Hacer afirmaciones tan absolutas y tajantes la mayoría de las veces genera reacciones igual de intensas. Decir por ejemplo que Cruella es la mejor película live-action que ha hecho Disney (que lo es) puede ser debatible, pero ¿realmente existe otro live-action a su nivel?
Es importante aclarar que no es una obra maestra, ni una de las mejores películas hechas en la historia del cine, pero es la que mejor se desenvuelve entre sus homólogas, no solo a nivel narrativo sino también a nivel cinematográfico, por su trabajo actoral y por una dirección de arte que enaltece la película.

Hay que destacar que, como en el caso de Maléfica, esta es una película sobre orígenes, que reescribe la historia de un personaje que tradicionalmente ha sido una villana. Cruella es la historia de Estella, una joven que sueña con ser diseñadora de modas, pero que en medio de todo eso se encuentra con un mundo hostil que busca limitarla y no le permite destacarse. A ver, el caso de Estella es el mismo de muchas personas que sueñan con alcanzar sus objetivos, pero, al parecer, solo aquellas que responden con fuerza logran conquistarlos, aunque los métodos no siempre sean los mejores. Con esto no quiero decir que esté bien lograr los sueños sin importar las consecuencias, el problema es que a veces se persigue tanto una cosa que esta nos ciega, y podemos cambiar no solo como personas sino también convertirnos en aquello que se juró jamás copiar y emular. La película hace que veamos esta transformación, aunque el personaje siempre tuvo esta dualidad blanco y negro, como su cabello, que hasta cierto punto la desequilibra, porque, como mi afirmación al inicio de este artículo, es absolutamente buena o absolutamente mala.

Esto último muchas veces hace que el personaje de Cruella pueda ser un poco maniqueo, que si hubiese sido interpretado por una actriz distinta a Emma Stone se notara muchísimo más, y para mal. La actuación de su némesis, encarnada en Emma Thompson, también peca de maniquea, pero es el mismo principio que con Stone: si lo interpretara alguien diferente no tendríamos una villana decente.
Respecto a todo lo relacionado con arte y vestuario estamos ante una película que nos recuerda a la ya clásica The Devil Wears Prada, incluso en la relación entre Estella/Cruella con el personaje de la Baronesa hay elementos que recuerdan a Miranda Priestly y su pasante Andrea. El resto de los personajes están al servicio de la Baronesa y Estella/Cruella, sin ellas no hay película, y creo que eso tampoco es un drama.
¿Por qué si la película no es una gran cosa digo que es el mejor live-action de Disney hasta ahora?

Porque creo que es la más equilibrada en cuanto a necesidad y deseo de sus personajes principales. Desde que aparecen en pantalla ambas están claras y la cinta va encaminada. Más allá de que tiene ciertas debilidades, como lo maniqueo de los personajes (es Disney, tampoco podemos esperar mucho) o uno que otro punto de giro medio extraño, que lejos de sorprender lo que hace es decepcionar, la película supera con creces su objetivo.Tampoco es muy difícil ganarse el puesto de mejor live-action de Disney, porque películas como Aladdin, Cenicienta, La bella y la bestia, Mulán e incluso Maléfica aparte de dejar la vara muy baja, son cintas que más que adquirir una narrativa propia, separada de los clásicos, que fortalezca este tipo de obras, nos muestran un contenido que ya vimos en la cinta animada o, en el peor de los casos, una versión mal llevada del cine wuxia para atraer a China. No es el caso de Cruella, que, como su personaje, es independiente, fuerte, tiene un estilo propio, rebelde, y no le importa lo que piensan de ella. El camino de Disney debería ser este, no reciclar historias que ya vimos sino buscar aquello que no fue explorado antes, como los orígenes disruptivos de Cruella De Vil.
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