Mucha gente que me conoce dice que, si yo no hiciera lo que hago posiblemente habría sido periodista deportivo o estuviera asociado con alguna disciplina de ese tipo. El deporte realmente me apasiona, tanto o más que el cine. Cuando se mezclan, puede ser una cosa maravillosa.
Esto se puede comprobar con las series documentales de ESPN 30 for 30; películas documentales como Senna, Diego Maradona, The Last Dance, Red Army, The Battered Bastards of Baseball, Icarus, todos los de Muhammad Ali, Best; y películas de ficción biográficas como Moneyball, The Damned United, Raging Bull, Foxcatcher, Rocky (aunque no es una biopic), Rush, entre otras.
En fin, la relación cine-deporte es algo que se da bien, logra emocionar a quienes seguimos la actividad de distintos deportistas, pero también capta a aquellos que nunca se han sentido atraídos por ninguna disciplina deportiva. Tan solo tengo que escuchar los comentarios de amigos, diciendo que no les gusta el béisbol pero que Moneyball es una de las mejores películas de béisbol que existe, y no es mentira, lo es. U otros, que al ver el documental de Senna sintieron una gran tristeza por lo que pudo haber sido el piloto brasileño de no haber muerto, aunque no siguen el automovilismo con la misma asiduidad que yo.
Por eso, creo firmemente que las películas, series y documentales deportivos, más que buscar a ese público que siempre ha estado pendiente siguiendo los pasos de cada disciplina, cada atleta y cada juego que se transmite, buscan atraer a esas personas a las que incluso les aburren los deportes en general.
¿Cómo logras captar nuevo público y reenamorar a aquel que se alejó?
En el caso de la serie documental de Netflix Formula 1 Drive to Survive el trabajo fue doble, porque desde hace más de cinco años (cuidado si más) la máxima categoría del automovilismo había estado perdiendo interés; solo en el año 2016, según cifras de la FOM, habría perdido doscientos millones de espectadores, lo que para ese año representaó un tercio del total de las personas que seguían ese deporte.
En mi caso, desde que Lewis Hamilton ganó el segundo título consecutivo supe que Mercedes crearía una hegemonía: ya van por el séptimo al hilo y este año seguro ganan el octavo. Por eso dejé de ver las carreras y de sentir interés real por el deporte, más allá de ser fanático de la Scuderia Ferrari.
Hace unas semanas, decidí empezar a ver Formula 1 Drive to Survive para evaluar cómo presentaban la categoría, los personajes y, en general, la temporada. Me vi las tres temporadas completas de un solo golpe. La serie empieza en 2018 y la última temporada es la del año pasado (la del coronavirus), que salió hace poco. Debo decir que, para empezar, esto no es un reportaje, es una serie documental de magnitudes gigantescas, porque tienen una unidad que hace seguimiento a todos los equipos que están en la Fórmula 1, en cada uno de los circuitos e incluso en sus casas.
El guion y el montaje de esta serie son de lo mejor que he visto en un documental de deportes: se supone está en tiempo real y no relata sucesos de hace diez, veinte o treinta años. Tiene algunas cosas que me recuerdan un poco al documental de Senna y es genial. Otro aspecto es el nivel de acceso que tienen a los distintos equipos y cómo logran compartir sus pensamientos, quiénes son rivales, los problemas internos, los cambios de pilotos y sus consecuencias para los equipos, la relación entre compañeros de equipo, la personalidad de cada uno de los directores deportivos (Toto Wolff, Christian Horner y Guenther Steiner son mis favoritos) y también las historias personales de cada piloto y de las escuderías.
Si esta serie documental fue una estrategia de los nuevos dueños de la Fórmula 1 para atraer público, creo que van por buen camino, porque, por mi parte, he vuelto poco a poco a agarrarle cariño de nuevo a la categoría y creo que todo aquel que no siga este deporte, pero esté interesado en saber un poco sobre él, no se aburrirá. Formula 1 Drive to Survive es una serie que logra emocionarte incluso más que las carreras, porque logras conocer a todos los involucrados en este deporte, te sientes parte de los equipos, conoces mucho más a los pilotos, sus personalidades y también las historias detrás de todos los involucrados en un deporte que parece estar alejado de sus fanáticos.
Coincido en buena medida con Alberto, estimo que la serie en general es un acierto y tienen atractivo tanto para personas seguidoras o nuevas al deporte.