Leer ciencia ficción puede ser una forma de ordenar la experiencia.
Walter Benjamin. “Pobreza y experiencia”.
Se trata aquí de usar los conceptos de despotismo hidráulico y infraestructura de dependencia –tal como los despliega Herbert en la saga de Dune– para pensar la actualidad.
Aunque los orígenes teóricos de este concepto pueden encontrarse en Marx y en Wittfogel (más posiblemente en el segundo que en el primero), dejé de lado sus posibles influencias para centrarme en el desarrollo de Herbert. En la última parte de este post encontrarás dos fragmentos de las libros de Dune donde Herbert desarrolla el concepto.
Que la saga de Dune sirva para comprender la actualidad u organizar la experiencia de lo actual, puede cuestionarse por el peso que tiene la llamada “inteligencia artificial”, la cual está exenta o casi exenta del universo de la saga.
Sin embargo el concepto de despotismo hidráulico y asociados se muestra útil si se piensa a Chat-GTP y similares como infraestructuras de dependencia en proceso de estructuración, que intentan monopolizar los flujos de demanda de trabajo senso-intelectual o cognitivo, y de atención en su favor. De hecho el hype que ha acompañado su despliegue, ¿no promueve una relación de dependencia cuyo benefactor es Open Ai para el caso de Chat-GTP?
Si, como se verá, es difícil definir la actualidad como un despotismo hidráulico global, no lo es hacerlo a partir de la existencia de múltiples agentes que luchan por la captura de los flujos vitales y la articulación de infraestructuras de dependencia. No un déspota, sino múltiples aspirantes, pequeños y viciosos despotismos que añoran llegar a ser el único y que de algún modo configuran una hidra insaciable y autofágica.
Hubo un tiempo en que los hombres dedicaban su pensamiento a las máquinas, con la esperanza de que ellas les harían libres. Pero esto sólo permitió que otros hombres con máquinas les esclavizaran.
F. Herbert. Dune.
¿Para qué sirven los conceptos de despotismo hidráulico, infraestructura de dependencia y tronco clave en la saga de Dune?
En la segunda parte de la saga, en particular en el cuarto y quinto libros, los conceptos explican la conducta política y estrategias de Leto II y las Honoradas Madres, así como la fortaleza de las primeras y la debilidad de la segundas.
En el cuarto libro el tirano monopolizó la infraestructura de dependencia relativa a la melange para ejercer un despotismo hidráulico “benévolo”. Ante la certeza de la extinción de la humanidad, tiranizó el universo con miras a crear las condiciones para que aquella tuviera una oportunidad de sobrevivir. Se propuso dominarla absolutamente hasta el momento en que pudiese liberarla.
Para un ser con presciencia plena (y las otras capacidades de Leto II) controlar absolutamente a una sociedad que se extendía a un universo cerrado sobre sí mismo no fue muy problemático, lo fue crear las condiciones para su liberación. Para esto no bastaba su propia muerte, ya que con él debía desaparecer la infraestructura de dependencia que sostenía su poder. Leto II organizó su despotismo colocándose como el tronco clave, esto es, de tal modo que su desaparición implicara la del imperio, en tal sentido dice la Madre Superiora Tarazá que él fue “quien creó el atasco [de especia en particular], y lo soltó”.
La diferencia entre Leto II y las Honoradas Madres está en que ellas son en sí mismas el objeto de la dependencia y el sujeto que lo controla. Leto II no es la melange (solo lo es simbólicamente), sino quien la controla. Las HM, sus personas, cuerpos y dotes de seducción y dominio sexual son la droga para el adicto y a la vez el dealer.
Leto II puede dejar de existir sin que deje de existir la melange –y este se asegura de que así sea–, en el caso de las HM el adicto no puede matar al dealer y que el objeto de su dependencia sobreviva. Se dirá: “¡Victoria para las HM!”, pero esto solo es así, razonan las Bene Gesserit, desde un punto de vista que asume que el adicto se comporta siempre de manera racional y sumisa frente a lo que estructura su dependencia y la dependencia misma.
Complica la situación de las HM el que la droga que son es altamente adictiva y supone altos niveles de tolerancia. Su poder se basa en crear, sostener e intensificar esta relación de hiperdependencia, de lo que resulta que para un adicto a sus influjos es imposible tener suficiente –cosa que no sucede con la Melange.
Lo que parece una fortaleza en la forma de ejercer el poder de las HM es así una debilidad porque concentran sobre sí el resentimiento –y todas las pasiones negativas– que crea en sus adictos-acólitos la situación de dependencia a la que están sometidos y el ansia que produce su cuerpo-droga. De este modo, su forma de gobernar, basada en el aprovechamiento de un feedback positivo, crea una situación explosiva.
Adicionalmente, Leto II no sólo ejerce el poder con base en el control de la Melange, sino que además “es el único espectáculo que queda en el imperio”, esto es, ejerce un monopolio religioso. A diferencia de las HM, se rodea de todas las restricciones, prohibiciones y tabúes de lo sagrado. El contacto con su divino ser –que sería equivalente a su consumo simbólico–, está estrictamente limitado, regulado en el tiempo y en el espacio. Estas regulaciones están diseñadas para producir un feedback negativo que genera disciplina y devoción.
Con la misma finalidad, Leto II –que se sabe simbólicamente la melange y el que la provee– se asegura de disciplinar su propio goce de ser social-viviente. Las barreras que lo separan, apartan, sacralizan no solo limitan la satisfacción de sus adeptos, sino también las suyas. En cambio las HM son una droga sintiente que goza de su consumo por el otro, solo son plenamente ellas mismas cuando someten y nunca someten mas satisfactoriamente que cuando cogen, todo lo cual incrementa el feedback positivo: son la droga, el dealer y el adicto.
…
Si nos remitimos a los tres primeros libros de la saga el concepto de despotismo hidráulico solo puede aplicarse retrospectivamente. En el primer libro la distribución, producción y usufructo de la melange depende del juego de fuerzas entre las casas, y de una serie de arreglos con los agentes con peso en la galaxia. La especia debe fluir, y sus beneficios deben ser repartidos. Hasta la aparición de Paul, una de las condiciones de posibilidad del orden político universal del imperio es que nadie pueda controlar completamente la melange. En tal sentido no se trata de un despotismo hidráulico universal, si por tal se entiende el control de la sustancia vital en manos de un solo poder que decide absolutamente sobre ella a su plena voluntad. Se podría hablar mas bien de una soberanía hidráulica fundada en feudalismo cuyo modelo histórico es más parecido al Imperio Carolingio que al Romano. En cualquier caso la distribución, producción y usufructo de la especia no depende de la voluntad del emperador, sino de su posición en el juego de fuerzas que constituye el imperio, esto es, de su legitimidad y fuerza.
Por su parte, Paul no se propone un despotismo hidráulico sobre la melange ni tampoco liberarla, se propone frenar la Jihad; quien por primera vez intenta asumir un despotismo hidráulico sobre la especia y el espectáculo-religión es la desafortunada Alia.
Sin embargo, tomando el concepto de forma limitada y acotada a un espacio o jurisdicción, puede hablarse de un despotismo hidráulico de los gobernantes de Dune sobre el agua, que afectaba de forma decisiva a la población no fremen del planeta. Además, puede hablarse de un despotismo hidráulico de los Tleilaxu sobre los golas y la tecnología genética, de la cofradía sobre el transporte, de las BG sobre el conocimiento, de los Atrides sobre la nobleza, de los Harkonnen sobre la exuberancia y la crueldad, etc.
¿Qué es el despotismo hidráulico?
El despotismo hidráulico define una praxis gubernamental y una tecnología de gobierno. Como tecnología es el control absoluto o cuasi-absoluto de una determinada sociedad a partir de la distribución, producción y usufructo de un flujo vital decisivo o de un conjunto de tales flujos. El control es ejercido por un solo ente, instancia, sujeto, agente/agencia que decide con total autonomía sobre el flujo y la sociedad que depende de aquel.
El despotismo hidráulico se define por una relación que vincula dos unos: El flujo vital por un lado y el ente que lo controla por el otro. Así, desde un punto de vista económico-político, es la forma plena y perfecta de monopolio.
Desde el punto de vista político-jurídico la cuestión es más complicada porque el despotismo hidráulico no necesariamente remite al concepto de soberanía moderno, –cuyo fantasma lo asecha–, e incluso se puede decir que lo niega –con lo cual no desaparece su acechanza.
En el despotismo hidráulico, tal como Herbert despliega el concepto, la idea de que se controla absolutamente un flujo, implica que se lo controla de hecho sin que importe el derecho. Dicho de otro modo, al agente o agencia despótica no le preocupa si sus decisiones son legitimas para sus gobernados. Puede hacer lo que se le dé la regalada gana sencillamente porque controla de hecho el flujo vital. El déspota hidráulico no necesita reclamar como su derecho aquello de lo que dispone en los hechos y nadie puede disputarle. Un déspota hidráulico puede por mera conveniencia fingir que se preocupa por su legitimidad, pero solo puede hacer esto porque en los hechos tiene el control de la situación y en realidad no entrega nada cuando concede “derechos”.
El despotismo hidráulico solo adquiere sentido desde una teología política. Supone no un soberano legítimo sino uno verdaderamente sagrado, es decir, reconocido como tal por sus adeptos. Este reconocimiento proviene de su infalibilidad. Mientras pueda reclamar los signos de la divinidad, mientras sea la imagen viva y actuante del orden universal, el déspota hidráulico no tiene nada que temer, razón por la cual, todo déspota hidráulico –exceptuando, claro, a Leto II– vive en el más basto terror y el alejamiento.
Puesto así, el problema técnico-político de todo déspota hidráulico es el de cómo crear una infraestructura de dependencia cuyo feedback sea negativo. Solo dadas sus excepcionales cualidades Leto II pudo crear una tal infraestructura hiper-estable.
¿Dónde radica la fuente principal de Feedback positivo? En la relación entre dependencia y tolerancia. A mayor plenitud del abastecimiento, mayor tolerancia lo que crea mas dependencia. El modelo para pensar el flujo es la melange que es una droga, pero, ¿qué pasa con el agua? Exactamente lo mismo. A mayor consumo, mayor necesidad, el agua que no se puede beber ni usar “útilmente”, se emplea en cultivar un jardín, mantener una fuente, una piscina, un monumento o un parque recreativo, etc. La mejor forma de producir un feedback negativo es racionar el flujo de sustancia, partiendo de la idea de que se dispone de esta en abundancia. Pero esto causa disconformidad entre los ansiosos dependientes y lo hace más cuando el racionamiento implica una desmejora de la situación precedente.
Así, la distinción entre necesidades básicas, reales, naturales y el deseo de aquello que está más allá de lo necesario, o necesidades artificiales, creadas, etc., aparece como circunstancial, contingente, táctica. Lo central es la idea de que toda necesidad natural tiende a hacerse artificial y luego a “naturalizarse». Toda demanda tiende a la inelasticidad.
Espacio y despotismo hidráulico
La idea de despotismo hidráulico supone un tercer uno. Un solo espacio, una sola jurisdicción, un solo dominio. Donde hay despotismo hidráulico la sociedad está cerrada sobre sí misma.
Toda la saga de Dune trata el problema vital del espacio, primero como un ecosistema-humano cerrado, completamente copado, que está sometido a una sola soberanía (los tres primeros libros), luego a un despotismo hidráulico (el cuarto libro) y por último a la apertura violenta a un afuera, la multiplicación de los espacios y de las fuerzas que los definen, y la posible nueva cerrazón del espacio creado por la yuxtaposición dinámica de todo esto.
En la medida en que la condición para un despotismo hidráulico es un solo espacio, un solo dominio, esto crea dos fuentes de incremento del feedback positivo con el que debe lidiar su agente.
1) Un ecosistema cerrado y benéfico produce el anquilosamiento del impulso vital, no por falta de recursos, ya que se puede imaginar un sistema bien equilibrado, sino precisamente por lo contrario: una vida sin desequilibrios, sin estimulo ni comunicación con el exterior o el otro, completamente determinada y organizada se debilita, disminuye su metabolismo, se obesa.
2) En un espacio cerrado los conflictos tienden a propagarse, contagiarse, multiplicarse por el espacio. La lucha no se plantea necesariamente por la falta de recursos sino en todo caso por la imposibilidad de anexar o tomar nuevos espacios. Si el sistema esta equilibrado, la lucha se produciría porque ella misma se presenta como una salida al estancamiento. En tales condiciones el impulso guerrero busca antes el estímulo que le produce la reacción del rival que la satisfacción de una necesidad.
¿Pueden decirnos algo de la actualidad los conceptos desplegados por Herbert en Dune?
La pregunta debe dividirse en dos:
1) ¿Cuál puede ser el flujo vital decisivo que es monopolizado, distribuido y usufructuado para crear una infraestructura de dependencia en base a la cual ejercer el despotismo?
2) ¿Quién sería el sujeto o el agente que monopolizaría aquel flujo con miras al ejercicio de un poder despótico y absoluto?
Preguntado de otra forma: ¿qué sería a nuestro mundo como la melange es a Leto II en el universo de Dune? y ¿quién o quiénes serían lo que Leto II es al universo de Dune?
En algún lugar Herbert dijo que la melange era una metáfora del petróleo, flujo vital cuya importancia sigue siendo destacada y cuyo control a partir de los años 40 llegó a ser decisivo. Pero el petróleo no era ni es el único flujo decisivo.
Lo actual parece definirse a partir de una miríada de flujos vitales mas o menos interconectados, a partir de cuyo control se forman rigurosas infraestructuras de dependencia que no son serviles a un solo sujeto, y ni siquiera a una sola agencia por más compleja e incluso a-subjetiva que se la suponga.
No obstante se puede especular que en la actualidad el flujo determinante es de naturaleza abstracta, su importancia y centralidad no pasaría porque satisface directamente necesidades vitales o que se han hecho tales; sino porque deviene la condición sine qua non de la producción, distribución y usufructo de los flujos verdaderamente vitales.
Así, el capital, en especial en su forma financiera, fluida, podría ser el equivalente actual de la melange. Pero así, la meta-infraestructura de dependencia mediante la cual se distribuye y capta supone un dispositivo capaz de abstraer los flujos vitales, hacerlos mensurables, computables, manejables y apropiables.
Si consideramos el petróleo como flujo vital se observa que independientemente de su propiedad pública o privada, su producción depende de la inversión y está última de la expectativa de su rendimiento.
Con respecto a la segunda pregunta, es mucho más difícil afirmar la existencia de algo análogo a Leto II. ¿Se podría, quizás, decir que los conglomerados capitalistas en sus relaciones mutuas son algo así como un agente? Pero, ¿no sería más coherente reconocer la coexistencia conflictiva de múltiples agencias que luchan y se articulan en función de controlar los flujos de capital que permiten construir infraestructuras de dependencia y usufructar los flujos vitales?
Si bien es difícil reconocer una agencia, sujeto o déspota global análogo a Leto II (a menos que sea en espacios acotados) sí existen agentes que promueven hipersticiones que actualizan la idea de una forma tal de dominación. Así, por ejemplo, el concepto de Singleton (amigable y basado en la IAG) de la futurología sería la hiperstición del capital tecno-científico; la hegemonía absoluta y global de un gobierno monárquico-corporativo-racial sería el de la NRx…
En la actualidad parece que el fluir de lo necesario para la vida –el agua, la energía, la información, el amor, etc– depende del fluir del capital, y este de las luchas ciegas entre los agentes que participan en la meta-infraestructuras de dependencia que soporta su distribución, producción y captura.
Si el capital financiero es el equivalente de la melange se puede afirmar que los agentes que controlan su fluir son adictos a la sustancia. Hacen parte de una meta-infraestructura de dependencia como dealers y principales consumidores lo que torna la situación extremadamente peligrosa. A esto se suma el potencial incalculablemente destructivo de las fuerzas que manipulan y la fragilidad relativa de las infraestructuras de dependencia existentes.
Lejos estamos de un despotismo hidráulico global (benévolo o maligno). Aunque la figura, en especial en su versión maligna, es en sí misma una hiperstición poderosa, suerte de pesadilla ordenada y estable, preferible al riguroso violento desorden y fragilidad de nuestra realidad.
Los humanos nacen con una susceptibilidad hacia el más persistente y debilitador mal del intelecto: el autoengaño. El mejor de todos los mundos posibles y el peor obtienen su espectacular coloración de ello. Por todo lo que podemos determinar, no existe ninguna inmunidad natural. Se requiere una constante alerta.
La coda Bene Gesserit. Casa capitular: Dune. CAPITULO XXVII.
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Fragmentos sobre el despotismo hidráulico, infraestructura de dependencia y tronco clave en los libros de Dune
Despotismo hidráulico:
Confirmando la tendencia observada por nuestros investigadores a lo largo de los últimos milenios, la vida familiar continúa su proceso de homogeneización a lo ancho de todo el Imperio. Las únicas excepciones dignas de mención son las imaginables: la Cofradía, las Habladoras Pez, los Cortesanos Reales, los Danzarines Rostro de los tleilaxu, capaces de metamorfosearse (que siguen siendo nulas pese a todos sus esfuerzos por cambiar de condición), y nuestra propia organización, por descontado. Es de subrayar que las estructuras familiares y las condiciones de vida social han ido uniformizándose en todos los planetas de residencia por acusadas que fueran sus diferencias, circunstancia que en modo alguno puede atribuirse al azar. En nuestra opinión, ello constituye una muestra del grandioso designio que se propone llevar a cabo Nuestro Señor Leto. Si bien hasta las familias mas necesitadas tienen hoy en dia cubiertas sus necesidades, las condiciones de la vida cotidiana se han vuelto notablemente mas estáticas.
Deseamos recordar ahora unas palabras de Nuestro Señor Leto, citadas ya en esta misma asamblea hace ocho generaciones: «Yo soy el único espectáculo que queda en el Imperio». La Reverenda Madre Syaksa propone para explicar esta tendencia una teoría que muchos de nosotros comenzamos a compartir, y que en esencia atribuye a Nuestro Señor Leto una motivación basada en el concepto del despotismo hidráulico. Como es bien sabido, el despotismo hidráulico tan sólo es posible cuando una sustancia o condición de la que depende por completo toda la vida en general puede ser controlada por una fuerza relativamente reducida y centralizada.
El concepto de despotismo hidráulico nació cuando el caudal de agua de irrigación aumentó las poblaciones humanas locales hasta un nivel de demanda de dependencia absoluto. Cuando esta agua se cortó, las gentes murieron a millones. Este fenómeno, frecuentemente repetido en la historia de la humanidad, ha tenido como protagonista no sólo al agua y los productos del campo, sino también a los combustibles hidrocarburos tales como el petróleo y el carbón, controlados mediante oleoductos, tuberías y otras redes de distribución. En cierto momento en que la distribución de electricidad se efectuaba exclusivamente a través de complejos laberintos de lineas tendidas a lo largo y ancho del paisaje, esa misma fuente de energía se convirtió en materia de despotismo hidráulico. La Reverenda Madre Syaksa sostiene la hipótesis de que Nuestro Señor Leto se propone edificar el Imperio hacia una mayor dependencia de la melange. Merece subrayarse el hecho que el proceso de envejecimiento puede ahora considerarse como una enfermedad que si bien no ha hallado cura, dispone de un tratamiento especifico que es, precisamente, la melange. La Reverenda Madre Syaksa aventura la hipótesis de que Nuestro Señor Leto llegue incluso a introducir una nueva enfermedad que sólo pueda ser combatida con melange. Aunque esta teoría pueda parecer inverosímil, opinamos que no debe ser descartada. Cosas mas extrañas han sucedido, y conviene no olvidar el papel de la sífilis en la primitiva historia de la humanidad.
Dios emperador de Dune. Capítulo XII.
Infraestructura de dependencia y tronco clave:
Odrade abrió los ojos y miró de nuevo a Teg y Taraza. La Madre Superiora había tocado un nuevo tema. ¡Qué irritante podía llegar a ser la voz de Taraza a veces! Odrade cerró los ojos y escuchó la conversación, ligada a aquellas dos voces por algún lazo en su consciencia que no podía evitar.
—Muy poca gente se da cuenta de cuanto de la infraestructura de una civilización es infraestructura de dependencia –dijo Taraza.
Hemos efectuado un estudio completo sobre eso. El amor es una infraestructura de dependencia, pensó Odrade. ¿Por qué había tocado Taraza ese tema en este momento? La Madre Superiora raras veces hacia nada sin profundos motivos.
—La infraestructura de dependencia es un término que incluye todas las cosas necesarias para una población humana a fin de sobrevivir en su número existente o aumentarlo –dijo Taraza.
—¿La melange? –preguntó Teg.
—Por supuesto, pero la mayor parte de la gente mira a la especia y dice: “Qué estupendo es que podamos disponer de ella y que pueda proporcionarnos unas vidas mucho más largas de las que disfrutaban nuestros antepasados”.
—A condición de que puedan permitírsela. –La voz de Teg tenía un punto de mordiente, observó Odrade.
—A condición de que ninguna potencia única controle todo el mercado, la mayor parte de la gente tendrá la suficiente –dijo Taraza.
—Aprendí economía en las rodillas de mi madre –dijo Teg– Alimento, agua, aire respirable, espacio para vivir no contaminado por venenos… hay muchas clases de moneda, y el valor del cambio varía de acuerdo con la dependencia.
Mientras le escuchaba, Odrade casi asintió. Aquella respuesta era también suya. ¡No elabores lo obvio, Taraza! Ve al grano.
—Deseo que recordéis muy claramente las enseñanzas de vuestra madre –dijo Taraza.
¡Qué blanda era su voz de pronto! La voz de Taraza cambió bruscamente entonces, y restalló:
—¡Despotismo hidráulico!.
Es maestra en estos cambios de énfasis, pensó Odrade. Su memoria recogió los datos como un grifo abierto de pronto a toda presión. Despotismo hidráulico: control central de una energía esencial como el agua, la electricidad, el combustible, las medicinas, la melange… ¡Obedeced al poder controlador central, o la energía será cortada y moriréis!
—Hay otro concepto útil que estoy segura de que vuestra madre os enseñó… el tronco clave.
Odrade se sintió de pronto tremendamente curiosa. Taraza se había dirigido hacia algo importante con aquella conversación. El tronco clave: un concepto realmente antiguo, de los días anteriores a los suspensores, cuando los madereros enviaban sus troncos cortados río abajo hasta los aserraderos centrales. A veces los troncos se encallaban en el río, y tenía que ser enviado un experto para descubrir el tronco, el tronco clave, que libraría todo el conjunto cuando fuera retirado. Teg, sabía, debía poseer un conocimiento intelectual del término, pero ella y Taraza podían ser testigos de la realidad del concepto a través de sus Otras Memorias, ver la explosión de trozos rotos de madera y agua cuando el atoramiento era liberado.
—El Tirano fue un tronco clave –dijo Taraza–. El creó el atasco, y él lo soltó.
Herejes de Dune. Capítulo XIII.
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