Inversamente a los encuentros personales, las llamadas telefónicas y las notas de voz; los mensajes de texto, los mensajes de texto con emojis y los mensajes de texto con stickers, son estos los medios más frecuentemente vistos en la necesidad de que el receptor solicite al emisor que aclare el sentido de su mensaje. Situación que puede acabar con un siempre bien ponderado: me lo pudiste haber dicho en un principio. Motivo por el cual se hace obvio decir que nos encontramos en un momento de alto costo comunicativo, a pesar de tener un sinnúmero de maneras para hacerlo.
¿Cómo se sabe –o se cree saber– lo que el otro quiso decir?, ¿cómo hay que tomar en cuenta las faltas ortográficas y las imposiciones predictivas del teclado?, ¿qué diferencia emocional radica en si el mensaje usa como a principios del milenio eScRiBir Azii?, ¿CON MAYÚSCULAS?, ¿o todo lo contrario? Hay veces en que los sentimientos atravesados en la palabra del emisor y su intento de decir algo son un iceberg en camino. Del mismo modo ocurre con la poesía, más aún, si ésta se ve atravesada por un contexto globalizador e híper-veloz; se está en la otra ruptura de la ruptura de la ruptura. Cuestión que se percibe dentro de poemas aconceptuales (2020) escritos por Magdalena Chocano (Lima, 1957), uno de los trabajos inaugurales de la editorial Salto De Mata en su colección de poesía peces de plata; diseño a cargo de Karen Plata, acompañado por el preciso postfacio de la también poeta Tania Favela (CDMX, 1970) y obra del también poeta y artista plástico Luis M. Verdejo (Tijuana, 1967).En el texto, Chocano propone una declaración de intenciones: la cuenta pendiente de la teoría (poética) con su presente, tan a merced de exceso de información hasta el punto de sobrecargar los “aparatos / ultrasensibles / que una vez calibrado / el entorno / se autodestruyen / con toda belleza” (Chocano, 2020, 11); la fragilidad del sentido, incluso en nociones tan puntuales como el entorno donde se desarrolla la atmósfera del poema: “cuanto hastío // lo que sea la noche / (si se retira este andamiaje) / es arrancado de cuajo / es muy breve” (Ibíd. p. 13) a la cual tampoco es posible alcanzar a salvar.
la destrucción
(Ibíd. p. 15)
no verbal
de poemas innecesarios
es idéntica a la construcción
no verbal de poemas innecesarios
demostrar esta supersimetría demora
por la cantidad de pruebas anuladas
de testimonios invalidados por desidia
y por las diminutas deformidades
que el día amontona por la noche
Augurio de una pérdida de algo. Entre cada verso, Chocano propone una circunstancia límite donde no hay como tal un cuerpo al cual adjudicarle el daño al cual atribuye, ¿a qué le pide respuesta? Versos adelante habla sobre “corolas axiomáticas”, atribuyendo a un reino de lo obvio, pero que a su vez vuelve a abrir la pregunta, ¿qué es tan obvio? Fray Guillermo de Ockham, autor adjudicado del principio de parsimonia: la navaja de Ockham: Pluralitas non est ponenda sine necessitate: “la pluralidad no debe postularse sin necesidad”. Quiere decir que la causa-efecto más simple, obvia, es de pronto la justa. No obstante, se vuelve al mismo problema: ¿la causa-efecto de qué o de quién?
[…]
quien pueda llorar todavía, que llore
quien pueda disolverse aún, que se disuelvaasí operaban los instrumentos indispensables
en sincronizar naufragios y elucubracionesuna pericia extremada ha sido pese a todo insuficiente
esas cosa rebotan
o venían en andanadaescurridizo el todo fijas las partes
hubo que hacer esfuerzos para evitar una sonrisa
(Ibíd. págs. 24-25)
No dice todo, en verdad, dice nada. Pero esa nada abre una posibilidad justa a la pauta del título: lo aconceptual, la carencia arrimada hacia un esquema de universalidad. En su texto Todos deberíamos ser feministas (2022), Chimanda Ngozi Adichie (Enugu, 1971) atribuye que mencionar el feminismo es una resistencia contra su disolución entre lo genérico de lo humano, desarticulando su punto. “hoy toca inmolación? / en cuál hoguera? / la duda nos consume / cuando cesa el combate entre / números imaginarios / nos despertamos y la carnicería / se prolonga […]” (Ibíd. p. 28). En el caso de Chocano sucede al contrario, al no dotarle de un objetivo predispone un nivel cognitivo más amplio donde cualquiera que repita algo o todo de lo escrito, tiene la posibilidad de atribuirle a cada poema o al texto completo, un significado particular y a la medida de su congoja o alegría.
a esta negación tan profunda
(Ibíd. p. 42)
vamos a oponer no una afirmación contundente
sino una negación superficial
a ver qué pasa
si una reversión si una variante
a ver qué se derrumba
qué se triplica
si ondulan razonamientos
o formas baratas de lentas y controladas reacciones
De la misma manera, la obra de Verdejo que acompaña el poemario complementa la idea debido a su abstracción que invita a atribuirle una ilimitada cantidad de significados únicamente suscritos al lector, quien dependerá de su propia constitución y estado de ánimo para dar cuenta de dónde en el espectro emocional lo conduce un día en contra de otro dentro de su lectura.
He amasado, gracias a cada uno de mis contactos y los grupos de chat, una cantidad cada vez más frustrante de stickers, con los cuales complementar los mensajes escritos durante el comienzo/continuidad de cualquier conversación. Frustrante porque cada gato, perro, meme y demás, abren un pantone emocional que se extiende al infinito: hay furia-furia, tristeza-culpable, alegre-irónico, sarcasmo puro, entre otras que me hacen demorar más el encontrar la imagen complementaria, precisa, en lugar de continuar con la charla, o como tal, mejor, hacer una llamada para expresarme con mayor detenimiento.
La actual inmensidad de información está siempre en riesgo de ser todo, menos lo que ocurre en realidad. Hay tanto con lo que se podría decir, pero al final parece colapsar sobre sí mismo o incluso, no se busca ofrecer algo digno por responder a otros intereses. Sumado a ello, la interpretación ha sido fuertemente desarticulada bajo el temor a equivocarse o ser objeto de algún estigma, por lo que de pronto es mejor el silencio, aunque no siempre es lo mejor.
Con esta revisión, uno considera comenzar a hacer caso a esa extraña sensación en el torso a la que se le solía llamar intuición. Tomar un poco de espacio en lugar de una respuesta automática, vaya, de pronto volver un poco al tiempo donde pensar lo que se quiera responder con juicio. Prestar más atención arroja siempre luz para ver cómo el día se pinta, nuevamente.
Fuentes:
Chocano, Magdalena (2021) poemas aconceptuales. Colección Peces de Plata. México: Salto De Mata.
Francisco José Casado Pérez (México, 1990) Poeta seleccionado en distintas revistas digitales y fanzines latinoamericanos. Mención Honorífica del Premio Internacional Bruno Corona Petit de Poesía 2020; Ganador del I Concurso Literario Eiruku Ediciones 2021; y Premio Internacional de Poesía «Don’t read» 2021. Ha publicado su primer poemario Para mirar los pasos (2021) en Escrúpulos Editorial.