Postal VI
En esta nueva entrega de las Postales Distópicas se da fin a la discusión sobre el método crítico que se ha propuesto en cada postal como deriva transgenérica. Al mismo tiempo se realiza un boceto o bosquejo del campo literario venezolano actual con el propósito de avanzar hacia otros escenarios críticos.
Intro
Hasta ahora las Postales Distópicas se han encargado de la parte más engorrosa de todo argumento: el método.
Es decir, el cómo hacer para obtener respuestas ante la interrogación sobre un material cultural determinado en estos tiempos del timeline y el scroll, en esta era de la infoxicación en donde no es que no haya información sino que hay demasiada.
Las últimas cinco entregas que conforman el pórtico, o más bien la introducción, de este hablar crítico han versado entre otras cosas sobre:
- Una presentación problemática del cómo hacer crítica cultural en estos tiempos.
- Una deriva que plantea la literatura como simulación y fragmento.
- Sobre cómo crear con el detritus de este tiempo.
- Un mashup benjamineano para leer la historia literaria a contrapelo.
- Sobre la acumulación, es decir, la forma de entrever la actualidad y el atiborramiento de imágenes y discursos que persigue develar una realidad que se dispersa a sí misma.
[Y una construcción en los márgenes hipertextuales: poética, ensayo y crítica]
¿Y ahora qué?, es la pregunta que ronda en la cabeza como instrumento resonante.
Han quedado tras estas intuiciones dos aspectos que se desarrollarán a continuación: a) Aclaración crítica y además un b) Bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual.
Más que una promesa es una certeza de que hasta aquí llega la prosa trunca, el gagueo hermenéutico: para dar lugar a una nueva reelaboración de esta cápsula del tiempo crítico.
a) Aclaración crítica. Aforística
1
1.1 Todo texto es una crítica o todo texto es crítica. La crítica es más una pregunta bien hecha que mal respondida.2Interpretar oralmente la realidad también es un “tipo” de crítica.
1.2 En la poesía y la narrativa, la dramaturgia o el guion cinematográfico también hay crítica. No solo forma parte del ensayo como género.
1.3 Tal vez la diferencia sustancial de la crítica está en las “críticas” (política, filosófica, literaria, sociológica).
1.4 Se habla de “crítica” y “críticas”; ¿de qué se trata una y la otra?, ¿una entidad que juzga y un sujeto encargado de hacer juicio?
1.5 ¿Qué no es “crítica”?
1.6 ¿Qué no es “crítico”?
1.7 ¿Todo juicio es crítica, toda crítica un juicio o ninguna de las dos?
1.8 ¿Un documento jurídico es crítico, o más bien las propuestas de transformación de un instrumento jurídico es un texto crítico?
1.9 ¿Y los documentos religiosos? ¿No comenzó la crítica en la hermenéutica de los textos “sagrados”?
2.
2.1 Crítica clásica: hermenéutica sobre vísceras de animales, el cielo, el cuerpo humano y textos sagrados incipientes. Crítica medieval: más hermenéutica sobre textos sagrados. Crítica moderna: qué vale o no vale la pena, qué es y no es arte de “verdad”, nacimiento del sujeto (crítico) y del objeto (material cultural a ser criticado con cierta distancia). Crítica posmoderna: todo es arte y no todo es arte o todo es político o puede serlo. Crítica contemporánea: publicidad, mercadeo, networking, mala fe, oficio de gente mudable (O. Araujo).
2.2 Crítica: instrumento pedagógico, instrumento moral; símbolo vivo que opera sobre nuestras dimensiones humanas (espirituales, psicológicas, sociales).
2.3 La forma del texto es importante porque la crítica es también estética en tanto ejecución (Jean Luc Nancy escribe Archivida, un texto filosófico sobre la elaboración de la vida en verso).
2.4 A estas alturas no tiene mucho sentido preguntárselo porque ya hemos avanzado lo suficiente, pero no sé si vale la pena conceptualizar sobre la crítica sino más bien hacer crítica sobre temas, sobre obras, política, etc., casi como siempre se ha hecho.
2.5 Puede que además sea seleccionar obras significativas, o que hayan pasado por debajo de la mesa, y desarrollar crítica a partir de ello, para así construir un nuevo canon, o el canon alterno, del íter, el de la ciclovía.
2.6 ¿La tarea crítica sería una valoración de lo que se ha hecho al calor de estos tiempos, o el cuestionamiento de los supuestos establecidos, o la valoración sobre este tiempo; por ejemplo, para qué sirve la literatura, la crítica ante el colapso civilizatorio, o todas las anteriores?
3.1 Sea en Las ranas de Aristófanes, la comparación entre el presente y el pasado de Ibn Jaldún, o en la más reciente crítica a la materialidad artística en Benjamin, o en los atisbos barrocos de La expresión americana en Lezama, e incluso La muerte de la tragedia de Steiner, hay en cada documento y tradición correspondiente un asomo de crítica.
3.2 La crítica, como hemos dicho, está presente en casi todo. El canadiense Northrop Frye diría que desde La Biblia se acompañan los mitos y el discurso a la civilización de Occidente; sin embargo, ya en el Pensamiento Latinoamericano (ver el punto siguiente [3.]) entendemos que lo conocido hoy como “crítica” ha estado presente en todas las culturas. Desde Alá explicando el por qué los animales que matan injustamente serán juzgados, hasta lo más hermético de las enseñanzas cabalísticas. Hay valoraciones de lo de afuera, lo exotérico, y lo de adentro esotérico. Qué vale, qué no vale, qué sirve, qué no, qué responde o no responde al contexto, cuestiona o no el estado de las cosas, qué da o no da ideas para cambiar lo dado. Así va y viene el discurso, los aparatos, las motivaciones críticas.
3.
3.1 “…antes los mapas se conformaban con monstruos y dragones”, dice Alfonso Reyes en la Última Tule. A propósito de la cartografía previa a la anexión de América a Occidente, vale la pena preguntarse, ¿qué o quiénes son los dragones y monstruos de los mapas ontológicos actuales?
b) Bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual. 4 posibles formas de verlo.
Un bosquejo o apunte sobre el campo literario venezolano actual debiera tener al menos dos elementos: campo y actores. Entendiendo por campo el lugar donde se desarrolla la literatura y por actores quienes se desplazan o hacen vida en el campo o campos en cuestión.
Y a su vez ese campo y esos actores tienen una genealogía, escenario o caracterización que boceteo así:
- Frankenstein o muerto vivo.
Cuando hablo de esto me refiero a cómo fue el campo literario venezolano en algún momento, sería el detritus que llegó del siglo XX al naciente siglo XXI. Se trata de un campo cultural literario que necesita de la valoración y la legitimación institucional para construir su canon. Sin embargo, la conformación de este nuevo canon se topó con un fenómeno importante: Internet y redes sociales, generando así una ruptura con los modos de legitimación. Los autores, editoriales, colectivos, movimientos, fundaciones, instituciones y otros actores del campo literario, buscaron su legitimación a través de los nuevos espacios y las nuevas tecnologías, sin embargo con un pie en lo institucional, en el muerto vivo. Quizá por nostalgia. Al día de hoy todavía existen rémoras. Caso particular la discusión sobre el Rómulo Gallegos o la existencia en general de los premios literarios, tanto estatales como de iniciativas privadas o particulares. Todavía hay una tarea a realizar de este período (¿?), la valoración de lo publicado por el Estado y las iniciativas privadas y particulares, con el propósito de separar el grano y así distinguir entre literatura y guerra política (el fuego cruzado de las narrativas aún en vigencia) con fines éticos, estéticos y políticos.
- Sobre los lugares de enunciación o de legitimación.
Este refiere al debate sobre el libro electrónico, los blogs, y todo el ecosistema digital. En el caso venezolano no responde solo a la realidad globalizada, sino también a la crisis económica y política. Hay autores que nacieron dentro del campo digital que probaron luego con infiltrarse en el campo tradicional y viceversa. Esta discusión ya es vieja, es decir, si lo digital vale más que lo físico o si realmente hay literatura digital o si lo que está en la web puede considerarse literatura. Aunque se trata de una discusión interesante, ya forma parte del pasado. Eso no quiere decir que no existan de la misma manera que en el punto 1, el Frankenstein, el cuerpo vivo, un resquicio de autores que todavía pretenden publicar en físico y ser legitimados por esas formas. Más por nostalgia y capital simbólico que otra cosa, puede que también se deba a un asunto generacional (¿?), mientras ciertas burbujas de coetáneos prefieren los nichos digitales.
- Lo transversal: nuevos espacios, comunidades de sentido, toda la nueva ecología o ecosistema literario.
Aquí tal vez es donde se está manifestando la cultura literaria venezolana actual, atravesando las problemáticas anteriores y la siguiente. Blogs, páginas y revistas web, autopublicaciones, redes sociales, editoriales alternativas y un sinfín de actores de estos espacios, tanto dentro del país como fuera de él. Cobrando mayor fuerza estos últimos años, y consolidándose en tiempos de pandemia por razones obvias.
- La literatura venezolana actual como espacio de tolerancia.
Si los puntos anteriores son un boceto, este es un boceto del boceto. En la suerte de antologías que podemos ver en redes sociales, blogs y otros espacios web, podemos comprobar que hay la convivencia de escritoras y escritores de distintas posturas y planteamientos políticos y discursivos. Pareciera que la literatura o el campo literario y cultural venezolano es una zona de tolerancia fuera de la llamada “polarización”, aunque de vez en cuando se cuele un debate propio de los tiempos del Frankenstein o del muerto vivo.
Como hemos visto, estos 4 elementos del campo literario venezolano actual se atraviesan, más que corresponder a una suerte de genealogía temporal, aunque se da en algunos casos, más bien se trata de varios fenómenos que se entrecruzan, en medio de esto se reúnen no solo los sujetos provenientes de los campos literarios tradicionales, sino también aquellos que se han formado al margen, dando lugar a un nuevo campo o campos susceptibles a operaciones críticas.
Corolario
Aunque lo experimental y fragmentario sea el lenguaje de este tiempo, si se precisa comunicar los ejercicios críticos a públicos más amplios, es decir, más allá del campo literario, sociológico o filosófico, es preciso recurrir a ciertas formas más claras o menos herméticas, o quizás con menos vuelos lúdicos.
Es por esta razón que lo experimental es más bien o ha sido la introducción a este proyecto.
Las Postales Distópicas, definidas de antemano como un monstruoso apunte, van zurciéndose en un devenir más claro o sencillo que rendirá cuenta en los ejercicios por venir.
Porque esto que se lee sigue siendo la caída, aquello que se elabora en su trayectoria azarosa sin dejar de convocar al silencio, que en el lenguaje es posible solo en un remanso de asunto por asunto, o del uno por uno que nos permite pasar revista por lo que se vive o aspira.
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