Puerto Rico, esa isla en la que nacieron algunos de nuestros ídolos. Podría ser Danny Rivera o Roberto Clemente, podría ser Willie Colón o tal vez Tego Calderón. No importa la generación, la isla alberga un espiral de genialidad caribe que no para de asombrar, sean cual sean los gustos. Esa isla a la que regresaron Raquel Berrios y Luis Alfredo del Valle, los integrantes de Buscabulla, para traernos su añorado primer álbum cargado de fusión tropical.
En 2017 dos huracanes devastaron la isla. Muchos decidieron irse, pero Raquel y Alfredo volvieron. Quisieron ayudar a reconstruir su tierra, Berrios fundó una ONG (PRIMA) para asistir a los artistas en la crisis. En 2020 revelan las canciones que surgieron en esta era. El álbum se llama Regresa.
El disco inicia con “Vámono”, el primer sencillo publicado el año pasado. Con un ritmo de marcha que vino acompañado por visuales en homenaje al Festival de las Máscaras por las calles de Arecibo y Hatillo, la canción revienta con la voz de Raquel invitando a resurgir del ocaso, seguido por un tema corto llamado “La Fiebre”, un miniexperimento que termina con tambor como antesala a “El Aprieto”, una canción funk de ritmo atravesao’ que me recuerda de alguna forma a Animal Collective. “Tate quieta que poco a poco vamos a salir ya de aquí”, canta Raquel en su invitación resiliente.
El tema número cuatro es “Club tú y yo”, un bolero electrónico que canta al amor que permanece y evoluciona en perfecta sincronía musical: “Aquí en la cuerda floja los dos, buscando equilibrio…”. Como si se tratara de una continuación directa, viene “Mío”, una salsa “groovy” con una campana que dicta el camino creando un sonido que rememora lo mejor de la Fania. “No te queda, mi pana”, se escucha en el siguiente track con otra fusión rítmica hipnótica adornada por una línea de bajo insuperable en NTE.
La canción número 7 es “Manda fuego”, una canción sobre incertidumbre y añoranza de que todo mejore: “Ven Señor y manda fuego, mira que me desespero”. Esta incertidumbre se mantiene en “No Sabemos”, una fusión de trap y synthpop brillante que no pierde la esencia de funk tropical del dúo. Luego escuchamos “Nydia”, cargada de energía ensoñadora e introspección, que recuerda inevitablemente a Tame Impala e integra la voz a forma de homenaje de la actriz Nydia Caro, ícono de Puerto Rico. Antes de cerrar el disco, “Volta” nos regresa a la resiliencia explícita de “El Aprieto” en un tema coescrito por Nick Hakim.
Regresa cierra con el tumbao’ de “Ta Que Tiembla”, en una especie de reggaetón funk donde Raquel decreta el final del desastre con una celebración liderada por una melodía vocal que se te queda dentro.
En un final redondo, Buscabulla nos enseña su camino personal, el regreso a su tierra, su lucha por la reconstrucción y la esperanza de que todo va a mejorar. En una mixtura sonora en la que escuchamos a los íconos que mencioné al principio, donde encontramos a Danny, donde está Héctor, Willie, Tego, Nydia y demás genios para reencontrarse en la historia de un país en plena sanación de sus heridas y en una inalterable introspección como sociedad. Allí, en el centro, Buscabulla se reencontró y nos enseñó una radiografía de la isla de Puerto Rico hoy día, la del caribe que no se calla y no deja de asombrar con su arte y su humanidad.