El presente cuestionario tiene por finalidad contribuir a la creación de un mapa del campo cultural venezolano que sirva para estimular la comunicación, el diálogo y el debate en torno a sus potencialidades.
Espera servir para que los artistas e intelectuales entrevistados promuevan su trabajo a la par que comuniquen sus intereses, expectativas y dificultades de tal modo que puedan establecerse puntos de contacto, articulación y líneas comunes de creación, reflexión y debate.
Hemos sido y seguiremos siendo amplios en cuanto a la invitación a participar en esta experiencia. En MenteKupa tenemos claro que un campo cultural está configurado en buena medida por sus confrontaciones, antipatías y desencuentros. Pero esto no contradice que las desavenencias puedan tener una forma productiva.
Por supuesto que no somos ajenos a la coyuntura que vive el país. Lo que queremos es propiciar un ejercicio de enunciación de los deseos que contribuya a que el campo cultural venezolano pueda construir los objetos que reclama. Creemos firmemente que la diversidad de opiniones y la crítica constructiva son fundamentales para el crecimiento y la vitalidad del campo cultural.
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1. ¿Cómo te involucraste en la producción artística/intelectual, y cuáles son las principales preocupaciones de tu trabajo?
Mi primera exposición individual internacional fue en el año 1992. Tengo 41 años en el oficio más antiguo del mundo, la pintura. Que surge a la par del proceso de dominar los tiempos de cosecha. El homo significa su realidad a través de la imagen. Me involucro con la actividad artística como destino, no hubo escapatoria. Las preocupaciones han variado a través de los años. Hoy estoy en el intento de ratificar el paisaje y la figuración como género a explorar. El ejercicio empecinado del color en sus variantes más aleatorias. Y el fijo lenguaje de la gráfica como sello definitorio.
2. ¿Cuáles son tus tres principales influencias y por qué?
Tengo muchas influencias. Literarias, escultóricas, musicales. Me imagino que la pregunta va relacionada a las influencias estrictamente dentro del ámbito de las artes visuales. En ese caso son más de tres, pero vamos a resumir. El primero es Alirio Palacios, que logra el uso del lenguaje del grabado y lo alinea, lo expande a la pintura y la escultura. El segundo es Hansel Kiefer. Por su empecinado señalamiento de la sombra humana, por medio de la belleza rotunda. Y por esos paisajes enormes, que llegan a ser abstractos, el uso de lo matérico de esa manera inusual. El tercero es Goya, por el mismo. Por haber existido. Y porque cada vez que lo veo, aprendo a pintar, una y otra vez como eterno retorno, descubro nuevas hazañas emocionales y visuales
3. ¿Sigues en especial el trabajo de algún venezolano y por qué?
La tercera pregunta está respondida. Igual sigo a muchos artistas, aparte de Alirio palacios, está Víctor Hugo Irazabal.
4. ¿Qué lugar concedes a la crítica y en especial a la crítica cultural en tu trabajo?
La crítica es fundamental para el trabajo creador. Lastimosamente es casi inexistente en Venezuela. Al artista lo dejan en visto. Nadie comenta ni positiva ni negativamente. A lo único que podemos aspirar es a las descripciones periodísticas que pueda hacer uno que otro comunicador que cubra la fuente cultural. Pero el trabajo crítico es un territorio yermo.
5. ¿Qué lugar tiene Venezuela en tu práctica artístico-intelectual?
Venezuela lo es todo. Es mi espacio vital y mi lugar de creación. Soy una artista de mi tiempo, y por lo tanto soy traductora sensible del momento y lugar de donde vivo.
6. ¿Cuáles son los problemas o dificultades que enfrentas para la producción, publicación y distribución de tu trabajo?
No existe ninguna plataforma crítica. No existe política cultural, apenas un templete epiléptico, hecho a semejanza de lo que al ministro de cultura de turno se le ocurra que le pueda gustar al presidente. La política cultural del Estado es un acto cultural para engalanar al decisor. Y en cuanto a la parte privada, es un club de amigues, que se aplauden unos con otros, mientras recuerdan los tiempos de Sofia Ímber. No existen leyes de incentivo cultural, que permita que el artista no solo pueda mostrar su obra, sin tener que quedar tuerto empeñando un ojo, también que se permita y se subvencione la investigación.
No existen becas, convenios entre instituciones educativas especializadas en artes visuales, de Venezuela y el mundo. No existe una bienal de artes visuales en Venezuela con la posibilidad de confrontar artistas del mundo. La Bienal del Sur, la acabó la decidía y la flojera de los funcionarios del Ministerio de Cultura. No hay una política cultural de parte del Ministerio de Relaciones Exteriores. Es decir, es absolutamente inexistente cualquier política coherente de parte de nuestras misiones diplomáticas. No hay una ley de patrimonio y de estatutaria pública, que permita regular las obras que se colocan en las ciudades, así como regular el costo y los impuestos para las intervenciones artísticas urbanas. No tenemos, no existe, nunca ha existido un ítem para medir el producto interno bruto en cultura. Por lo que empezando por allí, si no existe como espacio para la producción económica, no existe para los planes gubernamentales. Tanto así, que para sacar un RIF, debo colocar artesana, porque no existe la opción de artista. No seguiré enumerando las incoherencias y desapego de nuestra estructura gubernamental con respecto a los artistas visuales, porque, ajá, ¿para qué?.
7. ¿Qué crees que habría que hacer para potenciar el campo cultural venezolano, es decir, la producción y consumo artístico-intelectual de los venezolanos?
Creo que ya la respondí en la pregunta anterior.
8. ¿Crees que la “inteligencia artificial” afectará de algún modo tu quehacer artístico-intelectual?
Para nada. La inteligencia artificial es un resumidor de información, que estructura imágenes que saca a partir de un universo de opciones. Es como las encuestas, cuyos valores son solo referenciales. El artista puede y debe hacer uso de toda la tecnología, hacerse de ella, para seguir en su voluntad de forma. ¿O es que los artistas del impresionismo dejaron de crear sus obras a partir de la locomotora o las fábricas? ¿O del tiempo acelerado de las ciudades? No.
Esta mujer es tan grande como el universo mismo. Le queda inmensa a la Venezuela de hoy.
Excelente análisis breve sobre la situación de los artistas, no solo visuales, e incluyendo escritores… Para empezar a resolver el asunto, habría que revisar los Art. 98, 99, 100 y 101 de nuestra CRBV, en donde la palabra «artista» solo aparece una vez y no se refiere al ser humano que es sino a su obra; y por ahí, pica y se extiende!