Las series de textos reunidos aquí pueden considerarse como pertenecientes al campo de los estudios culturales.
Esto porque todos son productos de la investigación sobre acontecimientos, prácticas, movidas y objetos culturales íntimamente vinculados a distintas dimensiones del devenir nacional. Pero en especial su lugar de publicación, el que fueron escritos con fines extra-académicos y con la finalidad de impactar en el espacio cultural e intelectual venezolano, sus formaciones y estructuras del sentir, hacen de ellos parte del quehacer intelectual y político que define el núcleo de los llamados “estudios culturales”.
Dicho campo no se define tanto por sus epistemologías, métodos, teorías y adscripciones académicas, como por la voluntad de incidir en los ámbitos sociales, económicos y políticos desde la investigación cultural, entendido este último término de una forma amplia pero siempre crítica y politizada.
Si bien algunos intelectuales venezolanos (Ludovico Silva, Luis Brito García, Esteban Emilio Mosonyi, Jacqueline Clarac, José Manuel Briceño Guerrero, entre otros) han sido en alguna oportunidad catalogados como pertenecientes al campo de los estudios culturales, y muchos otros podrían incluirse en la clasificación, dicho campo como espacio específico de producción intelectual y político en torno a la cultura no ha tenido un desarrollo en el país que permita articulaciones concretas.
Si, como dice Jameson, “el deseo llamado estudios culturales” implica el anhelo de constituir un “bloque histórico” antes que una disciplina, podemos decir que en el país dicho deseo no ha encontrado la forma de articularse para constituirse en un campo.
Este post, o si se prefiere compilación, se asienta en el deseo de promover una tal articulación, y en tal sentido tiene un carácter performativo. Planeamos que sea el primero de una serie que agrupe del mejor modo posible el trabajo editorial de MenteKupa y de los autores que nos confían sus textos.
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