Veinticinco años es un lapso de tiempo suficiente para analizar la evolución del arte, máxime en el cine, cuyas variaciones temáticas y estilísticas son más veloces que las de otras disciplinas. Basta comparar una película de 1925 con una de 1950, y esta con otra de 1975 para comprobar los vertiginosos cambios. Desde Mentekupa queremos radiografiar de la forma más amplia posible el universo cinematográfico del primer cuarto del siglo XXI y para ello abrimos esta sección en la que personas referentes del campo cultural propondrán los veinticinco mejores filmes, a su juicio, del periodo 2001-2025. Finalizada esta cartografía publicaremos la “lista de las listas”, con las películas más votadas.
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Abdennur Prado (Barcelona, 1967). Es un escritor andalusí, poeta, cineasta y ensayista. Autor de «Genealogía del monoteísmo. La religión como dispositivo colonial» (Akal, 2018) y otros libros fundamentales sobre el pensamiento islámico.
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25. El caballo de Turín (2011, Bela Tarr)
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24. Largo viaje hacia la noche (2018, Bi Gan)
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23. An Elephant Still Waiting (2018, Hu Bo)
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22. Shara (Japón 2003, Noami Kawase)
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21. Siglo de un nacimiento (2011, Lav Diaz)
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20. Tropical Malady (2005, Apichatpong Weerasethakul)
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19. Notre music (2004, Jean-Luc Godard)
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18. Los amantes regulares (2005, Philippe Garrel)
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17. Amor (2012, Michael Haneke)
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16. Millenium Mambo (2001, Hou Hsiao-hsien)
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15. Sobre la hierba seca (2023, Nuri Bilge Ceylan)
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14. Inside the Yellow Cocoon Shell (2023, Pham Thien An)
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13. Nader y Simin, una separación (2011, Asghar Farhadi)
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12. Más allá de las colinas (2012, Cristian Mungiu)
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11. La luz que imaginamos (2024, Payal Kapadia)
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10. Perfect days (2023, Wim Wenders)
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9. Placeres desconocidos (2002, Jia Zhang Ke)
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8. El destierro (2007, Andrey Zvyagintsev)
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7. Dasatskisi (2020, Dea Kulumbegashvili)
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6. The Duke of Burgundy (2014, Peter Strickland)
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5. Roma (2018, Alfonso Cuarón)
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4. Le fils (2002, Hermanos Dardenne)
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3. Misterios de Lisboa (2010, Raoul Ruiz)
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2. This Is Not a Burial, It’s a Resurrection (2019, Lemohang Jeremiah Mosese)
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1. My Love, Don’t Cross That River (2014, Jin Mo-young)
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Nota [que refiere exclusivamente a los críterios del autor]:
Hay criterios diversos a la hora de considerar una obra, que se relacionan con nuestras inquietudes y con nuestra forma de vivir. En mi caso, no necesito ser entretenido y prefiero la meditación a laacción y el silencio al ruido. No me atraen ni el espectáculo ni las estrellas, ni siquiera el talento o la brillantez formal. No soy consumidor de cine; me dejo guiar por la intuición hacia películas que me prometen revelar un fragmento palpitante de la vida. Prefiero ver cine del llamado tercer mundo a cine anglosajón, por la simple razón de que busco en el cine una apertura al mundo. Hollywood nos ha acostumbrado a las fantasías menos conectadas con la vida: thrillers, superhéroes, serial killers, sagas galácticas, terror, ciencia-ficción… Aquí se agradece otra cosa: un cine que exija de nosotros la atención y, de este modo, nos ayude a cultivarla; es decir, un arte que permita a nuestra alma resistir a la avalancha de imágenes artificiales con la que somos bombardeados a diario. Cuando oigo decir que una película es espectacular o que es transgresora, doy por hecho que es un producto de consumo. No hay mejor elogio de una película que decir que es lenta; salvo, quizás, decir que es aburrida: esto significa que permite al alma respirar y nos invita a la reflexión y a la contemplación.
Por encima de todo, lo que me hace amar una obra es la sinceridad en la forma de plasmar su contenido, lo cual suele expresarse en el estilo y en la delicadeza con la que trata a los personajes y a su entorno. A veces el cine logra reflejar el movimiento del alma humana; lo cual es memorable.
Sirva esto como aclaración sobre la naturaleza de esta lista, que no contiene las supuestas 25 mejores películas de estos 25 años, sino aquellas que me han hipnotizado o conmovido. Por encima de todas El caballo de Turín, que situaría entre las mejores de la historia del cine.
