XVI
Ya me dispongo al viaje
mi equipaje fatal es todo lo que me queda
el Mariscal nos trajo de victoria en victoria
pero siempre está la latencia de la muerte
pero siempre está la esperanza de la vida
más allá de la mía
más allá de la tuya.
XVII
Y mi voz canta como ave al amanecer
la tristeza abierta de tus ojos
bajo este cielo inmóvil
frío y duro como el canto
de las negras que lavan las ropas blancas de sus amos
en sus madrugadas sin luz
en sus noches de amor forzoso
cantan mi tránsito
mi camino a la libertad.
XVIII
Sin ojos, se desnuda en la noche
recuerda a Mariana y a los rostros del fuego
piensa en el sueño de los guerreros
los que esperaba y no llegaron
los que llegaron y no esperaba
los que esperaban levantar las lanzas
cruzar ríos y cordilleras para sembrar victoria
para cantar como hombres y mujeres libres.
XIX
Cuando el cañón suene
diré tu nombre
pondré mi rodilla sobre la tierra
dejando apenas mi sombra
recostada sobre una nube
que tenga tu rostro sobre Ayacucho
una constelación hecha con tu nombre
en ese cielo que espera el peso ligero de mi alma.
XX
He yacido esta noche en tu memoria
me cobija tu sueño
la ilusión de cruzar de nuevo nuestras piernas
de escuchar tu palabra herida
tu soledad
tu queja
yazgo pensando en el combate
en la herida abierta por la lanza
el último pensamiento que ya me acongoja
espero que sea como lo he planificado
que la última imagen sea tu rostro aquella noche tibia
que sea tu gracia divina virginal
recibiéndome en el cielo donde me dejaste antes de partir.