La intención de este trabajo fue acumular a todos los niveles. La acumulación es la técnica más apropiada para develar una realidad que se dispersa a sí misma. Su desenvolvimiento se asemeja a la repetición incesante de algunas obsesiones que se arraigan, ligadas a evidencias que viajan. El trayecto intelectual queda así condenado a un itinerario geográfico, por el cual el “pensamiento” del Discurso explora su espacio y se entreteje con él.
Edouard Glissant
¡Dios mío! ¡Cuán harto estoy de hablar! ¡Palabras, palabras y más palabras!
Tarkovski
Intro
La idea de “distopía” se tambalea entre la literatura y los grandes productos de la industria cultural. Puede visitar en su oscilante significado la superficialidad y la trivialidad de cómo pensamos los futuros hasta los argumentos filosóficos más “serios”.
Tras los últimos acontecimientos mundiales, las Postales Distópicas han recobrado una importancia inusitada para reelaborar supuestos escenarios pensando en los futuros críticos, históricos, literarios, sociológicos y filosóficos.
La distopía y la crítica como cartografía son estrategias para ubicarnos en ese otro tiempo.
En las Postales Distópicas se samplea, intertextualiza, remixea y contrapuntea (se hace zapping, scroll) para afirmarle a la subjetividad de lo real que no existe la posibilidad de plantear otro escenario sin antes pintarlo como paisaje derruido.
1.- Glosario semiótico. Crítica y distopía:
- Una voz de autoridad, sin ambages o supuestos, que trata de instalar una verdad.
- Y al mismo tiempo una lectura desde los márgenes, una ciclovía ontológica, el íter (camino alterno).
- Los espacios creativos y críticos suelen ser fundamentados por un gran aparato legitimador; en este caso, entendemos los márgenes y la articulación, todo el tejido, como agentes de legitimación.
- Y además, lo distópico como un lugar histórico que nos reclama ser modificado; una representación, el imaginario de una insatisfacción con lo dado en su punto límite. Porque solo en los límites podemos ver la carne de una sociedad. Si fue capaz de llegar a ese lugar es porque tiene una historia, y por lo tanto un contenido lleno de asuntos humanos, con sus imperfecciones y, sobre todo, su tejido de subjetividad. Se presenta otra variable: (distopía, crítica) y subjetividad.
- La crítica también es un tipo de activismo y militancia (de ninguna manera ascetismo), volviendo a la idea de “cada quien haciendo desde su lugar”. Desde sus lugares.
- La crítica fue alguna vez una amenaza a lo instituido. Hay que volver a su naturaleza inicial.
- Pensar en lo distópico implica conocer bien la historia, sus cursos y tensiones. Sin historia no hay pasado pero tampoco proyección, especulación (futuros), distopía y crítica (análisis). La crítica suele diagnosticar un pasado o un presente, la distopía diagnostica el futuro. La crítica plantea una nostalgia del pasado, la distopía una nostalgia del futuro, un puente de empatía con aquello que no-sabemos-que-no-vivimos-todavía.
- La distopía es un tiempo del fin, sí, la insatisfacción con lo dado (porque ese fin es presente) nos conduce hacia otro tiempo. Luego un principio, un recomenzar tras la síntesis de la distancia y su superación.
- El pensamiento distópico propone no prometer el paraíso sino plantear el desastre, el colapso, para así evitarlo o cambiar el curso del pasado y del presente. La distopía como subjetividad/historicidad.
- La distopía como mito de liberación.
2.- Todo lo sólido se desvanece en el aire
- Aquí se busca un soporte para que el mundo quede dibujado. Al menos el reflejo del mundo que se muestra. Lo exacto se lo dejamos a otros. Esto es acumulación, caribeo, canibalismo, vudú.
- Cada quien desde su lugar está haciendo. El tareísmo, el urgentismo, el totemismo, el caudillismo, el voluntarismo no sirvió. Repensar nuestro pasado literario implica repensar nuestro pasado histórico y político y en nuestro caso especial: económico.
- Josefina Ludmer: la ficción abarca tanto la realidad hasta fundirse con ella.
- Amelia Leonor Gallastegui: la filosofía y el arte como interpelación a la política.
3.- Aforismos
- Podemos modificar el destino de los relatos a uno solo: el silencio, el vacío y la nada en lo oficial, la acumulación en los márgenes.
- ¿Cómo puede verse todo esto (la crítica y la distopía) como una sola entidad, acaso no lo son, aún ignorándose?
- La distopía abarca el mal que nos hace ver el mal que está fundido en nosotros. Monstruos incomprendidos, zombis.
- Adorno: la distopía es advertencia, llamado de atención. Esto es un mundo que debes ver bien para que hagas lo posible por no vivir en él.
- Benjamin: salvar el pasado en el presente.
4.- Misceláneas (Acumulación)
- ¿Acaso todas las culturas no han planteado su propio devenir distópico? (mitos, libros, películas, fin de los tiempos, apocalipsis bíblico, Huxley y Orwel, San Juan y Black mirror).
- Repensar nuestro pasado literario implica buscar nuestras propias certezas en lo que ya sabemos, y en nuestra percepción de la realidad fuera de los cánones.
- Así como el pasado no está fijado, pues a la historia hay que leerla en clave crítica, el futuro tampoco está fijado, no es un cartel o una meta, sino la caída, la lezámica, la que se zurce en el devenir, en la caída misma.
- La distopía debe recordarnos que los problemas son sistémicos, no individuales.
5.- Praxis crítica
- Por la violencia imperante como lugar de expresión. La crítica de la cultura, el policial, el thriller, la crónica, la novela negra, la catarsis experimental: de Cuaderno de un retorno al país natal a This is America.
- No propone luces como guía sino oscuridad.
- FAES: Edipo (es el policía que busca al asesino). Plot twist: el asesino soy yo. Las venas abiertas: novela policial, crítica desde los márgenes.
- Hacer Postales Distópicas es hacer crítica de la cultura, crítica histórica y de la subjetividad, crítica especulativa, crítica de los futuros.
- Repensar nuestro pasado literario y reinterpretar nuestro pasado literario: la distopía y la crítica que la literatura del pasado se prefiguró.
- Al escenario distópico, por más ficticio que sea, parece gustarle lo verosímil. “Si no hay verosimilitud no hay advertencia”, parece decirnos. Ya está entre nosotros: la pandemia, el virus corona.
- Ya se ensaya una praxis crítica:
- Después del coronavirus; 2. Agamben y «el riesgo que no se podía especificar»; 3. La erótica habilitada durante el Covid-19; 4. Industria musical da positivo para Covid-19; 5. En el barrio no hay sexting; 6. El leviatán enfermo; 7. La pop soledad y 8. ADN antropógafo.
- Bondades de la distopía y la crítica (en especial la pandemia, a propósito de Adorno y las industrias culturales): es un género popular, de masas.
Outro
Es difícil hablar sobre el presente, sobre este presente. Se supone que la distopía y la crítica como método y práctica nos pueden permitir construir proyecciones como estas:
“…un dirigente político martiniqueño imaginaba, con amarga ironía, que en el año 2100 los turistas serían convidados por publicidad satelital a visitar esta isla y conocer en vivo lo que era una colonia en siglos pasados. Estas bromas acerbas ocultan un desasosiego generalizado: una impotencia para salir del estancamiento actual” (Glissant).
A partir de eso, entonces, volvamos a la acumulación, “…la técnica más apropiada para develar una realidad que se dispersa a sí misma”.
“Acumular” como método para así, en lo monstruoso de los apuntes, develar lo que hasta ahora ha sido encontrado.
El catabre acumula semillas, va recogiendo sin discriminar, no importa si son de uno u otro tipo, los ejercicios de “acumulación” son resguardo de potencia, energía en reposo para luego ser revelada en la oscuridad.
Hasta ahora lo fragmentario evidenciaba la posibilidad de registrar un discurso que no admite “totalidad” u “orden” sino que va hacia lo que más se parece al pensamiento: imágenes que se entrecruzan ante nuestra pretensión de control; la acumulación es consciente de lo complejo de lo dado.
Lo fragmentario para “soltar”. La acumulación para recoger fragmentos. Uno y otro se encuentran para revelarnos un sentido en medio de la dispersión.
Si para algo deben servirnos las Postales Distópicas es para acumular y mostrar la dispersión como una guía para salir del estancamiento y el desasosiego.
Los fragmentos servirán, finalmente, para sortear el derrotismo generalizado, como una semilla que brota en la noche aún en medio del desastre y el riesgo de nuestra posible desaparición.