Ilustración: Yuruhary Gallardo
Contratesis de la filosofía distópica. 1era parte
1
Según cuentan los abuelos, hubo algoritmos construidos de tal forma que fueron capaces de predecir los comportamientos de cada persona existente.
Todos ofrecieron los datos necesarios para que los algoritmos supieran más sobre las personas que lo que las personas sabían sobre sí mismas.
Los algoritmos no tenían una forma estética conocida más que el brillo de las pantallas por las que ofrecíamos nuestros datos. Esa superficie era una suerte de muñeco ectoplasmático.
Había un sistema de cables por debajo de esa ilusión. Desde un continente a otro por debajo del mar, los cables, a modo de extensiones eléctricas, llevaban los datos de un lugar a otro.
También había satélites, espejos en el cielo que llevaban la información a todos lados.
Dicen que en realidad había detrás de todo eso manos que movían los hilos del mundo, como si hubiese existido un oscuro propósito para controlarlo todo.
Podemos imaginarnos un equivalente de ese gran entramado en la filosofía. Allí debió ganar el humano que llamamos “usuario”, el que proveía los datos y por lo tanto a través de su interacción sustentaba ese gran entramado de cables.
Esos sujetos pudieron haberse dado cuenta de su situación si hubiesen tenido el interés para despertar su consciencia. Como es sabido, siempre ha sido bastante complejo cambiar la situación de las cosas dadas e ir hacia un lugar muy distinto de la insatisfacción existencial.
2
“Supongo que no tendría otra alternativa sino abolir la realidad”, le responde un personaje a otro en el documento civilizatorio de Musil El hombre sin cualidades.
Esta reflexión nos lleva a pensar que la imagen que tenemos del mundo es de una completa insatisfacción con él. Y la realidad está repleta de contenido histórico, de datos, y más aún, sujetos con consciencia de historicidad.
Estos sujetos tienen también una historia íntima que revela sus deseos y aspiraciones, decepciones y éxitos de su otra historia personal.
Lo mismo ocurre si interroga su vida con la de alguien en el pasado. El pasado, al igual que el futuro, no es más que un no lugar, o mejor dicho, una condición existencial, una atmósfera brillante, como la forma en que Rulfo narra Pedro Páramo (una idea prestada de Hugo Zemelman).
En medio de esas vidas íntimas y esos pasados íntimos debemos encontrar lo que es común en todos ellos y recuperar la atmósfera brillante, esa fuerza que es la de nuestros muertos y nuestra fuerza misma.
Su memoria nos reclama invocar la atmósfera brillante para que no haya nada pendiente con esas vidas íntimas de la comunidad del pasado. Hay deudas pendientes y de eso sabe la intuición, subjetivada en los cuerpos sufrientes de nuestra genealogía bastarda.
3
Cuando nuestros programadores, planners, escritores de código, narradores, poetas, cronistas y demás creadores hacían y hacen lo suyo, están construyendo nuestra percepción del mundo y nuestra posición inédita fuera de la historia de Occidente.
Nuestro lugar es lo inédito. Ninguna de las historias contadas por los creadores, ninguna de sus realidades y mundos creados es más valioso que el otro, cada uno en su fragmento describe una relación con lo dado.
Ninguno de los desmanes provocados por los bárbaros invasores puede quedarse fuera de la exigencia de justicia.
El otro extremo de esa genealogía sufriente debe desencadenar, provocar esa justicia, ese estado de insatisfacción con el pasado.
Es por ello que la atmósfera brillante del presente devela en cada uno de nuestros gestos la vigencia de la herencia, este cuerpo de hoy es el mismo de ayer y de mañana (aún con los implantes mecánicos y/o cibernéticos).
4
Increíble el primer animal que soñó con otro animal. Monstruoso el primer vertebrado que logró incorporarse sobre dos pies y así esparció el terror entre las bestias normales que aún se arrastraban, con alegre y natural cercanía, por el fango creador.
Carlos Fuentes
La llamada conquista de América, la vil empresa de invasión de civilizaciones enteras no puede escapársele de vista a un historiador de este lar, es una lucha por las cosas ásperas y materiales que nos componen, tanto las filosóficas como las espirituales (son temas a discutir aún en este escenario hipertecnologizado).
Estas últimas están presentes en la problemática de la conquista puesto que representamos un botín que le sirvió para ser lo que es hoy el vencedor.
En nosotros están vivas cosas del pasado y del presente, como la confianza, el coraje, el humor, la astucia, las contradicciones, la locura y la enfermedad. Y todas estas actúan retroactivamente en la lejanía de los tiempos. Es lo que somos hoy.
Debemos poner en cuestión toda nueva victoria que logren los que dominan. [Insertar aquí una metáfora empalagosa sobre un girasol que mueve su corola hacia el astro rey; la estrella es la historia].
Interpretar las atmósferas brillantes tiene que entenderse como iniciar la transformación del mundo y su correspondencia con el pasado, uno de los asuntos más imperceptibles.
5
La verdadera imagen del pasado transcurre como un gif.
Al pasado solo puede retenérsele si uno hace un archivo y lo vuelve un loop para que la gente lo vea repitiéndose una y otra vez.
“La escalera cubre la cola del pájaro pintado”; esta frase, que procede de Adriano González León en su documento civilizatorio País portátil, designa lo que nos compone: animal y concreto (y la forma en que queremos ocultar algo que nos constituye, pero termina por imponerse lo otro). Designa un lugar preciso en el que las atmósferas brillantes atraviesan los gifs del pasado, y que si no hacemos el archivo, desaparecerá con cada persona observante del loop infinito hecho por si las moscas.
La buena noticia es que el historiador aporta al pasado lo que intuye y eso viene de una voz que atraviesa una extensa latitud silenciosa.
5
La verdadera imagen del pasado transcurre como un gif.
Al pasado solo puede retenérsele si uno hace un archivo y lo vuelve un loop para que la gente lo vea repitiéndose una y otra vez.
“La escalera cubre la cola del pájaro pintado”; esta frase, que procede de Adriano González León en su documento civilizatorio País portátil, designa lo que nos compone: animal y concreto (y la forma en que queremos ocultar algo que nos constituye, pero termina por imponerse lo otro). Designa un lugar preciso en el que las atmósferas brillantes atraviesan los gifs del pasado, y que si no hacemos el archivo, desaparecerá con cada persona observante del loop infinito hecho por si las moscas.
La buena noticia es que el historiador aporta al pasado lo que intuye y eso viene de una voz que atraviesa una extensa latitud silenciosa.
5
la verdadera imagen del pasado transcurre como un gif.
al pasado solo puede retenérsele si uno hace un archivo y lo vuelve un loop para que la gente lo vea repitiéndose una y otra vez.
“la escalera cubre la cola del pájaro pintado”; esta frase, que procede de adriano gonzález león en su documento civilizatorio país portátil, designa lo que nos compone: animal y concreto (y la forma en que queremos ocultar algo que nos constituye, pero termina por imponerse lo otro). designa un lugar preciso en el que las atmósferas brillantes atraviesan los gifs del pasado, y que si no hacemos el archivo, desaparecerá con cada persona observante del loop infinito hecho por si las moscas.
la buena noticia es que el historiador aporta al pasado lo que intuye y eso viene de una voz que atraviesa una extensa latitud silenciosa.
5
LA VERDADERA IMAGEN DEL PASADO TRANSCURRE COMO UN GIF.
AL PASADO SOLO PUEDE RETENÉRSELE SI UNO HACE UN ARCHIVO Y LO VUELVE UN LOOP PARA QUE LA GENTE LO VEA REPITIÉNDOSE UNA Y OTRA VEZ.
“LA ESCALERA CUBRE LA COLA DEL PÁJARO PINTADO”; ESTA FRASE, QUE PROCEDE DE ADRIANO GONZÁLEZ LEÓN EN SU DOCUMENTO CIVILIZATORIO PAÍS PORTÁTIL, DESIGNA LO QUE NOS COMPONE: ANIMAL Y CONCRETO (Y LA FORMA EN QUE QUEREMOS OCULTAR ALGO QUE NOS CONSTITUYE, PERO TERMINA POR IMPONERSE LO OTRO). DESIGNA UN LUGAR PRECISO EN EL QUE LAS ATMÓSFERAS BRILLANTES ATRAVIESAN LOS GIFS DEL PASADO, Y QUE SI NO HACEMOS EL ARCHIVO, DESAPARECERÁ CON CADA PERSONA OBSERVANTE DEL LOOP INFINITO HECHO POR SI LAS MOSCAS.
LA BUENA NOTICIA ES QUE EL HISTORIADOR APORTA AL PASADO LO QUE INTUYE Y ESO VIENE DE UNA VOZ QUE ATRAVIESA UNA EXTENSA LATITUD SILENCIOSA.
5
La verdadera imagen del pasado transcurre como un gif.
Al pasado solo puede retenérsele si uno hace un archivo y lo vuelve un loop para que la gente lo vea repitiéndose una y otra vez.
“La escalera cubre la cola del pájaro pintado”; esta frase, que procede de Adriano González León en su documento civilizatorio País portátil, designa lo que nos compone: animal y concreto (y la forma en que queremos ocultar algo que nos constituye, pero termina por imponerse lo otro). Designa un lugar preciso en el que las atmósferas brillantes atraviesan los gifs del pasado, y que si no hacemos el archivo, desaparecerá con cada persona observante del loop infinito hecho por si las moscas.
La buena noticia es que el historiador aporta al pasado lo que intuye y eso viene de una voz que atraviesa una extensa latitud silenciosa.
5
La Verdadera Imagen Del Pasado Transcurre Como Un Gif.
Al Pasado Solo Puede Retenérsele Si Uno Hace Un Archivo Y Lo Vuelve Un Loop Para Que La Gente Lo Vea Repitiéndose Una Y Otra Vez.
“La Escalera Cubre La Cola Del Pájaro Pintado”; Esta Frase, Que Procede De Adriano González León En Su Documento Civilizatorio País Portátil, Designa Lo Que Nos Compone: Animal Y Concreto (Y La Forma En Que Queremos Ocultar Algo Que Nos Constituye, Pero Termina Por Imponerse Lo Otro). Designa Un Lugar Preciso En El Que Las Atmósferas Brillantes Atraviesan Los Gifs Del Pasado, Y Que Si No Hacemos El Archivo, Desaparecerá Con Cada Persona Observante Del Loop Infinito Hecho Por Si Las Moscas.
La Buena Noticia Es Que El Historiador Aporta Al Pasado Lo Que Intuye Y Eso Viene De Una Voz Que Atraviesa Una Extensa Latitud Silenciosa.
5
La verdadera imagen del pasado transcurre como un gif.
Al pasado solo puede retenérsele si uno hace un archivo y lo vuelve un loop para que la gente lo vea repitiéndose una y otra vez.
“La escalera cubre la cola del pájaro pintado”; esta frase, que procede de Adriano González León en su documento civilizatorio País portátil, designa lo que nos compone: animal y concreto (y la forma en que queremos ocultar algo que nos constituye, pero termina por imponerse lo otro). Designa un lugar preciso en el que las atmósferas brillantes atraviesan los gifs del pasado, y que si no hacemos el archivo, desaparecerá con cada persona observante del loop infinito hecho por si las moscas.
La buena noticia es que el historiador aporta al pasado lo que intuye y eso viene de una voz que atraviesa una extensa latitud silenciosa.
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