con buenas recomendaciones. Estas condiciones limitan la creatividad del DJ que debe negociar con su jefe el set según el gusto musical del público. Por otro lado, en una fiesta dentro de las comunidades se espera del DJ una performance que logre comunicarse con la multitud participante. El house venezolano creado a principios del 2000 marca el paso de la composición sobre los platos (durante el trabajo en vivo del DJ) a la mesa de edición de un estudio sintetizado en un procesador, una pantalla, un mouse y un teclado alfabético ubicados en un cuarto de la casa donde se creció. El resultado es una música hecha con la materia sonora y el conocimiento producidos en el desarrollo mismo de la comunidad, sobre la que se irradia la descarga acústica durante la fiesta.
En 1999 DJ Baba empezó a experimentar con el house y el techno, creando un género que funciona con el patrón rítmico y la textura en el sampling del techno, con un beat seco y metálico; al incrementar la velocidad 4×4, del house de 120 bpm a 140 bpm, electrifica al escucha. El raptor es una descarga de potentes ondas electroacústicas de vida al sol de Caracas un día cualquiera. Su pulso se hace cuerpo en la carne, músculos, grasa y huesos de quien recibe la descarga sónica. Las variaciones en la estructura de composición respecto al original house de Chicago, techno de Detroit, new beat belga o hard techno noreuropeo, constituyen una vanguardia dentro del desarrollo de géneros de música electrónica bailable en Sudamérica.
DJ Baba define el raptor como música electrónica rapaz, una mezcla caribeña-sudamericana de diferentes géneros electrónicos del sur y el norte global. Baba insiste en clasificar su música como un híbrido abierto que se alimenta de varios géneros de música electrónica bailable, música tradicional, incluso música étnica. Es recurrente, desde sus primeras producciones, la aparición de instrumentos de percusión venezolanos, especialmente de tambores afrovenezolanos. Baba posee un método de composición en constante invención; intenta un hacer sonoro del mundo. Los proyectos de DJ Baba se realizan con una experiencia sónica de la vida narrada en beats, pulsando veloz como un velociraptor.
En 2001 y 2002 se conformó un grupo de experimentación estético-musical entre DJ Baba (residente del bloque 11 y las Lomas de Propatria), DJ Yoiser, a.k.a de Luke Zambrano (residente de las Lomas de Propatria) y DJ Raymond (residente del bloque 11 de Propatria). Durante estos años los DJ produjeron en colaboración un género musical que denominaron “street house”, influenciados por la percusión afrovenezolana, el hardtechno belga y el latin house. Entre lo creado se impuso el street house y dentro del grupo sobresalió DJ Baba, quien llamó “raptor house” a la música que producía. Ambos géneros nacen como una celebración a la comunidad y una invitación de uno de los suyos a bailar.
En diciembre del año 2002, en una fiesta de la comunidad de las Lomas de Urdaneta, donde vivía la compañera sentimental de DJ Baba, este lanzó el track “Las Lomas”. Las Lomas de Urdaneta es una de las comunidades más antiguas en el oeste de Caracas. Al inicio estaba conformada por 12 bloques. Después de la caída del general Marcos Pérez Jiménez, en 1958, se inició la autoconstrucción de viviendas alrededor de los bloques hasta alcanzar su densidad pico en la actualidad. La comunidad donde vive DJ Baba también se llama “Las Lomas”, pero de Propatria, una comunidad que fue creciendo al borde del bloque 11 de la parroquia homónima. En Las Lomas está la casa de DJ Baba y a las lomas fue a tocar. En sus palabras: “Cuando puse ‘Las Lomas’ la gente se volvió loca, todos esos chamos empezaron a brincar”. Hubo una fuerte experimentación en la composición y edición de la música que estaba siendo creada. El raptor pasó a ser la música de la juventud del oeste de Caracas y los sectores marginados en las ciudades y pueblos de Venezuela, sacó de sus casas a una generación de venezolanos y los echó a la calle a bailar y vivir. A esta acción se le conoce en los barrios de Caracas con la frase “levantar un pueblo”. “Las Lomas” dio inicio a una serie de tracks comunitarios que fueron levantando a la juventud del oeste caraqueño; a Las Lomas le siguieron El 23, Los Frailes, La Vega, Lídice, Catia, La Pastora, Cotiza, entre otras comunidades populares del oeste de Caracas.
Matiné
Durante la década de los noventa se popularizó entre los liceístas del oeste de Caracas hacer fiestas improvisadas durante las horas libres o a la salida de clases. Entre los compañeros de clases siempre había alguien que tenía en su casa altoparlantes conocidos como “cajones”. Estas fiestas precarias en equipos de sonido, pero vivas en público, fueron denominadas “matinés” por ocurrir en horas tempranas del día. En Catia, Propatria, Casalta, Montalbán, La Cota 905, La Vega, Cotiza, Los Magallanes, El 23, La Pastora, El Paraíso, El Silencio, Gato Negro, Lídice o El Valle, un matiné podía suceder cualquier día de la semana, empezar a las 11 de la mañana y extenderse hasta las 6 de la tarde.
Era una reunión de muchachos de liceo. Tenía como lugar la sala de la casa o apartamento de uno de los estudiantes. Una vez popularizado el procedimiento se empezaron a organizar matinés los fines de semana. Los matinés eran publicitados mediante el boca a boca de los propios estudiantes, y al llegar el viernes se sabía a dónde ir para pasar la tarde de fiesta. Los matinés marcaban el territorio, los asistentes solían ir a una fiesta organizada por alguien de su mismo liceo donde participaban los muchachos del sector. El matiné es un catalizador primigenio de comunidad, resguarda un sentido de organización y repartición del territorio. Por ejemplo, si una persona de la Cota 905 iba a un matiné en La Vega (comunidad cercana), podría ocasionar un problema por invasión y disputa del territorio, problema comúnmente resuelto con peleas a puño y navaja que podían culminar en el apuñalamiento de una persona. Expandido y aceptado el formato del matiné, los organizadores cobraban entrada en la puerta de las casas. Luego, los dueños de minitecas tomaron las canchas de básquet, futbolito o bolas criollas para equiparlas con el sonido y armar una rumba. Esto sucedía a la luz del día en las entrañas de las comunidades: espacios deportivos, centros de reunión común, se convirtieron en pistas donde los adolescentes del lugar bailaban.
Llegado el año 1998, Abraham González (alías Abraham Triple A), estudiante del liceo Miguel Antonio Caro en la avenida Sucre de Catia, reconociendo que con un radio en una casa se podía armar una fiesta, piensa en trasladar el matiné a las discotecas. Estar en una discoteca era algo diferente: no se está en casa, se sale del liceo y se dice “vamos al matiné en la casa de un amigo”. Abraham, Triple A cuenta:
… el matiné ahora va a ser en una discoteca con una miniteca, con stripers, con regalos. Un matiné era salir del liceo y vamos a compartir en la discoteca. Los matiné dejaban de ser el viernes en la casa de amigos para ser los domingos en una discoteca.
Abraham González, quien trabajaba como seguridad de la discoteca Hipocampo, se inicia como productor de eventos musicales vendiéndole un paquete de prograduación a sus compañeros de bachillerato, cursantes de 5to año de educación diversificada. Es decir, producir una fiesta para recaudar fondos para algún evento de graduación. Este paquete ideado por un liceísta para liceístas fue un éxito. La emoción de ser un adolescente y estar de fiesta en una discoteca, así fuese a la luz del día, es una sensación que todos los entrevistados repitieron haber sentido. Todos, de hecho, frecuentaban el matiné por la sensación de libertad y acción que prometían esas experiencias que se abrían temprano a una oleada juvenil que despertó en el oeste y el centro de Caracas y fue a parar a Hipocampo: discoteca y salón de eventos ubicado en el Centro Comercial Chacaíto, uno de los centros comerciales más viejos de Caracas y Venezuela, ubicado en el este de la ciudad, sector acomodado de la capital.
Sinaí Plater (1992), la Reina, como se le conocía entre bailarines y seguidores de raptor house, empezó a asistir a matinés a la corta edad de 11 años, en el 2003, acompañando a una tía experimentada en ir a estas fiestas. Eran las vacaciones de verano antes de comenzar el bachillerato. Al iniciar la vida estudiantil liceísta empezó a frecuentar los matinés de Iguana Café, C4, Five to Five, Crobar, Espacio, Los Cotorros, los Matinés de la Metro en el Club de la Policía Metropolitana y Los Matinés 99 en El Paraíso. Es decir, los lugares más populares para asistir a matinés en el oeste de Caracas: Capitolio, Plaza Venezuela, Sabana Grande y Chacaíto. El ambiente sonoro de las fiestas, para entonces, estaba segmentado en un set de salsa, merengue, technomerengue, raptor house, salsa, merengue. Toda una tarde. Plater narra sus pericias parar asistir a un matiné siendo adolescente:
… me iba escondida [al matiné]. Entonces, yo le decía a mi mamá que iba al cine con las amigas del liceo y me iba como a las 2 de la tarde y me iba con el corazón todo acelerado, porque ya quería llegar para el matiné, porque tenía las horas contadas, ¿sabes? Y entonces, tenía que llegar a mi casa a cierta hora, porque si llegaba más tarde mi mamá se iba a dar cuenta, me podía regaña o castigar y se me iba a cerrar el ciclo de los matinés. Era como un susto, pero un susto para bien; porque una sabía que iba a disfrutar.
Sinaí transgredía el orden de su hogar para ir a bailar, más aún se resalta su audacia en dirigirse hasta los lugares lejanos donde se prometiera un matiné.
Aunque los asistentes a los matinés tenían más o menos edades iguales, la edad de los bailarines podía ser tan corta como los cinco años, tal era el caso de “La Píldora”, bailador que iba a los matinés en Adrenalina llevado por su mamá; viajaban desde Los Valles del Tuy para bailar en la rueda de la discoteca más publicitada del movimiento en 2006. En esa pista de baile se encontraban los cuerpos anhelantes de ese “corazón todo acelerado” al que hacen referencia los participantes. Se habla de sentir la vida finalizando la infancia en una pista de baile. Bailar y vivir desde el pulso latiéndole en la piel ante la descarga del beat, así todos los fines de semana.
Changa tukky, un conflicto resuelto – la cultura informal
El ascenso de DJ Baba a creador del raptor house hizo que su fama se extendiera por Caracas y gran parte del país, donde realizó varias giras, incluyendo la selva amazónica venezolana. Sin embargo, el raptor house nunca fue tomado en cuenta por la industria cultural venezolana, ni por las compañías fonográficas. Para el mainstream cultural venezolano una música hecha por un muchacho afrovenezolano de Propatria y bailada por la juventud de los sectores precarios de la ciudad no era relevante para la difusión radial, ni publicitada.
El mercado donde operó la producción, reproducción y distribución del raptor fue la industria ilegal. Pequeñas compañías con quemadoras de CD que producían copias de artistas reconocidos para ser distribuidas en todo el país como alimento del mercado de la industria musical pirata. El raptor encuentra su nicho en el mercado musical de abajo/under. Conversé con un mánager de estas compañías y me explicó que, por ejemplo, pedían 500 ejemplares de raptor house desde Puerto Cabello (ciudad en las costas caribes de Venezuela) y enviaban un CD Master y 500 caratulas del disco. DJ Baba llegó a facturar, en julio de 2003, cien mil copias hechas y distribuidas en Caracas, La Guaira, Los Teques, Puerto La Cruz, Barcelona, Maturín, El Tigre, La Victoria, El Consejo, Villa de Cura, Cagua, Turmero, Valencia, Coro, Maracay y Maracaibo. El raptor se bailaba en gran parte del país. Este mercado informal de la música no entregaba discos de oro, pero daba a la gente acceso a la música. Por los miles y miles de discos vendidos, DJ Baba no recibió ningún tipo de reconocimiento económico. El raptor era buscado, las compañías copiadoras necesitaban vender y hacían miles de copias de los discos de raptor demandados.
La informalidad del raptor hizo que sus límites legales fuesen maleables. DJ Baba no registró ninguna producción suya en el Sacven (Sociedad de Autores y Compositores de Venezuela). El trabajo de un DJ es mezclar música suya y de otros. Con el raptor sucedía que en los matinés y fiestas solo mezclaban tracks de Baba. De hecho, DJ Baba solía producir hasta tres tracks a la semana. Él solo le daba abasto a todo un mercado y un registro cultural generacional en Venezuela, por lo que el archivo de DJ Baba está compuesto por más de 700 tracks producidos entre 2001 y 2008. Se creó un ambiente sónico nutrido por la producción incansable de Baba que semana a semana hacía crecer su propio mercado. Durante años fue el único productor que creaba todas las canciones que existían, llegando al punto de que sus tracks competían entre ellos por la primacía. El ambiente estaba monosaturado de raptor; horas y horas de reproducción made in bloque 11 de Propatria, en el cuarto de la abuelita.
En 2005 salió el disco Máquina Latina Changa Tukky 1, que contenía tracks de raptor y en el que se podía escuchar sobre la música una voz a capela nombrando al DJ y promotores musicales. La compañía musical que produjo el disco realizó un fuerte trabajo de promoción por todo el país que incluía un set de bailarines y otros elementos, con lo cual logró renombrar el raptor house como “changa tukky”. A partir de entonces el nuevo nombre ha sido usado como título de documentales, libros, programas y discos para aglutinar el género musical conocido hasta entonces como raptor house, de este modo se intentó borrar y excluir a su productor y creador DJ Baba. En noviembre de 2020 entrevisté a Miguel Rojas, DJ de géneros tropicales que renombró el género, y me dijo: “La palabra ‘tukky’ originalmente yo la saqué en un disco de changa [1], le puse dos k y la y griega porque mi nombre se escribe con dos k y la y griega”. Sobre la composición de sus mix donde vendía raptor como changa tukky, me dijo:
… yo soy admirador de Baba. Él me tenía idea a mí porque él sacaba una canción hoy y a la semana ya estaba un CD mío en la calle y él se preguntaba: ¿cómo coño hacía yo para tener las canciones de él? Y yo me llevaba todos los halagos porque él era el que hacía los temas y yo era el que los pegaba. Pero él no entendía que mi admiración era tan grande que por eso todos mis CD eran canciones de él. En los discos no salía su nombre, porque en el set no sale el nombre del artista que suena. Yo ponía mi nombre en la mezcla y lo que sonaba era mi nombre y el de la compañía.
Así se fue excluyendo a Baba de la escena que existía gracias a su creación: su música fue renombrada, prohibida y hasta censurada. En 2007 la Alcaldía de Caracas prohibió los matinés de raptor, se estigmatizó a las personas que seguían el movimiento. La palabra “tuky” se convirtió en un adjetivo despectivo para nombrar la precariedad, la pobreza, el margen y el peligro. DJ Baba se retiró de la producción musical y del trabajo de DJ en 2008 y empezó a trabajar como colorista en una compañía de pinturas. El creador de música ahora hace colores para pintar carros. En la actualidad ha vuelto a la producción musical y tiembla la tierra cada vez que está frente a los platos mezclando. Entre semana hace colores. Hace sonar el mundo los fines de semana. Un genio, un artista.
Propatria en la piel
Un bailador de raptor house debía transportarse una hora o más desde que salía de su casa hasta llegar a la discoteca. Era un trayecto largo, solía hacerse en grupo. Se iba a bailar con lxs amigxs. Bailar raptor era estar dentro de la comunidad, estando fuera de ella gracias al paisaje acústico creado para celebrarse en el corazón de la ciudad. El raptor hizo que la juventud de los márgenes de los centros poblados de Venezuela saliera de sus casas y tomara la ciudad bailando, haciendo pasos con la rapidez del pulso de 140 beats por minuto en la carne. Los bailadores iban haciendo música en cada paso que daban al salir del club. Desde 2018 DJ Baba es parte del sello Waxplotation Music. Jeff Antebi, ganador del grammy y CEO de Waxplotation, argumenta:
Cuando se trata de combinar música electrónica y house a nivel de la calle, cultura underground, moda, coreografía, todo en un movimiento raptor house, DJ Babatr se adelantó a su tiempo. Un pionero de la música latina a quien los artistas y productores de una amplia gama de países y estilos ahora reconocen por su talento e influencia. DJ Babatr estaba haciendo cosas en Caracas, y sigue haciendo cosas, que ahora todos nos estamos poniendo al día. [2]
DJ Baba recientemente ha hecho una gira por Colombia haciendo sonar su música en Medellín, Cartagena y Bogotá, y por México, haciendo saltar a Monterey, Veracruz y Ciudad de México. Distribuye su música con su propio sello Grandmother’s Room, donde ha publicado en extenso su obra; tambien en The Raptor Records y por Bandcamp donde está activo continuamente. Este verano participó en el Primavera Sound Boiler Room, estuvo en Barcelona y Madrid. Durante los meses de septiembre, octubre y noviembre de este año estará de gira por Europa presentándose en Madrid, Barcelona, Berlín, Kraków, Liubliana, París, Lisboa y Rotterdam. Suene donde suene raptor, estará Propatria dando un paso por cada beat.
Para la redacción de esta nota tuve una conversación con Pedro Elías y, al comentar su presentación en el Primavera… este verano y su próxima gira, le pregunté: ¿Qué esperas? Él me dijo: “Que la gente baile”.
Caracas, 24 agosto de 2023.
Notas:
[1] Changa, palabra usada para nombrar la música electrónica bailable en Venezuela.
[2] When it comes to combining street level electronic and house music, underground culture, fashion, choreography —all in one Raptor House movemen — DJ Baba Tr was ahead of his time. A pioneer in Latin music who artists and producers across a wide swath of countries and styles now recognize for his gift and influence. DJ Baba Tr was doing things in Caracas — and is still doing things — that we’re all only now catching up to.
Gracias MenteKupa y gracias Pedro por tan maravillosa nota. Seriedad. Respetos a Baba y a Makario. Quiero leer más.