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Un tema de conversación muy popular en estas primeras semanas de 2024 ha sido la Meninas Caracas Gallery, una exposición abierta en el municipio Chacao donde 19 obras de arte que homenajean a Las Meninas de Velásquez habitan diferentes puntos de la capital del país. Esta es una exposición que estará presente en la ciudad hasta el 15 de febrero, así que, si no has tomado tus respectivas fotos con ellas, tenlo en tu agenda.
Más allá de la discusión en redes sociales (el medidor del pulso social de nuestros tiempos) sobre si estas obras se pueden considerar arte o no, es interesante observar cómo la Meninas Caracas Gallery nos da razones para reflexionar en un carácter que comparten todas las formas de arte: su manera de capturar el fotograma de una época y permitirnos reflexionar a través de él.
Un apunte sobre la influencia de los contextos a la hora de crear
Nada nace del aire, sino en medio de una situación o situaciones concretas. Decir que la realidad es compleja no significa necesariamente que es difícil o complicada, sino que se conforma de diferentes elementos y variables relacionadas entre sí. Todo esto es parte de la relación entre nosotros con la realidad, e influyen de una manera u otra en cómo la percibimos y cómo actuamos sobre ella.
El proceso creativo no se desentiende de esta ecuación. Cuando creamos algo, estamos condicionados por las circunstancias que nos rodean en el momento, sea de manera manifiesta o latente, estemos conscientes o no de ello. Por ese motivo, al momento de apreciar una obra de arte, vemos a través de ella algunos elementos propios de la época en la que tiene lugar, hayan sido incluidos de manera intencional por parte del autor o estando presentes cuando la obra es parte de una revisión analítica.
El contexto no influye solamente en la creación de las obras artísticas, sino también en cómo son recibidas, analizadas e interpretadas por parte de las personas, pues cada época tiene una serie de elementos morales, culturales, religiosos e históricos en juego que, junto a nuestras propias experiencias personales, influyen en cómo construimos nuestra visión del mundo y sensibilidad en torno a él.
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Lo anterior nos sirve para entender mejor la condición de “clásicos” que tienen algunos trabajos artísticos, especialmente los de décadas o siglos anteriores. SI esas obras todavía siguen resonando en nosotros mucho tiempo después de haber sido publicadas, puede deberse a que transmiten algo que supera algo más allá de los contextos particulares y que reposa en una característica esencial del ser humano. ¿Podría ser el espíritu?
Lo cierto es que estas meninas son venezolanas
Quien haya pasado por Las Meninas en Caracas en los últimos días se habrá percatado que todas se caracterizan de una manera u otra por representar elementos del imaginario venezolano contemporáneo, dícese, elementos presentes en el cúmulo colectivo de ideas que hemos ido formando con los años y que nos sirven para atribuir características a nuestra identidad nacional actual. Haciendo memoria rápida de algunas de las Meninas de Caracas, tenemos representaciones de:
- Simón Bolívar
- Los Roques
- Petróleo (el oro negro)
- Deyna Castellanos
- Ronald Acuña
- Araguaney
- Orquídea
- Ron venezolano
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Uno de los aspectos que todos estos elementos tienen en común es que, de una manera u otra, se relacionan y nosotros los asociamos con nuestra identidad como venezolanos, sea porque fueron piezas clave en el desarrollo de nuestra historia; refieren a personas con un rendimiento deportivo destacado; corresponden a sitios o elementos naturales propios de nuestro territorio, entre otras razones. Siendo así, la elección de estas representaciones no es casualidad.
Es importante acentuar el adjetivo de “contemporáneo” que usamos anteriormente. Si bien hay elementos en esta lista cuya presencia en el imaginario venezolano data de décadas y hasta siglos atrás, hay otros que son bastante recientes (Sí, los miro a ustedes, Deyna y Acuña), pero que han tenido una relevancia tal que, hoy por hoy, son parte de la cultura popular del país y comparten escenario con una de las figuras más importantes de la historia de América como lo es Simón Bolívar.
Con lo anterior, una de las formas en que podemos comprender a la Meninas Caracas Gallery es como un recuento de la historia y presente de un país, un documento que cuenta a través de 19 piezas un momento de la historia del país a través de signos que compartimos socialmente. Este documento es una captura de la época en que surge, y también de las que le precedieron.
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Esta es una de las características que las Meninas comparten con las obras de arte en general. A grandes rasgos, cada expresión artística en particular transmite elementos de la época en que se desarrolla y sirve como una cristalización de su momento particular, un artefacto que queda para el futuro y que es una de las maneras con las que es posible acercarse y comprender un momento histórico.
Un espejo de nosotros
Teniendo el arte la capacidad de fotografiar una época y sus desarrollos socioculturales, económicos, políticos, etcétera, es un registro no solo para que las generaciones posteriores puedan acercarse a un tiempo anterior al suyo, sino también para que nosotros, que somos contemporáneos a la época, podamos apreciar el momento histórico que vivimos desde miradas más críticas y reflexivas por medio del arte.
En el caso de las Meninas Caracas Gallery, podemos preguntarnos en qué medida nos identificamos con sus representaciones, desde qué lugares y cómo. Por ejemplo, si bien muchas personas podemos reconocer a Simón Bolívar como uno de los personajes más importantes del país en la historia de América y cuyo impacto fue más allá de su época, quizá no pueda decirse lo mismo de alguien como Deyna Castellanos, cuya relevancia pertenece a otro ámbito y queda aún por ver si dicha importancia puede superar la prueba del tiempo.
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Otro posible cuestionamiento parte de nuestra relación con el petróleo. Es inevitable asociarlo con el desarrollo histórico del país a lo largo de los siglos XX y XXI, pero así como ha tenido efectos positivos, también ha tenido implicaciones negativas, como la falta de inversión en otros sectores productivos a raíz de la dependencia del llamado “oro negro”. Con el tiempo, esto se ha convertido en uno de los factores para explicar la crisis económica que envuelve al país desde hace unos cuantos años.
Las Meninas: un intento de acercar nuevo arte a la ciudad
La Meninas Caracas Gallery también nos sirve para pensar un poco en el desarrollo de nuevas propuestas artísticas para el público general. Caracas no está escasa de lugares artísticos convencionales como museos o galerías de arte, pero el desarrollo de nuevos espacios artísticos más allá de los ya conocidos y recorridos ha quedado estancado más allá de iniciativas de circuitos culturales sectorizado.
Un ejemplo de lo anterior es Licuadora Alternativa, una propuesta propia de la escena alternativa caraqueña. En sus 8 ediciones (o volúmenes), Licuadora ha sido un espacio donde diferentes artistas dentro y fuera de Caracas presentan propuestas basadas en la hibridación o cruce de diferentes disciplinas artísticas, como danza, videomontaje, literatura, escultura, y más, para ofrecer una propuesta novedosa en el marco de los medios mixtos. De ahí su nombre, licuadora, pues se trata de mezclar diferentes lenguajes expresivos para dar lugar a algo nuevo.
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Si bien Licuadora Alternativa ha sido un espacio muy interesante para apreciar cómo diferentes disciplinas artísticas pueden cruzarse entre sí para ofrecer propuestas y lenguajes artísticos novedosos, es una iniciativa sectorizada en un circuito cultural reducido y que, por ahora, no busca llegar a un público más amplio.
Esto es lo que hace a la Caracas Meninas Gallery algo distinto, su intención de ser una exposición accesible a diferentes sensibilidades culturales. Esto sucede no solo por representar distintos elementos presentes en la cultura popular del país y con el que muchas personas se pueden identificar de manera colectiva, sino también por estar presente en sitios públicos que podemos transitar en nuestro día a día.
De esta manera, aunque somos quienes nos aproximamos a Las Meninas, realmente es el arte lo que se desplaza hacia nuestra posición, pues estas obras salen de sus espacios comunes para ser parte de los nuestros, calles y avenidas.
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La exposición de Las Meninas en Chacao nos ayuda a reflexionar un poco sobre diferentes cuestiones, desde cómo nos identificamos como venezolanos hasta la existencia o no de propuestas artísticas nuevas orientadas al público general. Es también una oportunidad para pensar en la manera en que los contextos históricos nutren el arte y, al revés, cómo las obras artísticas nos pueden servir para interpretar un momento de la historiar y registrarlo para su lectura en épocas posteriores.
En este escenario, una de las cosas a prestar atención después del fin de la Caracas Meninas Gallery es sobre si veremos iniciativas similares en el corto plazo, no solamente en el municipio Chacao, sino en otros espacios de Caracas (y del país), siendo que proyectos de este tipo generan consciencia e interés en las personas sobre el arte y su valor en la experiencia citadina contemporánea.
Hola ,me parece muy oportuno ,tu comentario sobre la exposición de esculturas sobre las «meninas de Velázquez » y lo más interesante es el enfoque y la propuesta o la interrogante q planteas con próximos eventos ,q tendrían similar o elementos q estén conectados con nuestro acontecer cultural ,(sin criterios seudo politiqueros) o elementos esteticos,saturados de un afán de ir al evento para mi próxima foto en mi cel para enviárselas a mis amigas o amigos en el exterior.Los q manejen estos espacios deberían tener criterios artísticos ,o conocimientos de puesta en escena o tener criterios estrictamente de como manejar estas propuestas ,para mí es algo muy serio.Un abrazo querido amigo