
Ken Loach es posiblemente el director más destacado y polémico de Gran Bretaña. Hace tres años, ganó su segunda Palma de Oro en el Festival de Cannes por I, Daniel Blake (2016), una emocional y arrolladora descripción de lo imposible que es para muchos lograr un estado de bienestar en el Reino Unido.
En Sorry We Missed You (2019), Loach nos acerca al norte de Inglaterra, enfocando su mirada crítica hacia el frágil mundo de la gig economy: el delivery, los uber, los repartos a domicilio y las empresas minoristas, todas con un punto en común, son manejadas por internet.
Uno de esos trabajadores es Ricky (Kris Hitchen), quien acepta un trabajo para la empresa de entregas Parcels Delivered Fast! (el signo de exclamación es crucial), después de declararle al jefe que “preferiría morir de hambre” que estar en el paro. Su esposa es Abby (Debbie Honeywood), una cuidadora que viaja de puerta en puerta para ayudar a su abarrotada lista de clientes.

Ambos trabajan más de 12 horas al día, dejando poco tiempo el uno para el otro y para sus hijos: Seb, un adolescente cada vez más rebelde (Rhys Stone) y la joven Lisa Jane (Katie Proctor).
En Sorry We Missed You, Loach nos sumerge en una pesadilla kafkiana de contradicciones, en un sistema torcido y diseñado para llevar a los trabajadores a un rincón casi imposible, donde cada momento está calculado para provocarnos una furia justificada, mientras el cambio que buscamos/esperamos en la historia nos conduce a la impotencia.
Los dos protagonistas son excelentes en sus roles, con Hitchen y Honeywood como pareja que trata de mantenerse a flote en medio del desequilibrio entre el trabajo y la vida. Los vemos luchar para llevar adelante sus carreras, tarea que se les hace cada día más cuesta arriba por el agotamiento físico y mental.

Tras el guion se encuentra Paul Laverty, con quien Loach trabaja desde hace 24 años. Laverty construyó su guion con base en las investigaciones que realizó sobre este sector: fue a los depósitos donde los trabajadores empaquetan, y anduvo con ellos en sus camionetas por la ciudad. Escuchó sus historias, las presenció y vivió: una vez a las 7 de la mañana les llevó sándwiches a los choferes, y 12 horas después, no los habían comido, porque no tuvieron descanso ese día.
Sorry We Missed You es potente en su examen del costo humano detrás de esa economía que no percibimos, centrándose no en la burocracia en sí, sino en cómo el caos afecta a la gente atrapada en esa “velocidad” diaria, y como los termina devorando, aplastando sus ambiciones, esperanzas, e incluso el amor.
Al igual que el filme predecesor, Sorry We Missed You transmite su poder a través de la verdad evidente sustentada en su narrativa. Todo lo que sucede en la película se siente cargado de realidad y golpea con fuerza, como pocas son capaces de hacerlo.Sorry We Missed You es otro jonrón de un grandísimo director. Es cine vital y conmovedor que exige ser visto, quizás así entendamos que ese llamado “progreso” tras esas enormes empresas minoristas, o de traslados, no son todo lo que venden. Es una película de verdad, y eso la hace impelable.