A inicios de año, nadie pensó que en el mes de julio estaríamos en algunos lugares del mundo encerrados por una pandemia mundial (COVID-19). Esto, por supuesto, nos ha cambiado la vida y algunos planes que teníamos simplemente se han perdido. Pero otras personas han aprovechado esta paralización para avanzar en cosas que tenían pendientes, otras han perdido seres queridos, otras han ganado nuevos seres queridos. En fin, el coronavirus y su cuarentena nos ha sacudido a todos de una u otra forma.
El mundo del cine y la televisión también ha sido impactado por este hecho y algunos estrenos, que estaban pautados para este año, han sido retrasados, mientras que otros han sido forzados a estrenar en distintas plataformas: ya sea On Demand o por los servicios de streaming que poseen algunos estudios como Disney con Disney+, Warner con HBO Max y otros, incluso, firmaron acuerdos con Netflix para que la plataforma sirviera de medio de distribución.
En medio de todo este caos, muchos aprovecharon para impulsar un poco más sus series y es así como surgió una especie de cortometraje, en el que solo escuchábamos las voces de los actores Michael Sheen y David Tennant, acompañadas con imágenes icónicas de sus personajes en la serie Good Omens (Amazon Prime). El corto se llama Good Omens: Lockdown. Y es gracioso porque, acto seguido, uno se imaginaría que Amazon haría una serie con estos dos actores mientras están encerrados, interpretando a sus personajes Arizaphale y Crowley, respectivamente. Pero no.
Aun así, no pasó mucho tiempo para que la BBC, en conjunto con la productora británica Infinity Hill, comandada por el argentino Axel Kuschevatzky, trajeran a las pantallas Staged: la serie en la que Sheen y Tennant no interpretan a sus personajes de Good Omens, pero sí una en la que recrean su cotidianidad, a través del caos generado por el coronavirus.
La serie sigue a estos dos actores –y sus familias– y al director Simon Evans empeñados –sobre todo este último– en terminar los ensayos de la obra “Six Characters in Search of an Author”, desde casa. Por supuesto, estos ensayos son la excusa perfecta para apreciar la forma en la que cada personaje está viviendo el encierro.
La manera en la que cambian los estados emocionales de los personajes es verdaderamente fantástica, porque pueden pasar de la completa alegría a una total desesperanza y, todo esto, sin perder ni un poco la atmósfera cómica que se le ha impreso a la serie en general.
Las narrativas paralelas al motivo original que reunió en principio a los personajes en las videoconferencias –la vecina de Michael, el trabajo de parto de la amiga de Georgia, el actor que le quiere quitar el papel a Michael, la discusión de quién va primero en el cartel de la obra–, son las que impulsan la serie y nos hacen querer seguir viéndola. Es una lástima que sea tan corta –son seis episodios, de 17 minutos cada uno–, pero es grandiosa la forma en la que se inicia, se desarrolla y se cierra cada capítulo.
Staged es una buena forma de llevar el encierro porque te acerca a dos actores de talla mundial y los muestra como son: humanos, con ansiedades, miedos, debilidades, pero también con muchas fortalezas. Lo graciosas que son muchas de las situaciones que se presentan hace que te relajes y puedas sentirte identificado con los personajes. La dupla Sheen-Tennant es maravillosa y la forma en la que se complementan hace que queramos ver mucho más de ellos juntos.
Si hay algo que logra sintetizar lo que es para la serie el humor en tiempos de coronavirus, es el hecho de separarnos por una hora y cuarenta minutos de nuestra caótica cotidianidad y darnos cuenta de que, a pesar de las distancias y de las condiciones, estamos juntos en esto, y que a veces es divertido reírse de las desgracias ajenas, aunque en el fondo sean las nuestras. “El pueblo británico necesitará entretenimiento…”, decía Simon en el primer episodio, y vaya que durante esta cuarentena han entretenido, pero no solo a los británicos, sino al mundo entero.