A Antonella y Violeta
Sin decir árbol lloras en medio del corral, apoyas tus manos en la baranda y lloras. Me miras, me suplicas, me llamas sin nombrarme y lloras. Es hora de cargarte, palmearte la espalda o calentarte las piernas. Eres del trópico y lloras como una hembra del trópico y lloras como un árbol en medio del vendaval.
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A Gabriel Jiménez Emán
El río blues fluyendo por el aire, la batería, el saxo, la trompeta, como la savia, oro líquido entraña en manos de Miles. El ritmo en su fluir asciende a contra marcha y los cuerpos en la silla se sacuden con ritmo, como gatos los cuerpos en la pista se acarician, se frotan, se persiguen, las miradas se encuentran y chocan entre sí, sin parpadeo dibujan una curva ligera en los labios. Blues picardía, aleteo del corazón, un río que fluye hacia arriba.
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A Tocho
Camino tempestuoso ha sido el tuyo, larga montaña, arreo de burros, camino real y unos quintales de café. En la cuidad obrero de seis a seis. Al final ibas de casa en casa cultivando y despidiendo viejos amigos viejos, que aún te quieren donde quiera que estés, pegado al corazón como la miel del mango.
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Tu rama se desprendió de nuestro árbol. Lo hermoso es que nunca te secaste. Apenas un vacío en el pecho antes de irte, el alma desprendida llevabas por dentro. Te levantaste a orinar pudoroso y el corazón dijo: Hasta aquí.
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Poemas del libro Sin decir árbol (Ediciones Awen, 2019). Para leerlo completo puedes ir al siguiente enlace.
Muy bellas todas las imágenes que regalas Ennio. Húmedas, algunas como una ventisca fria, un día de lluvia …. para recordar.
Lo disfruté, un abrazo de hembra tropical !