No es que no lo consiguen, es que no hubo editorial en agosto. Diversas causas operaron su ausencia, la principal, un necesario debate sobre qué es un editorial y para qué sirve en cada contexto. El chat explota… ideas van y vienen. ¿En qué hay acuerdo? En que debe servir para comunicar de manera franca lo que venimos haciendo, los qué y los porqué. Sí, nos encanta redescubrir el agua tibia.
Hasta ahora la mayoría de los editoriales no van de eso, han servido para opinar y tomar posiciones frente a la coyuntura general o específica. Todo esto sin que falten las indicaciones sobre el qué hacer y cómo hacerlo, constituyendo un tejemaneje de palabras bonitas articuladas en frases sonoras. Editoriales que son ofertas de coaching o estafas del mismo tipo. Lo cierto es que, contrario a cualquier pretensión, nosotras estamos a oscuras, no tenemos nada claro. Aunque estamos hechas para opinar; poetas, letradas, filósofas y sociólogas, ahora renunciamos a todo eso –sobre todo en cuanto a los “qué hacer”–, al escribir intenso para reafirmar nuestra posición de acuerdo a la demanda. Sabemos, a fin de cuentas, que no hay manera de no tomar posición política, pero estamos convencidas de que eso se construye en la práctica, y la nuestra es esta revista que llega a ustedes, actualizada varios días cada semana.
Entonces, ¿en qué andamos?
En agosto recordamos que Orlando Araujo fue un todero potente como pocos, le metió a la economía política, la filosofía, la crítica literaria, la literatura infantil, con pasión y rigurosidad, y como su obra nos da de lleno en el blanco de intereses, le dedicamos un dossier aprovechando su cumpleaños, y no solo le metimos a la crítica literaria, sino a la economía y a su figura política. A Borges no lo salvó lo pedante, la admiración que sentimos por su obra nos invitó a dedicarle un texto de Enrique Rey en la semana de su cumpleaños, texto que desentraña algo su máquina escritural. José Manuel Iglesias Ogando inició una serie de trabajos sobre la historia del cine nacional, tema que aviva la pertinencia en el contexto del 16 Festival de Cine Venezolano. Queremos agradecer en especial la serie de miniensayos críticos de Oriele Benavides, que no por “minis” son poco potentes, sugerentes y provocadores. En poesía publicamos una selección de poemas de Aquarela del Sol Padilla, y en septiembre se editó una de Luis Manuel Pimentel.
Ya hemos adelantado algo de lo que va en septiembre, a las selecciones poéticas señaladas se sumarán Verónica Vidal, Katherine Castrillo y Raday Ojeda. Las y los columnistas siguen agregando el plato fuerte de la crítica y creación mensual en cada espacio desde el que abordan cine, crónica, poesía y más allá. José Manuel Iglesias entrega una segunda parte de su historia crítica del cine venezolano, continúan las entregas de la novela seriada El Ansia y cierra la publicación del poemario Los hijos del sol. La novela de Miguel Antonio Guevara Los pájaros prisioneros solo comen alpiste fue publicada durante la segunda semana de este mes y dedicamos una amorosa campaña de lanzamiento y revisión crítica que deja entrevistas y recepciones. José Manuel Briceño Guerrero fue reseñado por Manuel Azuaje y en los últimos días del mes publicaremos sobre monjas, ancianos, Piglia, Bolaño y Superman.
Este es pues, un panorama sin tanto “qué hacer” y sí mucho “qué leer”.