Nunca se terminará de discutir, sobre qué es poesía, a qué responde, a quién; si logra incrustarse como uno, o al menos entre los dientes del engranaje maquinal que mantiene en marcha (de pronto forzada) de las economías culturales; aunque de pronto no haya nada a cambio. En recientes publicaciones, María Eugenia Sevilla (2021) resume:
Si bien la poesía no responde a intereses del mercado, que nada tienen que ver con valores estéticos o literarios, Xitlálitl Rodríguez -jefa de redacción del Periódico de Poesía-, consideró que es una equivocación verla como un género con cierto grado de dificultad, de hermetismo y restringida a una élite, y destacó la importancia de hacerla circular fuera de los circuitos de la industria editorial, pues de otro modo, obras y traducciones no verían la luz.
Premisa que ampara en extenso a poetas y editores independientes en lo general, desde los que han tenido amplia trayectoria, hasta los más nóveles e inubicables. La poesía, contiene en sí una universalidad que predispone la palabra, la voz propia, a la mano de otros. Dócil cordero que alimenta, da consuelo, inspira; pero que a recientes fechas inquieta, provoca, hace cuestionar qué seguirá. La poesía se apaga con cada época, pero su humo aún tiene el potencial de volver a encender la vela, solo si una flama se le acerca lo suficiente.
En febrero de 2022, Sir David Attenborough, científico, divulgador y pionero de los documentales sobre la naturaleza, volvió a las andadas –en pequeñas cápsulas que rondan las redes sociales– divulgando sobre diversos temas de la naturaleza, entre ellos, las hierbas. Si bien existen una incontable variedad, en palabras de Sir David, son pioneras, en el sentido de no ser las primeras, pero sí en seguir incursionando nuevos territorios, en busca de sol, nutrientes y alguna brecha donde crecer. Despiadadamente no tienen la misma valoración que un rosal, un árbol frutal o la ternura de una suculenta, pero son parte del juego del ecosistema. Así mismo, algunos sellos editoriales son las hierbas en el ecosistema de la poesía. Tal es el caso que atañe este texto: Tortas locas con dedicación de Dámaris Cuevas, el primer texto publicado por Papas Fritas Editoræs, con ilustraciones de Jaime Tzompantzi.
Volviendo al tema de la desgracia económica de la poesía, ¿cabría decir que esta radica su propia esencia? Probablemente sí. Los temas seguirán ahí: vida, muerte, amor; pero en el estilo, los artilugios de cada autor radica un cambio sustancial, motivo por el cual vale la pena acercarse al aplomo poético de Dámaris Cuevas a lo largo de 48 páginas, que si bien también abordan los temas siempre bien ponderados, su aproximación más cotidiana y sin tapujos se deja entrever, especialmente, en la indiscreta remoción de la solemnidad casi siempre intrínseca de la poesía, cosa que a Dámaris da la vuelta, probablemente a su autodeterminación de payasito triste en Súper Ediciones Prisma.
¿Cuántas risas se necesitan para animar a un poeta? // Solo una, my dear. La suya, la mía, la vuestra […] La perpetua lengua // Sagrada palabra // La corrupta condensada // La facha palabra // Hay que echar a perder la poesía (Cuevas, 2021: 33-34) Consigna que de cierto modo se repite a lo largo del poemario. Ideal que más allá de buscar una pelea a muerte con cuchillos, invita a justo la pauta descrita por Xitlálitl Rodriguez líneas arriba: que circule, que los autores también fuera de los criterios estéticos, los autodidactas, también tomen la oportunidad y se expresen.
Todos los corderos son (no) ofrecidos a un señor, cual
(Ibíd., p. 12)
birria caliente y gorda. –Me susurra Salvador Cuevas o
quizás arrimado en el arbusto, le decía a un fantasma
familiar.-
Ciertamente hay un cotorrear en la poética de Dámaris, a la par de hablar desde ese momento, fugaz, entre el povenir y lo presente, entre los programas que si bien entonces nunca juzgamos: Ren & Stimpy, Aeon Flux, Celebrity Deathmatch, entre otros de la época dorada de MTV y la virtualidad de las redes sociales, así como otras premisas anímicas y espirituales resultantes de la exposición global.
[…]
(Ibíd., págs. 15-16)
Magia virtual negra
dos jpg. de velas
1, 5000000 avatares / en condena
hacerse responsable
de su like
despertar el chakra corona
de tu foto de perfil
un sigil, como portada.
Mi único nicho será holográfico
será con el gif,
y tú le darás “me enternece” a mi muerte.
¿Hacia dónde va la poesía? Quién sabe. ¿Tiene rumbo definido? No. Más bien es este fuego artificial que al estallar se va diseminando por el cielo hasta apagarse, antes del próximo disparo. La poesía también se pierde entre la lluvia, entre lágrimas y goteras que mojan el reverso de cada imagen para reorganizar todo el cuadro en collage, en mancha de Roarchach. Se es y deja de ser desde la primera página hasta la última; hasta que se abra el próximo libro en medio de las manos o del lector de PDF’s. Fugacidad que Dámaris recupera de pronto para también poner sobre la mesa preguntarse, ¿acaso está prohibido divertirse al hacer poesía? Uno es lo que (d)escribe sin aclarar qué tan cierto puede ser ello.
Me llamo mía
te llamo mía
mía de NADIE
mía de NADA
mía de los NUNCA.Mi corazón ❤ alberga:
todas las fosas comunes
apariciones
campanas de oro
latidos de
Doberman cruza c/Rottweiller.Mi corazón ❤ baño comunal
mi corazón en 4
mi corazón en siete
mi corazón vidrios rotos
casonas c/cuartos barrocos
forrados en terciopelo verde y turquesa.Mi corazón ❤ para la tierra
………………… ❤ para el amor
mi corazón tierra de panteón.Burbujas de aceite y agua
(Ibíd., p. 31)
flotan emulsionadas
Burbujas de terror relaxxx
Ahora mismo no creo que haya forma de catalogar la poesía de Dámaris en algún género como tal, incluso puede ser un gran tal vez que nunca cruce los anales profesionales de la poesía, así como también puede ser que me equivoque. Lo único que puedo garantizar un tanto es que estas oportunidades de leer fuera de todo lo conocido llaman y llenan a enfrentarse contra las normas, a usar el todo terreno del lenguaje; arriesgarse a rozar el límite permitido impuesto a las cosas: quien probó las papas fritas con helado del McDonalds, sabe a qué me refiero. La poesía si está para todos, hay que hacerla para todos. No se necesita invitación previa, no hay código de vestimenta. Solo eso sí, que retumbe hasta el infierno, suavecito, suavecito, y deje una textura mielosa en oídos y boca, hecha a partir del polen de aquellas flores, desgraciadamente, llamadas: (mala) hierba.
Fuentes:
Cuevas, Dámaris (2021) Tortas locas con dedicación. 1, México: Papas Fritas Editoræs.
Sevilla, María Eugenia (2021, abril 4) La poesía, el género más despreciado por la industria editorial. Recuperado de: https://unamglobal.unam.mx/la-poesia-el-genero-mas-despreciado-por-la-industria-editorial/?fbclid=IwAR2z3mctcin05MEvRgRwP3OLODx2Vm_myBqqSBCHnAAohQ_4bh0FvvWhKIs