Se trata de uno de los responsables de ponerle sonido a la década de los ochenta. Coescribió los temas de la que para algunos es la banda definitiva del indie británico. Guitarrista eximio que ha tocado con los más grandes entre los grandes. Alejado de los escándalos y de los clichés de estrella de rock, es venerado por su obra y por su buena disposición a la hora de trabajar. Participó en la banda sonora de Inception junto a Hans Zimmer. Creador de un sonido inconfundible, fue además uno de los “descubridores” de Oasis. Tuvimos que esperar 30 años para que publicara su primer disco como solista y vaya que valió la pena. Pasearemos por su trayectoria y te daremos datos para entender la dimensión de la carrera y el legado de este prolífico e incansable artista.

John Martin Maher o como comúnmente lo llaman sus seguidores a la hora de presentarlo en un show o de referirse a él: Johnny Fukin Marr, y dos datos para empezar a entrar en ambiente. El primero es que el mismísimo Noel Gallagher dijo que se arrodillaría ante él con tal de que fuera el guitarrista de Oasis, y el segundo es que en una muy interesante entrevista con The Guardian, Marr le dijo al periodista que The Smiths inventó el sonido indie tal y como lo conocemos. Todo suena muy pretencioso, pero tranquilos que así no es él realmente, todo lo contrario.
Colaboraciones y amistad con Paul Weller, Bernard Sumner, Paul McCartney, Beck, Talking Heads, Jools Holland, Matt Johnson, entre muchos otros. Luego de abandonar The Smiths a los 24 años, participó en exitosas bandas como The Cribs, The The, Modest Mouse y Electronic. Una figura sin detractores a pesar de muchos años de carrera y de haber trabajado con tanta gente.

Johnny Marr pareciera tener esa virtud de la gente que camina por un campo minado sin que se le mueva un pelo, y es que luego de cinco años y cuatro discos trabajados hombro a hombro con Morrissey en The Smiths, se fue de la banda por diferencias personales y artísticas, pero sin escándalo de por medio. Algunos injusta e irrespetuosamente le llamaban el guitarrista de Morrissey, pero el tiempo se encargó de poner las cosas en su lugar. Cuando cada uno agarró su camino, ni las canciones de Morrissey sonaban igual sin la guitarra de Marr ni las canciones de Marr sonaban igual sin la voz de Morrissey. A todas luces se trataba de una sociedad donde cada uno puso todo su talento y seguramente su paciencia, en mayor medida del lado de Marr. Haber alcanzado la fama y el reconocimiento, sobre todo en Inglaterra, de la mano de una de las personalidades más polémicas y peculiares de la música británica y haber salido ileso, es sin duda meritorio.

Como no podía ser de otra manera, fue la política y sobre todo el tema del brexit, lo que terminó de alejarlos y de acabar con los rumores de una reunión de la banda. Los continuos comentarios de Morrissey apoyando a figuras de la extrema derecha inglesa y las lamentables alusiones a la inmigración, parece que fueron las gotas que derramaron el vaso de la paciencia de Marr, que a pesar de eso trata de que sus entrevistas siempre sean sobre música, sobre arte y sobre guitarras. Es en esa faceta en la que evidentemente se siente más cómodo.

Hablando de guitarras, cuenta el mismo Marr que fue con una Stratton roja que empezó a tocar siendo muy jovencito, que los sonidos más metálicos de The Smiths los consiguió con unas Fender Telecaster y unas Rickenbacker que todavía conserva, que trabajó en una tienda de guitarras y que recibía como pago juegos de cuerdas, y en un tono más gracioso contó que le regaló una guitarra muy querida a Noel Gallagher, que quedó destrozada luego de una pelea en un concierto y que al enterarse de eso, Marr le envió una segunda guitarra con una nota que decía: Esta es un poco más pesada, con esta le vas a poder arrancar la cabeza a alguien en una próxima pelea.

En una entrevista reciente, el susodicho habló sobre un tema que plantea muchas dudas sobre la escena rockera del futuro y que da para un extenso debate: ¿Habrán muchos jovencitos por ahí que tengan la inquietud de comprar una guitarra, de experimentar con sonidos, de armar bandas, de pasar horas enteras en tiendas de discos y de instrumentos como sucedía en otros tiempos y como hacía el mismo Johnny Marr y sus amigotes? Difícil saberlo, pero que las cosas hayan sido así en el pasado, nos permite entender por qué la movida musical en Mánchester, por decir una referencia, terminó siendo lo que fue.

Hombre de familia, hincha del Manchester City, vegano y abstemio desde hace varios años, ha apelado a la frase célebre de Picasso de que “el talento y la inspiración existen, pero que tienen que encontrarte trabajando”, así que estar lejos del alcohol y de otras tentaciones le han permitido enfocarse en lo que ha querido desde que empezó a hacer música, en sus propias palabras “utilizar la guitarra como una herramienta para el arte y la creatividad”. Lo cierto es que lo ha conseguido con creces, porque lo que hacía hace casi 40 años con The Smiths y que le dio la vuelta al mundo, así como lo que ha publicado desde su primer disco como solista en el año 2013, tiene un sonido que funciona como un sello de distinción.

Fue con The Messenger del 2013 que dio el portazo con un álbum de 12 temas, grabado entre Mánchester y Berlín y mezclado en los estudios Abbey Road. En él destacan “The Messenger”, “Sun & Moon” (que está perfecta para salir en moto de paseo dominguero), “New Town Velocity”, “Generate! Generate!” y la nostálgica “Say Demesne”. Para componer y grabar los temas, Marr se mudó de regreso a Inglaterra desde Portland, EE.UU, donde estuvo viviendo una temporada. La intención era, en sus palabras, componer sobre sus vivencias creciendo como un británico y para eso necesitaba rememorar viejas sensaciones.

En este disco contó con la participación de su hijo Nile y de su hija Sonny. Algo curioso es que la portada es una foto del mismo Marr en la que pareciera estar buscando equilibrio mientras camina, uno no puede dejar de relacionarlo con la figura del equilibrio que ha hecho a lo largo de su carrera para mantenerse vigente y productivo a pesar de tantos cambios y vaivenes. El hecho es que se trata de, como no podía ser de otra manera, un disco guitarrero y honesto, porque más allá del lugar común, el disco estaba dirigido a los nostálgicos de The Smiths y no tenía la más mínima pretensión de tratar de gustarle a otro público que no fuera el cautivo.
Un año y medio después publica Playland, disco que algunos tomaron como una continuación del anterior, no fue tan bien recibido por la siempre despiadada crítica especializada británica, cosa que no le impidió al autor seguir girando con su banda y presentarse en los programas musicales de siempre. Lo cierto es que este disco también tiene temas buenos como “Easy Money” y “This Tension”, por nombrar un par.

En el 2015 Marr lanza un disco en vivo de 17 temas en el que destacan una versión de “I Fought The Law” y algunas de The Smiths, además de pasearse por los temas de sus discos anteriores.
Para su tercer disco, Call The Comet, se tomó tres años y logró que el mismo fuera bien recibido por los medios especializados. Por sus declaraciones y por el contexto, Marr deja ver que el momento de crispación política y de manifestaciones sociales que tuvieron lugar en el Reino Unido, influyeron en acelerar los plazos por la necesidad de tener algo que decir para esa ocasión. En lo estrictamente musical, destacan varios temas, entre ellos “Spiral Cities”, “Bug”, “Hi Hello” y cómo no, “Day In Day Out”. En términos generales un buen disco, que hizo olvidar un poco el sabor a lado b del álbum que le precedió.

En su apretada agenda de la última década, Marr compuso la banda sonora de la película Free heldy participó en el OST de un puñado de series y películas entre las que destacan Godzilla: King of the Monsters, Inception y No Time to Die, la que será la película número 25 sobre James Bond, en la que volverá a reunirse con Hans Zimmer.
Es así como el hombre que supo mezclar el ritmo de una tonta e intrascendente canción de pop con el trémolo de Mona de Bo Diddley para crear el riff de “How Soon Is Now?”, el que sigue asombrando a los amantes de The Smiths cada vez que toca el intro de “This Charming Man”, el que armó una banda casi ignorada con Zak Starkey el hijo de Ringo Starr y con el bajista de Kula Shaker, sigue haciendo lo que siempre quiso, ser un guitarrista de rock. Uno que tomó para sí lo que quiso del repertorio del post punk y lo hizo un poco más jangle y uno que dicho en sus propias palabras, siempre abrazó la cultura pop con mucho romanticismo.

Que Marr sea admirador confeso de Marc Bolan y seguidor de la movida glam, hace que cueste un poco entender el hecho de que sus creaciones más sobresalientes, en cambio, parecieran tomar más elementos del rockabilly y del blues. Lo de haber pasado por tantas bandas y haber participado en tantos proyectos, ha hecho que la piel del artista haya cambiado de tanto en tanto, por más de que claramente tiene un sonido peculiar pulido con los años.
Desde que con 19 años, y sin que los hayan presentado antes, se apareció en la casa de Steven Morrissey para preguntarle si quería ser el cantante de su banda, mientras un disco de The Marvelettes sonaba de fondo, “nadie toca como Johnny Marr, ni siquiera Johnny Marr”.