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Es un fruto obscuro el que ahora invoco,
un pequeño círculo rescatado de la noche.
A su conjuro regresamos desde cualquier lugar
hacia el mismo punto del que un día nos alejamos
olvidados los ojos donde hemos dejado algo nuestro
para reencontrarnos con ese espacio imperturbable que nos pertenece.
Rolando Cardenas.“El fruto invocado”
Siempre había esperado que esta tierra pudiera convertirse en un asilo seguro y agradable para la parte virtuosa y perseguida de la humanidad, cualquiera que fuera la nación a la que pertenecieran.
George Washington
Leer Prohibido hanguear aquí es ponerse en los zapatos de un padre amenazado de perder a su hija por su condición de extranjero; de una agente de real state dispuesta a todo para zafarse de las circunstancias turbias de un gran negocio en una metrópoli a la que aún no pertenece; de quien llega a tomar consciencia de que, se esté donde se esté, el destino depende de un acto que reafirme la fe y concrete el milagro; de quien a pesar de no saber claramente qué busca ni por qué, consigue el amor; de quien no se da cuenta de que tratando de encontrar un lugar en el mundo, ha perdido incluso la cordura; de quien se resiste a cambiar ante las nuevas circunstancias y la barrera del idioma, y no obstante persiste en adaptarse; de quien vive lo extraño de una ciudad como Nueva York, con sus apetencias casi sobrenaturales; en una frase, de quienes enfrentan con la sola fuerza de sus deseos y querencias la situación migratoria.
Prohibido hanguear aquí no es solo una invitación a comprender la situación de los migrantes a partir de la ficcionalización de una experiencia que conjuga lo propio y lo ajeno, es una exhortación en leguaje cómplice a persistir, a perseverar, a no ceder lo que realmente se anhela. En cada uno de los siete cuentos que componen el libro, y desde su epígrafe, Escalona nos hace sentir la fuerza vitalista que resulta del choque entre lo perdido y lo anhelado, entre el origen y el destino; esa potencia a la que llamamos deseo.
“El proceso migratorio es como un duelo, es similar al sentimiento tras la muerte de un ser querido”, “a veces, solo se necesita una sonrisa para seguir adelante”, siempre se trata de resolver la difícil ecuación entre aquello dejado atrás y aquello que se quiere, en esto coinciden los protagonistas de los relatos, para quienes, se dirá, la realidad está constituida por el deseo que los anima a ir más allá.
Pero a la vez los héroes de las historias de este libro son agentes de una búsqueda singular, cuya trayectoria —plena de contrasentidos, vacilaciones e incertidumbres— Escalona sabe dibujar en ese espacio liminar donde se conjugan la fantasía —incluso alucinada— y la realidad —incluso indecible.
Así, Manhattan y, más ampliamente, Nueva York, no son escenarios que decoran las aventuras de los protagonistas, sino espacios vitales y a veces mortales, definidos por el encuentro, yuxtaposición y divergencia de las trayectorias deseantes de los personajes de las historias; suerte de caleidoscopio de imágenes del presente y del pasado en perpetuo movimiento y reconfiguración donde se juega el destino de los héroes: “Nueva York es una fantasía, una metrópoli de constantes amores transitorios y abandonados que buscan conversación en un bar cualquiera”.
En este, su tercer libro, Escalona da una forma depurada y original a sus exploraciones literarias. Prohibido hanguear aquí está armado a partir de varios subgéneros de la ficción y apuestas narrativas unificadas por una voz madurada. La gran metrópoli, sus márgenes y la vida de sus habitantes fueron protagonistas de Ciudad Capital (2011, 2013, 2023), primer libro del autor, premiado por el Ministerio de Educación de Chile. En 2024 publicó el libro de crónicas bilingüe Tal vez Manhattan / Maybe Manhattan, donde explora la Nueva York latinoamericana desde la perspectiva propia del relato subjetivo de la experiencia vivida, pero que no pierde de vista la irrupción de lo fantástico. Con Prohibido hanguear aquí asistimos a un despliegue de su pasión “por relatar las sombras de las grandes ciudades y revelar la vida de aquellos que permanecen invisibles en el vértigo urbano”.
Esta obra llega en un momento difícil para las comunidades migrantes de Estados Unidos, donde la intolerancia y el racismo se han hecho praxis gubernamental para negar los derechos, sueños y anhelos de las comunidades hispanas, pero también de un pueblo conformado a partir de múltiples migraciones como lo es el estadounidense. Llega precisamente ahora como por mor del destino, porque no fue escrito para la desafortunada coyuntura, y sin embargo tiene mucho que decir sobre ella. El lector verá que no está ante un libro que busque la polémica, sino la empatía, la comunicación, y el diálogo, incluso por sobre la “barrera del idioma”. En tal sentido, afirma que no será negando al otro, en especial la potente influencia del español en la vida cultural estadounidense, que se resolverá la cuestión migratoria. La lengua es la forma predilecta de expresión del deseo perseverante en la vida migrante, que inagotable y contra toda valla insiste en expresarse y mezclarse: “—¿Enciendo el motor? / —Oh, man, speak English. We are in America! —Oh, yes, yes, in America, sorry, señorita”.