Eres el hombre más inteligente que conozco.
Pero, también el más estúpido.
Él ya lo decidió hace diez minutos. ¡Haz lo que tengas…!
Hank Schreader
.
No, no despertaste en el 2008. Tampoco ingresaste por error al navegador de Internet Explorer. El asunto es que, como todo en la vida, las grandes cosas de la vida se hacen esperar y esa fue mi experiencia con Breaking Bad.
Recuerdo ser una adolescente universitaria, ver las cuñas en AXN y sentir que realmente nada me invitaba a verla. Digo, era el papá de Malcolm en ropa interior gritándole a un chico joven muy guapo. ¡Hermanos, qué grave error de percepción!
Explicar las razones por las que Breaking Bad rompió el molde nos llevaría a realizar un artículo más o menos de la extensión de las encíclicas de Lutero. Hablamos de actuaciones memorables, guiones bien pensados que siguen una lógica plausible que dota las acciones de sustancia, conflictos creíbles, encrucijadas éticas reales, una dirección de fotografía magistral, en fin… todos los aspectos éticos y estéticos de la serie están maravillosamente calculados. No puedo creer que haya esperado 15 años para descubrir una de las genialidades mejor escritas en la historia de los seriados estadounidenses.
Si revisamos algunos productos masivos como Friends, Game of Thrones, Sex and the City, encontraremos que sus finales son aburridos, predecibles y que, prácticamente, cerraron la serie a los golpes… los guionistas dijeron: «Fuck it! Dejémoslo así…» –Game of Thrones es una herida abierta que no termina de sanar.
Regresemos al punto…
Una de las fortalezas de Breaking Bad descansa en la narración. Si no es así pregúntate por qué a lo largo de sus cinco temporadas sientes el revuelo de sentimientos y emociones dignas de un capítulo de La Rosa de Guadalupe.
El poder de la transformación como proceso
.
Para tratar de explicar este punto de una mejor manera, considero que la visión de Casseti y Di Chio en el libro Cómo analizar un film (1996) puede darnos luces para comprender el atractivo de Breaking Bad.
Cuando analizamos las actuaciones de la serie encontramos que, generalmente, este es un sinónimo de acción. Indudablemente ambos términos están seriamente involucrados. Veámoslo así: el momento en el que Walter se entera de que tiene cáncer de pulmón y que la muerte está cerca, es el desencadenante de la serie de acciones que nos presentarán el proceso en el que Walter dejará salir su lado más oscuro.
Es decir, ese evento será el que conecte el destino y las decisiones que tomarán el resto de los personajes a lo largo de las 5 temporadas de la serie. Pero, la clave de todo esto está en comprender que, frente a los personajes típicamente planos y unidimensionales que los seriados trabajaban para el momento, nos enfrentamos a arquetipos más profundos en los que las transformaciones se plantean como procesos.
Los personajes de Breaking Bad no responden a los cambios específicos y concretos que se desarrollan a lo largo de la trama. Los cambios se presentan como procesos evolutivos, en los que las modificaciones en las emociones y destinos de cada uno nos obligan como espectadores a dejar de apoyarnos en la ocurrencia del hecho como tal. En esta serie, exploramos la dimensión de la transformación desde la mirada de la personalidad, esquema de valores, contradicciones y dolores de cada uno de los involucrados.
Genial, ¿verdad?
Pero aquí viene lo más interesante…
El poder de la transformación planteada a lo largo de un discurso audiovisual, propone un elemento de suma importancia que nos ayudará a determinar cuál es el verdadero héroe en Breaking Bad. Tal y como mencionan Casetti y Di Chio (1996), las transformaciones como procesos se plantean como procesos de mejoramiento o empeoramiento que están vinculado a un personaje orientador cuya mirada, más o menos, nos revela la narración. El giro en Breaking Bad es que no hay un personaje orientador que se mantenga a lo largo de las cinco temporadas, va cambiando conforme se desarrolla la historia: en las primeras temporadas son Skyler, Gus, Mike, Hank y, por último, nosotros.
¡Esto tiene sentido! ¡Se los juro!
La relación que se establece entre Walter y Pinkman, se basa en estos parámetros. A medida que Walter se abría hacia ese lado que él asociaba como masculinidad: adrenalina, hombría, carácter, liderazgo —por eso la escena en la que inmediatamente después de asesinar a su primera víctima llega a casa para tener sexo con Skyler–, Jesse empezaba un viaje al infierno, literalmente.
Después de descender a los infiernos, con las intrigas de Gus y la amistad con Mike Jesse comienza su camino hacia la redención, mientras en ese momento Walter comienza a perder las matices emocionales que lo mantenían humano y no convertido en un complicado megalómano que hizo más por destruir el negocio de la metanfetamina en Nuevo México que la misma DEA.
El verdadero héroe de Breaking Bad
Un héroe se aventura desde un mundo cotidiano a una región de maravillas sobrenaturales, allí se encuentra con fuerzas fabulosas y obtiene una victoria decisiva. El héroe regresa de esta misteriosa aventura con el poder de otorgar bendiciones a sus semejantes.
Joseph Campbell
.
Sí ¡Vengan de a uno!
En el libro El héroe de las mil caras (2008), Joseph Campbell señala que las narrativas de carácter mitológico comparten una misma estructura. Esto significa que los mitos tienen el mismo marco referencial, porque la estructura del viaje del héroe se repite en múltiples mitos.
Esto ocurre porque el viaje del héroe es un arquetipo común que se presenta en las narraciones, incluso en las contemporáneas. En síntesis, se trata de una historia en la que el héroe inicia una aventura, obtiene una victoria y se transforma.
Es importante advertir que en el libro, Joseph Campbell propone una serie de etapas que ocurren a lo largo del viaje. Pero, la realidad es que en la narración contemporánea no necesariamente deben darse todas.
Al leer esto, probablemente te preguntarás: ¿En qué parte Jesse se transforma?
Déjame darte algo de contexto…
Desde el capítulo I hasta prácticamente los últimos segundos de la película El camino, el conflicto psicológico que guía las acciones de Jesse es la Aboulomanía, un nombre elegante para describir la locura causada por la incapacidad de tomar decisiones. Se trata de un trastorno psicológico que se puede observar en los hilos de la narración.
Recordemos que Walter lo chantajea para asociarse en el negocio de las metanfetaminas. Ahí comienza el viaje que desencadenará el proceso de transformación en el que pasa de adicto y delincuente de poca monta a ser humano.
Durante el desarrollo de la historia, está más que claro que Jesse ve en el protagonista una figura paterna. Hace millones de intentos para congeniar con él y en cierto grado funciona, al punto de que si Walter Jr. es el hijo de Walter, Jesse es el de Heisenberg.
Sin embargo, a medida que el vínculo entre ambos se afianza, Jesse se ve obligado a cuestionar su esquema de valores éticos para no perder ese soporte emocional. Temporada tras temporada esto se va haciendo más evidente, lo que termina creando una brecha importante entre ellos, hasta el momento en el que Jesse se ve obligado a asesinar a Gale, y ya no hay vuelta atrás.
Mientras Jesse se humaniza, con Walter ocurre todo lo contrario. Ya en el momento en que muere Mike, Jesse se libera del dominio del protagonista y comienza su intento de venganza y hasta cierto punto, redención.
Después del proceso de despersonalización que ocurre a raíz de su secuestro, Jesse recupera parte de su voluntad, y es en El camino en el que vemos al héroe tener la fuerza para seguir su vida sin Walter.
Entonces, respondiendo la pregunta del inicio… Sí, sí hay un héroe en Breaking Bad: Jesse Pinkman.