jueves, julio 17, 2025
  • Login
MENTEKUPA
  • INICIO
  • SINDICADOS MK
    • ENSAYO
    • ENTREVISTAS
    • CRÓNICAS
    • OPINIÓN
    • EDITORIAL
    • COLUMNISTAS MK
  • SIETETETÉ
    • ILUSTRACIÓN
    • FOTOGRAFÍA
    • PINTURA
    • ESCULTURA
  • MÚSICA
  • CINE
  • LITERATURA
    • POESÍA
    • NARRATIVA BREVE
    • SERIADOS MK
  • QUÉ ES MENTEKUPA
  • SERVICIOS EDITORIALES
  • LIBRERÍA
Sin resultados
Ver todos los resultados
MENTEKUPA
  • INICIO
  • SINDICADOS MK
    • ENSAYO
    • ENTREVISTAS
    • CRÓNICAS
    • OPINIÓN
    • EDITORIAL
    • COLUMNISTAS MK
  • SIETETETÉ
    • ILUSTRACIÓN
    • FOTOGRAFÍA
    • PINTURA
    • ESCULTURA
  • MÚSICA
  • CINE
  • LITERATURA
    • POESÍA
    • NARRATIVA BREVE
    • SERIADOS MK
  • QUÉ ES MENTEKUPA
  • SERVICIOS EDITORIALES
  • LIBRERÍA
Sin resultados
Ver todos los resultados
MENTEKUPA
Sin resultados
Ver todos los resultados

Luminiscencia. Poemas de Sebastián Miranda Brenes

Sebastián Miranda Brenes Por Sebastián Miranda Brenes
6 agosto, 2023
en Literatura, Poesía
0

Oración en Saqsaywoman

A través del fuego
le pido al viento
que me abra la palabra
como abre la roca
y las alas del cóndor

al río 
que moldee mi verbo
y lo haga florecer como lirio

al sol
que ilumine las imágenes
que se levantan como tótems
y con sombras recrean 
dioses que merodean los sentidos
un jaguar en el bosque

pido a la montaña
que vigile mi lenguaje
para que siempre sea el camino
que los lleve hasta el mar

Antropoceno

Después de la devastación
caminó por el desierto 
se sentó a la orilla de un peñasco
miró el vació entre las ruinas
la extensión del silencio como una hilera de polvo
 
la paralizó su supuesta quietud
lo inerte de la planicie
la sequedad que partía los labios

se contagió de su aridez
sus ojos se hicieron arena
su cuerpo se fue desboronando
se hizo parte del suelo
y se arrastró hasta la tumba de sus maestras
que la abrigaron bajo su sombra
mientras susurraban sus nombres pasados
y expiaban sus culpas

después de habitar 
en los vestigios de un mar antiguo
Ella
abandonó sus deseos bajo tierra 
arrancó sus verdades
y las enterró en nidos de serpientes

se topó con las diosas que llevaban sus ojos
le hablaron como un demiurgo
le descifraron el lenguaje de la destrucción
y el dolor de las especies muertas

la tomaron en brazos
y la dejaron a la orilla de un riachuelo
donde sació la sed de meses

Ella
comprendió
que después del colapso
                   todo renace
en vez de extinguirse

Crónica de un árbol centenario

I

formamos la piel
de la montaña y del valle

ofrendamos el cuerpo

recibimos
el golpe del trueno
caímos en silencio

con la raíz
penetramos a lo profundo
extrajimos lo elemental
lo heredamos  
                  en un fruto

II

el viento trajo 
sonidos de pasos 
que cambiaron la vibración

la armonía se transformó en rugido
y conocimos el miedo

III

el crujido 
fue el grito que lanzaban 
por su vientre perforado
en el descenso se abrazaban a otros
caían juntos

fueron arrastrados
inmolados
y por ellos 
nadie clamó justicia

IV

el suelo le mostró al sol su rostro
y yo mi cuerpo 
                   invadido 
por la soledad que se extiende por kilómetros

un siglo 
viendo devastarse el sitio que hábito
y perdiéndolo todo
                             en silencio

Zopilote Rey

 un zopilote
                          siempre es señal de buen augurio
                                                Alberto Arce Daikini
Suspendido
al lado de una nube
vigilo el fluir del aire

mis alas se extienden
se impregnan de supremacía 
e irradio la energía de una estrella

desde lo alto
abrazo al mundo
y lo contemplo decepcionado

nadie recuerda
mi tiempo de guerrero
ni de dios
ni cómo transcendí
para ser el protector
de una especie que falló

seres que ignoraron
el signo mágico en mi cabeza
y como carroñeros
caminaron
devorándolo todo
hasta comerse 
su propio espíritu

Cangrejo

Sigiloso
salgo del agujero
veo la playa vacía

camino despacio
con las tenazas como palitas
le robo la sal a la arena
siempre atento
hago bolitas que dejo como huellas
me detengo
al sentir vibrar los granitos
corro asustado
          ―tenazas arriba―
hasta mi nido
desaparezco
repentinamente
dejo a la playa
           otra vez
           solitaria

Fósil

I

La hoja 
convocada por la tierra
cae sobre la roca

ambas
son enterradas
como un mismo cuerpo
por una manada de saínos

ganan profundidad
por el paso de las dantas
y otras especies mayores

la piedra-hoja
parece estar buscando el centro del planeta
huye del aire
y de ese sitio sobrepoblado de bacterias

apacible
en la quietud del subsuelo
le es indiferente 
el sonido del rayo 
la vibración de la flor
la descomposición del follaje
el fluir de la lluvia
que apenas le llega

II

A la piedra-hoja
la han tomado por sorpresa
la extrajeron durante una excavación

hubo algarabía al hallarla
fue transportada en una caja de seguridad
limpiada con exceso cuidado
almacena en una urna
y colocada en la vitrina de un museo

alrededor de la piedra-hoja
se habla de un tiempo
que para ella no existe
y que para ustedes 
es indescifrable

Tienen que ser ingenuos

para creer a un árbol estático

piensen en sus raíces
como si fueran sus dedos enterrándose en la arena
luego se extienden
a través del subsuelo
abren surcos entre cada capa para avanzar

sus raíces
penetran la arcilla
envuelven la roca
alcanzan cámaras secretas
donde escuchan el fluir del agua subterránea
que se alimenta con la lluvia

por qué insisten
tercamente
en que el árbol está ahí quieto

que no se mueve un paso
a pesar de que sus raíces se extienden por kilómetros
transitando por lugares
para ustedes inhóspitos

tal vez sitios mágicos
tal vez lugares libres de ruido
tal vez refugio
                         de otros seres
que a toda costa
escaparon de ustedes

Nada les pertenece

ni lo escrito
ni lo dicho

suya es solo la palabra
recién parida
acabada de romper el cascaron

suya
antes de salir de los labios
antes de presionar la lengua
para hacer vibrar la garganta
en fonética clara
                            precisa
hasta que emigre
                        en una erupción 

en ese punto
vuelven a quedar sin nada
de nuevo sus manos vacías
                                     ante el universo

ahí es cuando deben sentarse
a escuchar el río
el dialogo entre aves y perros
lo que les dice el aire
la verdad de la lluvia
el canto de la semilla

permanecer en silencio
hasta que otra palabra
se condense
germine
emerja
para que posean algo 
                   por un instante

¿Cuál es el afán del mar de chocar con el risco

de marcar perpetuamente a la piedra con surcos 
sino es contarles 
con glifos subacuáticos   
su versión de la historia?

¿qué enigmas les revelaría
si interpretaran su escritura?
¿qué les contaría acerca del coral
sobre que personaje épico cantaría
les revelaría la clave del origen
las historias de sus naufragios
o de ciudades escondidas en las profundidades?

¿les hablaría de su furia
de la nostalgia de los barcos
los secretos de las conquistas
de la cacería milenaria
de ballenas, peces 
y tantos otros de sus habitantes?

las marcas en los peñascos
es el lenguaje que les hereda
poesía grabada como aguafuerte 
a punta de oleaje 
                         en los paredones

Es fácil cuando hablan del río 

sin conocer su entraña 

sencillo cuando mencionen al ave sin saber de su vuelo

simple que le canten al mar siendo ajenos a su corriente
a la extensión de su suelo
                         a su ira

por qué describen al caracol y el secreto de su concha
el misticismo de la rana
la sinfonía del grillo que alarga la noche
si escriben desde la lejanía
donde todo les parece una materia oscura
ajena a su sangre

para qué escriben
si no sienten la respiración del río
ni los latidos del ave
ni el rugido del mar
ni la vibración del mundo

Olvidaron saberme viva

con mi sangre circulando
como corriente submarina

el mar es mi arteria 
que enrojece los labios
y mantiene el calor de las manos
que como magma
edifica nuevos territorios
                           
me olvidaron viva
y saberme llena de frutos 
donde hierve un líquido
que hidrata al mundo 
como el agua colada entre raíces
después de la lluvia

olvidaron sentir mi viento
que en el pecho se dibuja como tormenta
y saberme viva
cuando desarmo el follaje
que cae en silencio
en medio del bosque

olvidaron saberme
dentro de un volcán
que me agrieta la piel
y que viva
espero a que florezcan las hortensias y los girasoles


me olvidaron cubierta de nubes
saberme río 
bajando purificada de la cordillera
hasta llegar al mar
donde desemboco 
                              viva
con un aliento de sol

El viento con aroma a sangre

transportó a la semilla que penetró por sus pies
y brotó
hasta alcanzar su garganta
donde se ramificó

luego hizo vibrar esas hojas
que ustedes llaman palabras
con las que ahora reniegan
con las que ahora atacan
al viento con lomo de polvo

por eso el viento huye
se refugia en el pulmón del mono
se oculta en la branquia del pez
se atrinchera en el cráter de un volcán adormilado
mientras conserva el olor a romero y a tierra mojada
para recordar ese sitio que habitó por tanto tiempo
y como si fuera un desterrado 
ahora lo evita
por miedo a sus voces 
que demandan que regrese:

viento ausencia   
perdido en el bosque 

viento recuerdo
que todo lo condensa en puntos de luz

viento madre
pulmones llenos del primer llanto
viento océano 
exhalación del tiempo como un huracán
viento universo
crujir de la lluvia

exigimos que regresés
pues nos dejaste solos
sin más que la noche
para escribir

pero el viento calla
se estremece ante el llamado del humo y del fuego
ignora la danza que hacen 
mientras queman sándalo y canela

se niega a volver
teme ser conquistado por el aliento
que exhalan los pulmones metálicos
y tembloroso se pregunta:
¿cómo cantarán las aves
en mi ausencia?

¿será suficiente el sol
para secar al hipopótamo?

¿quién les recordará los olores de su infancia?

el viento aclama una tregua
les pide que abandonen su rigidez
esa idea de peñón
ese yo de arena
que tanto líquido acumula en su buche 
ya no es una cuestión de dioses
es una cuestión de vida
pues ante tanta terquedad
el viento escapa 
                 en una ráfaga 
a través de la negritud del mar

Pequeños mordientes

ustedes que viven de espaldas al mar
                           ¿se creen realmente
                            con un pecho de océano? 

¿se creen tan ciertos
con un aire de trasatlántico
y que por levantar estructuras
superan la arquitectura del oleaje? 

¿y si el mar se los traga? 
                              
¿y si olfatea sus miedos?
esos trozos de llanto ante trozos de muerte

¿y si el mar recoge su esencia
y los deja desiertos? 

el mar es una boca donde resuenan los soles

donde el viento brilla sobre las olas
que son su saliva

el mar
―ese bosque de peces―
choca contra los barcos
dejándoles cicatrices

el sentido del mar es el sentido de la vida
trozos de flores ante trozos de corrientes submarinas

ustedes son uno con el mar
es decir 
son una marea que reacciona ante la luna

pero cómo lo entienden
si perdieron su canto
si olvidaron que el origen de sus nombres
provienen del golpe de las olas

el mar los imagina
como hipocampos ocultos entre algas
mientras ustedes se piensan turistas
                                          cuerpos que intentan huir
                                          de una realidad imaginada
en este punto
el mar no está para perdonarlos
                              
se agotaron sus ofrendas
la posibilidad de volver
a su origen submarino

¿a quién concederá ahora la piedad de la espuma?

¿para quién sus cavernas vacías en los arrecifes?

no habrá nada más solitario
que sus ojos hundiéndose
como soles que se oxidan
                        
el mar es una flor
que se les abre como una boca ante la noche
y les lanza su salitre como polen

Matrices

nacen jaguares con aire de dios
de una selva con aire de madre
(vientre fértil que libera su lava)
y da luz a bandadas de aves
que alcanzan un mar lleno de estrellas 
que forman constelaciones submarinas
mientras abre sus cavernas 
para parir morenas y barracudas

la energía se condensa
se transforma en cuerpos con vientres abultados
de donde emerge el tapir que huye por el bosque
la cebra cazada por el leopardo
el niño que como perezoso
es cargado en la espalda de su madre 
mientras ella recolecta frutos
o labra los campos
de donde se mira la ciudad
(madre de vientre artificial)
donde fluyen lágrimas plásticas
que florecen como botellas de las alcantarillas
por donde se cuela el líquido amniótico de las fábricas
(madres de fuentes reventadas)
que ofrecen sus chimeneas como pechos
y por donde ustedes entran
para nacer devoradores 
para ser lanzados al océano como placentas 

pero de la luz resurgen 
campos con olor a bosque
mares con olor a algas
cielos con olor a lluvia
de donde ustedes renacen con olor a vida
libres de polvo y de pensamiento
abriendo los ojos a nuevos soles
(matrices) 
donde las mantarrayas saltan del agua
y sobrevuelan el mar

Después de horas de caminar

 hasta ampollar sus pies
              hasta agrietar sus labios
se sienta en silencio ante los crestones

los conejos de la sabana
se percatan de su presencia
el zorro que bajaba
se esconde entre el arbusto y la vigila
todo alrededor parece quedar a la expectativa
mientras que el cielo
                                  cómplice
deja la cima despejada

Ella mira al Viejo que ahí habita
―antiguo ermitaño
que se mueve lentamente entre las rocas―

Él
aunque sorprendido de ser hallado
la comprende
y le envía unas palabras 
una pequeña pista para su búsqueda
una señal que debe hallar en los senderos
Ella
con su respiración ahora lenta
cierra los ojos 
y recibe el murmullo
que baja entre los ríos que nacen


el Viejo de los crestones
se mimetiza
desaparece entre una grieta

Ella le agradece
se levanta
y reinicia el camino

su cansancio la cubre de liquen
su ansia 
como la llovizna 
se cristaliza con el frío 

alcanza una laguna 
casi seca como su rostro  

transita por valles
casi deshabitados como sus manos

sin darse cuenta
se refleja en los ojos del puma
y la duda revienta en su pecho
como un hongo que crece en la ladera

Ella se detiene
siente a los arbustos florecer entre sus piernas
la vibración de la roca por el corazón de la lagartija
el crecimiento de la montaña
que cruje como un cascaron


Ella comprende
que el temor lo dejó justo donde acabó el bosque
que la incertidumbre es una rama seca
que el páramo es un vientre abierto que la recibe

ahora liviana
es impulsada por la ventisca
hasta que recupera el asombro
cuando llega ante el cerro más alto

lo escala
rompe sus manos
se despoja de sus últimos miedos
antes de alcanzar la cúspide

Ella extiende los brazos
parece abrazar las nubes que se mueven como manadas

sus ojos 
ahora forman parte de la extensión de los mares
su cuerpo 
parte del follaje que cubre los volcanes
su aliento 
del agua que se vierte por la llanura

Ella se desprende de todo origen
se confunde con el celaje
recibe al trueno en sus manos
en el momento que replica las palabras del Viejo

AQUÍ LO QUE SUCEDE 
                             ES LA VIDA

En el principio

transitó 
el mundo recreado por ballenas jorobadas

abrió los poros del asfalto
para dejar libres a los arbustos
donde copularon mariposas

absorbió las balas
que amenazaban al niño y al jaguar
al saíno que ahora brinca en las charcas
al ave que migra y ahora reposa en los patios

dejó la extinción en mito
como un mal recuerdo
de aquellos monos que perdieron hermanos

empezó un nuevo ciclo 
cediéndole el paso a los manatíes 
a la jauría de leones marinos
que como en protesta
reclamaron la playa

inició
con el océano iluminado por el plancton
como un cielo atravesado
por millones de luciérnagas
aceptando las leyes que dictó el mar
y su nuevo nombre
provino del río
que como anguila transparente
mostró a los peces desovando
en este ciclo 
abandonó las capitales hechas fósil
y con ellas su voz 
rebotó
en ecos dentro de las caracolas

así 
se reconoció
en el erizo o en el hipocampo
en la oruga que se enroscó
y dibujó la forma del origen

se entregó 
a lo elemental del jade y del cuarzo

en el principio
Ella
caminó por la noche 
                                  guiada por el búho
nadó por el lago 
                              con la pasividad del lirio
y jugó 
            con los colibríes 
                                           bajo la lluvia

Ofrenda

Dejo mi corazón
en la colada de lava
de una reciente erupción
que dejó todo desértico

lo dejo entre basaltos
para protegerlo de carroñeros
                                 y del sol

para que solo lo bañe la lluvia
y lo cubra el polvo del magma erosionado

planto mi corazón
entre la roca volcánica

no para que sea fósil
ni para que futuros arqueólogos declaren
"he aquí el corazón
de un ser esperanzado"
No
me niego a que sea objeto de museo
o una pieza de huaquero

por el contrario
les ofrendo mi corazón
ante esta colina devastada
para que sea la primera semilla
para que sea soporte de la primera raíz
o el primer sustento de una nueva tierra
 
no espero que florezca
ni que se convierta en una gran ceiba

no espero que sea el centro de la vida
ni reconocido como símbolo de fertilidad

simplemente
lo dispongo entre estas ruinas
para que se cubra de musgo
mientras me siento en la llanura
a contemplar
―con mi pecho vacío―
como ustedes renacen 
entre el bosque.

—

Muestra del libro Luminiscencia, Nueva York Poetry Press y FruitSaladaShaker ediciones, 2021.

Etiquetas: Nueva poesía de Costa RicaPoesía costarricense contemporáneaPoesía de Costa Rica
Artículo previo

Un cinéfago en la mitad del mundo. «Qué grande ERA el cine» recorre Ecuador

Siguiente artículo

Confidencias (1974, Luchino Visconti)

Siguiente artículo
Confidencias (1974, Luchino Visconti)

Confidencias (1974, Luchino Visconti)

Deja un comentario Cancelar la respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Compra aquí: Qué grande ERA el cine

Compra aquí: Kintsugi de mi memoria

Compra aquí: El rostro de Prometeo resistente

  • INICIO
  • SINDICADOS MK
  • SIETETETÉ
  • MÚSICA
  • CINE
  • LITERATURA
  • QUÉ ES MENTEKUPA
  • SERVICIOS EDITORIALES
  • LIBRERÍA

Sin resultados
Ver todos los resultados
  • INICIO
  • SINDICADOS MK
    • ENSAYO
    • ENTREVISTAS
    • CRÓNICAS
    • OPINIÓN
    • EDITORIAL
    • COLUMNISTAS MK
  • SIETETETÉ
    • ILUSTRACIÓN
    • FOTOGRAFÍA
    • PINTURA
    • ESCULTURA
  • MÚSICA
  • CINE
  • LITERATURA
    • POESÍA
    • NARRATIVA BREVE
    • SERIADOS MK
  • QUÉ ES MENTEKUPA
  • SERVICIOS EDITORIALES
  • LIBRERÍA

Welcome Back!

Login to your account below

Forgotten Password?

Retrieve your password

Please enter your username or email address to reset your password.

Log In