David Bowie necesitaba un buen sencillo para promocionar David Bowie [1](1969), su segundo disco de estudio. A finales de los sesentas, el artista británico se encontraba cercano al folk y al movimiento hippie, todavía no se le podía asociar a la escena glam británica, aunque sí empezaba a manifestarse su inclinación a cambiar periódicamente de apariencia, llevando una cabellera larga que nada tenía que ver con el peinado reservado que lucía en la portada de su elepé debut de 1967.
Corría 1969, el mundo estaba pendiente de un gran paso para la humanidad y del pequeño paso de un hombre. El 16 de julio fue la fecha marcada para el lanzamiento del Apolo 11 desde el Centro Espacial Kennedy en Florida, Estados Unidos. Una fecha especial en la historia, siendo el día en que despegaría el primer vuelo espacial en colocar seres humanos en la superficie lunar, lo que no es un hecho menor, considerando que había una carrera espacial en curso entre Estados Unidos y la Unión Soviética que definiría cuál país gozaría de supremacía tecnológica sobre el otro, al menos en lo que vuelo espacial se refiere.
Por otro lado, para 1969 ya había sido publicada una de las películas más importantes del catálogo de Stanley Kubrick, 2001: A Space Oddisey (2001: odisea en el espacio), uno de los largometrajes más influyentes no solamente en el ámbito de la ciencia ficción, sino en la cinematografía en general, por sus efectos visuales, ambientaciones musicales, planos secuencias, escenarios, y todas sus posibles lecturas sobre la evolución humana, existencialismo, religión, tecnología, la naturaleza humana, y otros tópicos.
Esta obra, inspirada parcialmente por el cuento corto «El centinela» del escritor inglés Arthur C. Clarke, sería la principal inspiración para la creación de «Space Oddity», habiendo Bowie escrito la canción poco después de ver la película. Aprovechando el inminente lanzamiento del Apolo 11 unos días después, Bowie lanzó «Space Oddity» como sencillo el 11 de julio de 1969, convirtiéndose en su primer éxito en las listas británicas y erigiéndose con el tiempo como una de las piezas más representativas e importantes de su catálogo musical.
1. Un extravío espacial
La interpretación más común sobre «Space Oddity» detalla la historia del mayor Tom, un astronauta que logra llegar al espacio exterior con su nave espacial, llenando de emoción y admiración a la humanidad como lo deja saber el Control Terrestre (This is Ground Control to Major Tom/ you really made the grade), que son los encargados de monitorear el estado de la misión y cerciorarse de que todo va según lo planeado (Ground Control to Major Tom/ take your protein pills and put your helmet on).
Después de salir de la cápsula de su nave y experimentar la falta de gravedad (I’m stepping through the door/ and I’m floating In the most peculiar way), el mayor Tom tiene un momento de tranquilidad que le permite observar el planeta Tierra en toda su magnificencia y azulado esplendor, lo que quizá lo lleva a pensar sobre su propia indefensión respecto a las fuerzas que lo conducen cada vez más y más lejos de su mundo (Planet Earth is blue/ and there’s nothing I can do).
Poco después, empiezan a ocurrir problemas en la nave de nuestro protagonista, que sugiere que su transporte está fuera de su control [2], mientras acepta que nunca volverá a la Tierra ni verá nuevamente a su esposa (And I think my spaceship knows which way to go/ Tell my wife I love her very much, she knows). Control Terrestre se entera de que ya no hay puente de comunicación con el mayor Tom e intentan, con desespero, comprobar la situación del protagonista (Can you hear me, Major Tom?/ Can you hear me, Major Tom?/ Can you hear me, Major Tom?).
Nuestro protagonista, solo y yendo más allá de la luna, acepta con tranquilidad su destino de vagar eternamente por el espacio, repitiendo las mismas palabras que dijo cuando todo marchaba bien (Planet Earth is blue/ and there’s nothing I can do), reafirmando su impotencia respecto a las fuerzas del universo y quizá del destino también.
Fácilmente se puede pensar que el mayor Tom morirá irremediablemente en el espacio, pero en «Ashes to Ashes» se nos revelaría que él está vivo, aunque ya no es el héroe que despertaba inspiración y admiración entre las personas, sino un drogadicto cuya imagen ahora es empleada por los padres de niños traviesos para que cumplan con sus deberes y responsabilidades, convirtiéndose así en un “coco” u “hombre del saco” moderno.
2. ¿Drogadicto en vez de astronauta?
Apenas Bowie liberó «Ashes to Ashes» en 1980 como primer sencillo de Scary Monsters (and Super Creeps), la noción de que «Space Oddity» relataba la experiencia de un drogadicto cobró más fuerza que nunca, fortaleciendo una segunda lectura de la canción que, en detrimento de la literalidad, contempla la pieza en clave de metáfora. Perdimos al mayor Tom astronauta, pero, en su lugar, recibimos al mayor Tom drogadicto.
En «Space Oddity» sí hay elementos para elaborar una segunda interpretación de la canción, y que esta interpretación la contemple como una historia sobre la profundización de una persona en su drogadicción. Esta segunda interpretación no anula la lectura convencional [4] que suele hacerse sobre la canción, sino que “convive” con ella en el mismo espacio sonoro y textual, así como ocurre en la vasta generalidad de los textos.
Las referencias al consumo de drogas son sutiles, pero visibles al examinar algunas de las connotaciones presentes en el texto. Por ejemplo, el verbo que usa el mayor Tom para describir su experiencia de ingravidez al salir de su nave es “flotar” (And I’m floating in the most peculiar way). Aquí podría decirse que la sensación de flotar ha sido compartida por muchas personas que han experimentado con drogas que les inducen experiencias psicodélicas, por lo que puede que el mayor Tom se sienta flotar por los efectos que las drogas inducen sobre su organismo.
Si seguimos esta segunda interpretación, el Control Terrestre podría ser una representación de los allegados del mayor Tom, que se preocuparían por él a medida que las drogas lo arrastran más y más a su perdición. Esta preocupación se expresa principalmente cuando la vía de comunicación con nuestro protagonista se pierde; surge el temor de que el astronauta se extravíe por siempre en el espacio o, en el marco de la segunda lectura, de que el drogadicto ya no pueda ser ayudado por nadie.
En una clave más desoladora, podríamos considerar al Control Terrestre como representación de la realidad que el mayor Tom está dejando atrás como consecuencia de su adicción. De este modo, que se adentre más y más profundo en el espacio se convertiría en una metáfora para la desvinculación de la realidad que pueden sufrir los drogadictos dependiendo de la gravedad de su consumo. Esto nos da pie para señalar que la imagen de un “circuito muerto” puede referir no solamente a que el circuito de comunicación entre el protagonista y el Control Terrestre está dañado, sino también a un posible daño cerebral en el Mayor Tom a razón de las drogas.
3. La relación entre rareza y odisea
Como se dijo en la introducción, se puede señalar a 2001: A Space Oddysey de Stanley Kubrick como la principal inspiración detrás del «Space Oddity» de David Bowie, lo que hace posible encontrar ciertos guiños del último hacia el primero. La referencia más obvia la encontramos en el título, entre “odisea espacial” y “rareza espacial” no hay un trecho muy grande en términos fonéticos ni tampoco textuales, lo que nos hace más susceptibles a intercambiar “oddity” y “oddysey” sin que nos demos cuenta. [3]
También podríamos señalar que dichos títulos describen no solamente la naturaleza de su obra respectiva, sino también la de la otra pieza con que mantienen relación, al menos de manera parcial. Mientras que la narrativa del mayor Tom puede calificarse como una auténtica odisea espacial, que aparentemente se hará peor después de estar abandonado a la suerte del universo, el viaje del Dr. David Bowman a bordo del Discovery puede considerarse fácilmente como una rareza del espacio provocada tanto por fuerzas humanas representadas en HAL, la inteligencia artificial a cargo de la nave, como por las fuerzas sobrehumanas detrás del Monolito y que constituyen el motivo principal de su viaje y el final del mismo.
Por otro lado, el destino que sufre el mayor Tom se puede leer como un reflejo de lo que le ocurre a David Bowman al acercarse al Monolito gigante alrededor de Júpiter, ya en la recta final de Odisea en el espacio tanto uno como otro pierden contacto con la humanidad y quedan extraviados, pero sobreviven de diferentes formas; uno quedado varado en el espacio y sobreviviendo a base de drogas, y el otro se convierte en un bebé gigante que observa la Tierra desde el espacio, probablemente siendo el primero de nosotros en ascender a una nueva etapa de nuestra evolución.
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La idea de que el mayor Tom era un drogadicto no se originó con el lanzamiento de «Ashes to Ashes» en 1980, solamente se le dio fuerza a una interpretación basada en evidencias preexistentes en «Space Oddity». Dichas evidencias se hacen más claras cuando examinamos la dimensión connotativa del texto en vez de la denotativa, y cuando concebimos la letra con un enfoque más figurativo que literal.
A pesar de que «Ashes to Ashes» nos indica que el mayor Tom sigue con vida en el espacio, en 2016 recibiríamos una insinuación de su posible muerte en el video de «Blackstar», donde podemos observar un astronauta muerto cuyo cráneo forma parte de un ritual. El video no indica que dicho astronauta es el mayor Tom, pero pensar que Bowie quería darle un cierre a su primer gran personaje en el que sería su penúltimo video musical no es del todo descabellado.
Algo que sí es indudablemente cierto es que «Space Oddity» es una de las canciones más importantes y significativas del catálogo de Bowie porque, más allá de su éxito comercial, permanece como la primera gran obra maestra de muchas que estarían en su porvenir. Siendo una pieza inspiradora construida sobre una trama atrapante y una instrumentación que le hace justicia al folk psicodélico, el género que mejor describe la canción, es difícil escuchar «Space Oddity» y no sentirse en la piel del mayor Tom durante su trayecto, una sensación fantásticamente lograda por la conjunción entre la música y la voz de Bowie, que captura las distintas emociones de tanto el astronauta como de Control Terrestre.
Han pasado más de cincuenta años desde su lanzamiento original, y no parece que «Space Oddity» deje de ser tan cautivadora y emocionante como lo fue a mediados del siglo pasado. Para llegar y perderse en las estrellas, solo hacen falta cinco minutos.
Dónde sea que estés, todos te saludamos, mayor Tom.
Notas:
[1] Este disco, que comparte nombre con el álbum debut del Duque Blanco, sería renombrado como Space Oddity en algunos relanzamientos posteriores.
[2] También es posible que el mayor Tom simplemente está tan absorto en su experiencia que él mismo no sabe el rumbo que toma su nave.
[3] He caído en este error alguna que otra vez mientras escribo estas líneas.
[4] Su primer sencillo en ocupar el top 10 en su lanzamiento inicial y, eventualmente, su primer sencillo número 1, en el relanzamiento de 1973.