The 2nd Law (2012) fue el álbum más experimental de Muse hasta la fecha de su lanzamiento. Este disco incorporaba en un mismo paquete funk, dubstep, electrónica, música clásica, rock sinfónico y progresivo, haciéndolo la producción más alejada de lo que Muse había estado haciendo en sus 17 años de vida para ese entonces.
Matt Bellamy, el líder y principal compositor de la banda, había sugerido que el siguiente álbum representaría el regreso a un sonido más pesado y cercano a sus raíces a partir de un enfoque basado en la tríada bajo-batería-guitarra, conjunto que había tenido acompañamiento de cuerdas, sintetizadores y piano en los dos discos anteriores. El resultado de este enfoque es Drones, un álbum que explora la pérdida de la sensibilidad humana y la impronta del desarrollo tecnológico en el militarismo.
“Here comes the drones”
Lanzado originalmente el 5 de junio de 2015, Drones es el séptimo álbum de estudio de Muse, banda británica de rock alternativo. Drones representa el regreso de la banda a un sonido más pesado y cercano a dos de sus álbumes más aclamados, Origin of Symmetry (2001) y Absolution (2003), siendo este un álbum que oscila entre el hard rock, metal alternativo, metal progresivo y new prog, con algunas pinceladas de synthrock y rock alternativo.
Drones es un álbum conceptual que gira en torno al militarismo y el autoritarismo y el rol que el desarrollo tecnológico en este a través de la figura literal y/o figurativa de los drones, sistemas aéreos no tripulados que son controlados remotamente. El hilo conductor de Drones se manifiesta en la historia de una persona que ingresa en las filas militares y se convierte en un “dron” que posteriormente se separa de sus manipuladores y se les opone.
Las dos últimas canciones del disco dan cuenta de una historia paralela a la principal. Esta historia tiene el mismo punto de inicio que su contraparte, pero el protagonista, en vez de experimentar un viaje de redención y salvación, decide abrazar la oscuridad y convertirse en un dictador hambriento de poder.
Un relato de resurrección
Todo empieza con “Dead Inside”, primer sencillo oficial del disco y que ilustra la razón por la que el protagonista se siente vulnerable, desahuciado y susceptible a las fuerzas oscuras que se presentarán a lo largo del disco. Una traumática relación amorosa es la causa por la que el narrador pierde la fe en sí mismo y en la humanidad en general. Aquí ya se puede percibir el peso que tiene la razón instrumental en todo el álbum.
En “Psycho”, el protagonista empieza su transformación de humano a un arma asesina bajo las órdenes de un militar que lo degrada y señala que el protagonista ya no se pertenece a sí mismo, sino que ahora es un objeto que él ha empezado a poseer y a convertir. “Psycho” visibiliza la crudeza del adoctrinamiento militar, orientando dicho adoctrinamiento en su aspecto deshumanizante.
Nuestro protagonista tiene un breve momento de lucidez y claridad en “Mercy”, canción en la que declara que necesita ayuda para escapar de la oscuridad que se acerca a su mente y corazón. El protagonista afirma también que había entrado en las filas del régimen militar para cambiarlo desde adentro, pero dice que ha fallado en el proceso y que empieza a sucumbir al adoctrinamiento.
“Reapers” aborda con crudeza el escenario bélico de los tiempos actuales. Nuestro protagonista se encuentra en el campo de batalla y experimenta de primera mano los horrores del conflicto bélico de la actualidad; los drones militares tienen un papel prominente en una situación donde matar se ha vuelto un acto anónimo y mucho más mediado y tecnificado que antes, gracias al avance de la tecnología militar.
La historia toma un giro en “The Handler”, canción en la que el protagonista empieza a rebelarse ante sus controladores y a romper los vínculos que lo unen a ellos después de entrar de lleno a una violenta y desalentadora realidad donde tiene que matar para complacer a otros. Esta canción retoma lo expuesto en “Dead Inside” cuando el protagonista afirma que está listo para caminar solo y que no quiere que sus sentimientos sean controlados nunca más, acabando con el adoctrinamiento al declarar que nunca será poseído nuevamente por sus controladores.
“The Handler” finaliza para dar pie a “[JFK]”, otra canción introductoria en la que John Kennedy, presidente estadounidense que fue asesinado durante su gobierno, emite un discurso crítico sobre prácticas que EE.UU. le adjudicaba a la extinta Unión Soviética, pero que, curiosamente, corresponden también a la postura de los Estados Unidos en las décadas recientes. A medida que transcurre el discurso, se puede escuchar de fondo un riff de guitarra y un compás de cuerdas que lentamente introducen la siguiente canción. Aunque el discurso tiene más de 40 años de ser pronunciado, los asuntos que aborda siguen siendo pertinentes en la actualidad.
El protagonista anuncia al mundo su libertad e independencia en “Defector”, pista que sirve además de instancia en la que el protagonista acusa a sus antiguos amos de ser cobardes, de tener un insaciable apetito por el poder y de creer que no pueden ser derrotados por nadie. Los lazos han sido cortados, y el protagonista vuelve a experimentar su libertad con un aire de triunfo.
El antagonismo entre el protagonista y sus antiguos amos se acrecienta en “Revolt”. El narrador intenta elevar los ánimos de la sociedad civil y hacerles ver a las personas que ellas no son realmente libres bajo el Gobierno de turno, pero que pueden serlo si se unen a su causa y derrocan a los antiguos amos del protagonista.
La historia culmina en “Aftermath”. Nuestro héroe se encuentra en un mundo que se reconstruye después de la lucha entre él y los suyos contra el Gobierno o Gobiernos autoritarios que ocupaban el mundo. El narrador se siente exhausto, pero recupera la fe en las otras personas y en la humanidad al hallar consuelo en los brazos de otro individuo, prometiéndole que estarán juntos a medida que un nuevo mundo se gesta frente a sus ojos.
Un relato de aniquilación
“The Globalist” y “Drones” son las dos últimas canciones de Drones. En un principio, Matt afirmó que ellas abordan una historia paralela a la que cuenta la mayoría del disco y que se empieza de manera similar, pero posteriormente toma un giro completamente distinto. “The Globalist”, con una duración total de 10:08 minutos, es la pista más extensa del catálogo de Muse, mientras que “Drones” es la única canción de la banda en no presentar instrumento alguno, reposando exclusivamente en la voz de Matt Bellamy.
“The Globalist” empieza donde acaba “Aftermath”, introduciendo además sonidos de lluvia que desaparecen a medida que se escuchan silbidos en una ambientación que recuerda al Lejano Oeste y a “Knights of Cydonia”, una de las canciones más importantes y reconocidas de la banda. Empiezan a escucharse rasguidos de guitarra que siguen esta ambientación y que desembocan en la primera estrofa de la canción.
La historia empieza igual que en “Dead Inside”: una persona se siente carente de amor y desprotegida de los males del mundo, pero que, además, ha sido negada por las instituciones del Estado. Esta persona, al enfrentarse con el dictador de turno, es convencida por este a ser su sucesor y tomar el mando de su nación, ocultando sus ambiciones de dominio global del ojo público. El nuevo dictador recibe los códigos que le brindarán acceso al poder armamentístico de la nación para luchar contra todos.
La segunda parte de “The Globalist” consiste en un riff de guitarra muy pesado que, junto con el acompañamiento de la batería y sonidos de aviones tirando bombas, establece el desarrollo de un conflicto bélico de proporciones civilizatorias. Un conteo regresivo antecede lo que parece ser la destrucción de la humanidad a raíz de una nueva guerra mundial y las consecuencias de ella. El riff de guitarra se sostiene a medida que la tensión aumenta y se hace más fácil de captar la desesperación y el terror que la humanidad experimenta en su totalidad.
La última parte de la canción inicia con el nuevo dictador, que afirma que el mundo ha quedado completamente devastado y derruido a raíz del conflicto que ha llevado a cabo junto con su antecesor, que lo acompaña mientras el protagonista se lamenta de que su nación haya desaparecido y que no quede ningún otro país contra el cual luchar. Al final, él se excusa diciendo que todo se debe a la naturaleza humana, y que lo que él quería era ser amado, lo que retoma el inicio de Drones y el de la propia canción.
La tercera parte es una balada de piano que está notablemente influenciada por “Nimrod”, la duodécima de las catorce variaciones musicales compuestas y arregladas por Edward Elgar y que se conocen popularmente como Variaciones Enigma. Asimismo, se percibe la influencia de otras canciones que conforman el catálogo de Muse, específicamente “United States of Eurasia” y “Explorers”.
“Drones” es la última canción del disco y uno de los momentos más solemnes de toda la discografía de Muse. En “Drones”, un narrador anónimo reflexiona tristemente sobre cómo toda su familia ha sido “asesinada por drones” en el conflicto anterior, conflicto donde él también ha perecido. Mientras se lamenta por su tragedia, esta figura habla sobre cómo la vida de las personas se decide en las manos de los desconocidos que manipulan los drones a distancia, preguntándose si dichos desconocidos están “muertos por dentro” al no expresar remordimiento alguno.
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Temáticamente, lo más cercano a Drones que Muse ha producido en su carrera ha sido de The Resistance (2009), su quinto álbum de estudio. Este disco, que recoge influencias de 1984 de George Orwell, aborda en algunas de sus canciones la relación entre un Estado persecutor y los individuos que se les oponen, lavado mental, y el conflicto armado. “Uprising”, “Resistance”, “United States of Eurasia”, “Unnatural Selection” y “Mk Ultra” representarían algunas pistas de lo que seis años después se concretaría de manera más uniforme en Drones.
Posteriormente a The Wall (1980), Pink Floyd liberó al mercado The Final Cut (1983), su duodécimo álbum de estudio. El álbum es una crítica hacia el conflicto armado, abordando asuntos como la reinserción en la vida civil, los traumas que el conflicto deja sobre los soldados, la posibilidad de holocausto nuclear, el manejo político que conduce al conflicto, etcétera.
¿Por qué escuchar Drones?
Drones le ofrece al oyente una obra que cruza aspectos políticos, bélicos y morales en un escenario en que el rol prominente de la tecnología y la racionalidad instrumental se hace palpable a lo largo de las 12 pistas constitutivas del disco. Ambos elementos, tecnología y racionalidad instrumental, tienen una cuota importante de responsabilidad en el modo en que se configuran los tiempos actuales, donde las relaciones humanas están mediadas por el uso de redes sociales y dispositivos tecnológicos.
Por otro lado, Drones se establece como un relato que lleva al extremo lo que ocurre cuando una persona es tomada por instrumento. El protagonista principal del álbum pierde su empatía a medida que es víctima del adoctrinamiento y se le impone un fin que reprime por completo su potencial humano; es usado como un arma asesina que no puede tener ni desarrollar sentimientos hacia sus víctimas porque perjudicaría su rendimiento como instrumento.
Conclusiones
Winner (1977) afirma que, en el pensamiento moderno, está presente la idea de la tecnología autónoma, es decir, que ella ha desarrollado su propio curso de evolución fuera del control humano y que se rige bajo sus propias lógicas. Este no es un asunto menor dado que, para el mismo autor, los procesos y estructuras de la tecnología influyen y entran en los procesos y estructuras de la sociedad, la política, y la consciencia humana.
Si los modos de la tecnología han ingresado en la esfera de lo humano, entonces, Drones ilustraría la primacía de la tecnificación de la guerra y la racionalidad instrumental empleada sobre los sujetos que la desarrollan o, en otros términos, da cuenta de cómo un sujeto, en determinado contexto, puede ser despojado de su dimensión humana para ser relegado a una simple herramienta que se oriente a cualquier fin que proponga su usuario.
Bibliografía
Winner, L. (1978). Autonomous Tecnhonoly: Technics-out-of-Control as a Theme in Political Thought. Cambridge: MIT Press.
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