
¿Conoces a Griselda Álvarez?
Mujer
(…)
Te dan sencillo más te exigen doble,
sangras ante la ley cada conquista,
en la maternidad, sustancia noble,
gigante siempre aunque el dolor embista,
por fuera suave, muy adentro roble,
pero te hacen, a golpes, ¡feminista!
Poeta mexicana, nacida en el año 1913.
Griselda dijo que nació atravesada, “ceñida entre el soneto y el poder”. La poesía le vino probablemente de su infancia sobre caballos y bajo las aguas del aljibe, y el poder indudablemente de su familia con una enraizada tradición política: su bisabuelo, abuelo y padre, ocuparon altos cargos en la vida política mexicana.

Opción
Me dieron a escoger: hogar o gloria,
y en mis manos pusieron el mandato
seis años nada más que es un buen rato
para abrirme las puertas de la historia.No sé si fue una pírrica victoria
que ahora reflexiono y aquilato:
metí amor y familia en un retrato
y fue el poder la línea divisoria.El eco del aplauso es mi cortejo,
hoy el pueblo me baña con sonrisas,
“me porté bien”, quizá soy un consejo.Adentro angustia pero afuera risas.
No es nostalgia es historia no me quejo
mientras que lento Cronos me hace trizas.
Empezó a escribir sonetos a edad temprana en el colegio de monjas al que la envió su familia en medio de la separación de sus padres, ya Griselda era consciente de la situación familiar, su primer recuerdo de la infancia fue ver a su madre tratando de suicidarse clavándose un estilete en el pecho, no soportaba las infidelidades del marido.
Más adelante Griselda mostró interés en ordenarse como religiosa, pero su padre se negó. Cada vez se refugió más en la escritura, y al morir su madre escribió el libro de cuentos La sombra niña.

«Cierto día, al llegar mi padre de su hacienda, nos llamó a las tres: tía y sobrinas. —Voy a llevar a las niñas a dar un paseo. Verán un ahorcado que está en la calzada Galván. Necesitan saber lo que es un muerto, porque nunca lo han visto y tienen que irse curtiendo… —¡Miguel! —arguyó débilmente mi tía. Y fuimos. Bajamos del coche de la mano de papá. Nos acercamos casi a dos metros. Otras personas miraban también. […] Me decidí a alzar la vista al tiempo que papá decía: —Está muerto porque era enemigo del gobierno. ¿Quién será el gobierno?, pensé sin alcanzar la palabra».
La sombra niña, p. 40.

Cuando finalizó sus estudios en el internado se formó como educadora y se convirtió en maestra normalista. Empezó a abrirse las puertas de la historia: ejerció magisterios en colegios, se formó como maestra normalista para primaria, ingresó a la Facultad de Filosofía y Letras, trabajó en el Hospital General de México, se graduó como licenciado en Letras cuando aún no se usaba el femenino para las licenciaturas de las mujeres. Siguió formándose y trabajando al mismo tiempo.
A la vez ingresó al mundo intelectual y poco a poco sus sonetos fueron convertidos en canciones, en piezas de ballet y representados en piezas teatrales.
Pecho
Sombra tu pecho para el sol quemante
lunar colina, seda por vellosa.
dura almohada en la que me reposa
de fatigas el día trashumante.Por un misterio isócrono constante
alza y baja la vida jubilosa,
pájaro el corazón vuela y se posa,
para dormir en el nidal amante.Dentro vive el suspiro que te llena
y que te hiere con alevosía,
cuando el amor te da su enhorabuena.Alero de la risa o la elegía,
vuelo a tu pecho con mi alada pena
y el pecho se me duele de alegría.
Perteneció a la Tertulia del Convento, organización de intelectuales de Jalisco que se reunían para hacer crítica textual de la literatura universal. Participó en concursos de escritura promovidos por periódicos, ferias y provincias, y los ganó.

Inició carrera política y fue indetenible, tanto que se convirtió en la primera mujer gobernadora en la historia mexicana.
Promovió la condición de igualdad social de las mujeres, y apoyó las luchas feministas.
Griselda desarrolló una amplia obra literaria a través de la poesía, la narrativa, el ensayo, casi una decena de libros publicados, más una cantidad considerable de obras que dejó inéditas.
Parte de lo que hace interesante su trabajo literario es que se instaló en los bordes, entre la autobiografía y la ficción.


Me preparo. Voy hacia mi nombre. Ahora sé que siempre fue un símbolo: Griselda. Como una celda gris. O negra y definitiva.
Referencias:
Álvarez, Griselda. Anatomía superficial, Fondo de Cultura Económica, México, 1967.
González Freire, José Manuel. «Investigación en los archivos privados: La primera mujer gobernadora y sonetista de México». Revista Iberoamericana de Ciencias. Volumen I, número I.