¿Conoces a Matilde Espinosa?
Poema
Para que tú nacieras,
me sumergí en el fondo
donde habitan los gérmenes
que preparan el vuelo.
Antes que sea la flor,
tú ya lo sabes,
trabajan las raíces en la sombra.
Poeta colombiana, nacida en el año 1910.
Nació y creció junto a un volcán, en un caserío indígena llamado Tierradentro. Sus primeras palabras fueron en la lengua indígena páez, quizá por eso, decía, podía oír los mensajes del monte.
Su madre fue la primera mujer blanca que habitó esas tierras, fue hasta allá para ser maestra de escuela rural.
Los indios
Brotaron de la tierra como un bosque.
Se esparcieron en todos los caminos.
Preguntaron al monte
si para ser su entraña
podían prender la llama
junto a la piedra pura.
Consultaron al árbol,
pidiendo su madera
para tatuar en ella
sus manos como siglos.
Su infancia fue de total aislamiento, hasta que pudo mudarse a casa de unos familiares. Más tarde conoció a su prima, unos años mayor que ella, y con este encuentro empezó la escritura.
Escribía poemas y cartas de amor por encargo de su prima para su novio. Tenía trece años. “Después de esos primeros versos, no volví a escribir poemas por mucho tiempo, porque me casé muy joven y la vida se volvió demasiado difícil”.
“Si hay escritora auténtica, eres tú. Y a la autenticidad solo tienen derecho personas como tú, ajenas a la farsa literaria, ajenas a la vanidad, ajenas al vano ruido de la lisonja. Tú no engañas. Eres fiel a ti misma como el cielo es fiel al azul incomparable de su altura”.
Carta del escritor, crítico, abogado y diplomático colombiano Rafael Maya a Matilde Espinosa.
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Matilde no tuvo acceso a una educación formal, su formación fue autodidacta. Leía incansablemente. Sin embargo su primer matrimonio, ejecutado casi como medio de supervivencia, fue un obstáculo para desarrollar sus ansias creativas, lo describió como “una tortura inenarrable, un gran tormento”, del que nunca quiso hablar.
Tristeza
Que triste palabra
delgada y anciana
que nunca se acaba.
Se tuvo que convertir en musa y modelo a exigencia de su esposo pintor, quien tenía graves problemas de carácter, vivió con él en París durante tres años. Tras seis años de matrimonio Matilde decidió abandonarlo.
Después del abandono se enfrentó a leyes que consideraban a una mujer separada como una prófuga de la justicia. Su esposo quiso quitarle a sus hijos.
“Mi mamá Matilde fue más que la musa de Efraín Martínez: fue muchas veces fuente directa de su arte. La serie ‘Tapices tropicales’ del pintor, se basó en un sueño de tapices orientales que tuvo Matilde y que le contó a él”.
Ricardo Martínez, nieto de Matilde Espinosa.
Tuvo que asilarse en el Consulado de Chile en Cali para no ir a la cárcel. Luis Carlos Pérez, el abogado que la ayudó a ganar el caso, se convirtió en su segundo esposo.
Sin una profesión, sin dinero, sin ayuda de nadie, con dos hijos pequeños, Matilde encontró solución: en París había hecho un curso de masajista y aunque no tenía ningún certificado ella misma se hizo uno y empezó a ofrecer servicios de masajes. De boca en boca empezó a ser conocida hasta que fue solicitada para realizarle tratamientos de belleza a doña Amparo Jaramillo, la esposa de Jorge Eliécer Gaitán.
Más adelante, Matilde y su segundo esposo se hicieron muy cercanos a Gaitán y apoyaron toda su campaña.
Después del divorcio empezó a escribir extensas cartas, así de a poco, volvió la escritura. Se unió a un grupo de mujeres para luchar por el derecho al voto, a la ciudadanía. Juntas fundaron el periódico Avanzada Femenina, empezó a escribir en el periódico del Partido Comunista Voz Proletaria. Colaboró con mujeres comunistas en las tareas de organizar y sostener las huelgas, ayudó a los movimientos sindicales.
De esta manera Matilde empezó a tener una vida propia, a relacionarse con escritoras y escritores de su época. “Padecí la falta de libertad en mi propia vida, y me liberé al librarme de mi primer matrimonio”.
El amor
Invoco el amor
que nace en las calles
en las ciudades
en las plazas inagotables.
En los suburbios
en los antros sin sol
sin aire puro y sin espejos.
Me adentro en el corazón
de los temerosos, de los valientes
del impaciente creyendo en el sueño
con los ojos abiertos.
Su primer poemario tuvo mucho éxito, lo publicó durante la dictadura de Rojas Pinilla, y por su contenido el público lo entendió como un acto de rebeldía política.
Publicó más de una docena de poemarios, en todos hay tanto poesía intimista, como poesía solidaria ante las injusticias sociales, hacia la gente “que ha sido incesantemente explotada”.
Los hombres penumbrosos
No hay cuna para el indio.
De las hirsutas lomas baja el recién nacido
en el pañal más duro;
la madre es un olvido y esto es lo que conturba
como un camino oscuro.
Matilde es considerada una de las precursoras de la poesía social, desarrollando el fenómeno de la violencia social en Colombia, la guerra, las masacres, los desplazamientos. Y también considerada como “una de las voces líricas más firmes de Colombia”, en palabras de la escritora Gloria Cepeda.
Si bien su trabajo poético, su legado, y reconocimientos son amplios e impresionantes, la obra poética de Matilde sigue siendo poco difundida en América Latina y en espacios catedráticos.
“Empecé a escribir poemas tardíamente. A mí todo me ha llegado tarde. A lo mejor resulto igualmente tardía hasta para morirme, no lo sé”.
Matilde murió a los 98 años.
Amanecer
Como recién venida de los sueños
no puedo recordarme.
¿Soy nube, brizna atormentada
en la raíz del tiempo?
Oigo los ríos milenarios
y desciendo al abismo
o vuelvo a las montañas
de la infancia,
a los olores vegetales,
a la queja de los manantiales
donde abrevan las sombras
cuando entra la noche.
Referencias
Castellanos, Gabriela, Matilde Espinosa: inocencia ante el fuego, Centro de Estudio de Género, Mujer y Sociedad, Universidad del Valle, Santiago de Cali, 2002.
“La poética concreta y sentida de Matilde Espinosa un homenaje que abre la vida de la mujer a otras dimensiones imaginativas y vitales”. Revista Anthropos: Huellas del conocimiento, Nº 211. 2006: Ejemplar dedicado a: Simone Weil. Experiencia y significado del misterio de la existencia, pp. 199-211.
Me encantó conocer de esta poeta, su poesía me gustó y su vida me recuerda que todavía hay tanto por lo que luchar, las mujeres seguimos siendo menos que un perro en algunas partes, incluso en nuestro país
Gracias por leer, Noris 🖤.
Excelente la reseña y grandiosa la vida y obra de la poeta reseñada. Qué gusto leer, tanto la recensión como la magnífica selección de poemas. Aplausos y gratitudes!
¡Gracias, Enrique!
Nos hacemos letra cuando rompemos cadenas. Nos hacemos poesía cuando nos liberamos del poeta.
Gracias querida escritora, poeta, por adentrarnos al margen de la poesía . Fuerza la de esa Matilde…..
Gracias, Hermes querido 🌺