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El cónclave de mamá

Victor Hugo Pacheco Torres Por Victor Hugo Pacheco Torres
11 mayo, 2025
en Literatura, Narrativa breve
31

.

La última vez que te vi fue a través de la ventana de tu cuarto, aquella que daba hacia el patio de la casa. Sabía, en el fondo, que no nos volveríamos a ver. Jorge, con un gesto discreto, hizo un ademán con la cabeza, como si me dijera: “vete tranquilo”. Mi viaje fue largo y melancólico.

Al llegar a casa, llamé como siempre para decir que había llegado bien. No sé si sonreíste, pero, con voz calma y entrecortada, me diste la “bendición”. Horas más tarde, Manina me llamaría para decirme que te habías ido. Un océano más amplio que el Atlántico nos separaba ahora. 

Durante los días previos a tu partida, recordamos juntos nuestro viaje a Roma, Nápoles y Pompeya. Rememoramos los momentos sencillos de aquel viaje, como cuando comíamos pizzas baratas y dormíamos en una habitación económica, pero tan cerca de todo lo que queríamos ver.

Hablamos de la Fontana di Trevi, recordando aquella escena de Marcelo Mastroianni en La Dolce Vita; de la Plaza de España, con su famosa escalinata, donde yo me perdía en mis pensamientos, preocupado por encontrar la casa del poeta John Keats, mientras tú buscabas la columna de la Inmaculada Concepción. También mencionamos el Coliseo, donde te insistí para entrar, pero tú te negaste, pues allí, dijiste, había muerto demasiada gente inocente de forma violenta. Conversamos acerca de la Via Appia, donde se cuenta que San Pedro, huyendo de Roma para escapar del martirio, vio a Jesús cargando la cruz, lo que lo llevó a regresar a la ciudad para ser crucificado al revés. Nunca olvidé aquella leyenda que siempre me contabas: la famosa pregunta de San Pedro a Jesús: “¿Quo vadis, Domine?” y, su respuesta: “Roman vado iterum crucifigi.”

Y obviamente, no faltó hablar de la ópera de Nápoles, donde Caruso cantó, y Lucio Dalla dedicó una canción en su honor. Tampoco de Pompeya, la ciudad destruida por la lava del Vesubio, que aniquiló a sus habitantes, pero no su memoria.

Pero, sobre todo, nuestra principal razón para ir allí era el Vaticano. Querías conocer la Basílica de San Pedro, y, por supuesto, como buena latinoamericana, tu idea creativa de llenar de «agua bendita» la botella vacía que habías traído, para poder regalar frascos de «Agua Bendita de la Basílica de San Pedro» a tus amigas católicas de Venezuela fue mejor que multiplicar los panes. Todavía pienso que con los controles que hay en los aeropuertos fue “un milagro” pasar la botella de “agua bendita”.

Finalmente, la Capilla Sixtina… Allí, sentada, te quedaste más de una hora, contemplando los frescos de Miguel Ángel Buonarroti. Estoy seguro de que, en ese momento, pensabas en La agonía y el éxtasis y cómo el Papa Julio II, le preguntaba a Miguel Ángel: “¿Cuándo lo terminarás?”, a lo que él respondía: “¡Cuando lo termine!”

Recuerdo la paz que irradiabas mientras permanecías allí, inmóvil, sumida en el silencio reverente de la capilla. Algo cambió en ti en ese momento, algo profundo, algo que te transformó para siempre. Tu dedo tocó la realidad y fuiste creada por la mano de Dios, ya no vivirías en una película, como en La rosa púrpura del Cairo, sino que estabas allí, en ese lugar que habías soñado, mirando el techo que tanto habías deseado contemplar.

Faltaron muchos años para que regresaras aquí. Dudé en quedarme con parte de tus cenizas, que llevé tantos años conmigo, pero al haberte visto tan serena, tan en paz allí, decidí renunciar a ese impulso egoísta. Uno pertenece al lugar donde es feliz, y sé que tu lugar es aquí, bajo este techo, donde tu sonrisa finalmente alcanzó el éxtasis, después de haber soportado la agonía de esta vida. No soy nadie para interrumpir tu merecida alegría.

¡Qué ironía! ¿Quién habría imaginado que tú, una mujer, estarías presente en el cónclave para elegir al nuevo Sumo Pontífice de la iglesia, después de la muerte del Papa Francisco, sin ser cardenal?

Cuando vea salir el humo blanco de la chimenea y escuche el “Habemus Papam”, sabré que, por fin, habrás sonreído para siempre.

¡Descansa en paz, mamá!

Artículo previo

Do The Right Thing (Spike Lee, 1989)

Comentarios 31

  1. Julia Di Benedetto says:
    3 días hace

    Súper emotivo y cercano. Precioso

    Responder
    • Mailin González says:
      2 días hace

      Dios bendiga tu vida que hermoso😍🙏🏼✨✨✨

      Responder
  2. Laura Ruth Carro says:
    3 días hace

    Excelente texto. El recorrido geográfico, histórico, artístico con los pasos de la incógnita madre y su amoroso hijo redibujan el paisaje, recuerdan hechos crueles, tristes y se compensan con las alegrías palpadas en los momentos compartidos y en los individuales de los protagonistas venezolanos.

    Responder
  3. Nacary Daniel says:
    3 días hace

    Ay no no no Víctor tú me matas con ésto…que belleza ! Que dios te bendiga.
    Mil gracias

    Responder
    • Hilda Rojas says:
      2 días hace

      Una narración tan maravillosa que viví ese momento con ustedes. Gracias de nuevo por abrir tu corazón ♥️. Espero que cuando regreses a Venezuela compartamos un momento y pueda escuchar de tu propia voz todas estas vivencias.

      Responder
  4. Carmelo Antonio Torres says:
    3 días hace

    Es hermoso evocar sin decir adiós, el amor eterno como bien lo decía Rocío Dircal pareciera que lo vive quien fué inundado de amor!! Si bien produce nostalgia el recuerdo, no deja de seguir circulando y permaneciendo vivo como si fuera la magia de la Célula «Madre»
    Dios bendiga a Maria Eustoquia, La Negra, la tía de las arepas finitas…

    Responder
  5. Gabriel Castillo says:
    3 días hace

    Que hermosa narrativa de un suceso doloroso y sincero para el amor de tu vida QEPD, nuestra recordada negra, «tan linda y querida»

    Responder
  6. Valentina Rodríguez says:
    3 días hace

    Bellísimo homenaje!!
    Pude ver su sonrisa mientras lo leía, su asombro y su agradecimiento, darle ése regalo y dártelo tu!

    Responder
  7. Vidal López C. says:
    3 días hace

    Impresionante recuerdo dedicado a tu mama. Bello!!!

    Responder
  8. Mercedes says:
    3 días hace

    Hermoso relato , cargado de emociones y de las buenas. Felicitaciones Victor y gracias, una vez más, dejas a todos con una linda sonrisa de bienestar en el rostro luego de una lectura confortable .

    Responder
  9. lesbialavado733@gmail.com says:
    3 días hace

    Solo mamá María ❤️
    Mi amiga del alma

    Responder
  10. Hilda moreno says:
    3 días hace

    Excelente Pacheco cómo recordar a nuestros seres queridos, que aunque pase el tiempo, el amor y los recuerdos perduran siempre, la recuerdo con mucho cariño siempre está en mi corazón, una mujer bondadosa y virtuosa, una mujer guerrera y luchadora, como decimos nosotros los venezolanos echada para adelante, amaba al prójimo como a ella misma, que tu mamita esté en el sitio que el Dios Todopoderoso haya escogido para ella🤍

    Responder
  11. Manina says:
    3 días hace

    Pachecon mejor no pudo ser el recorrido turístico,emocional e histórico ,me pareció estar ahí con ustedes dos, muy visual y emotivo mamá fue muy feliz al cumplir su sueño y comentaba regresaré y así fue que lindo y sentido como expresarte esos momentos vividos Pache 💜👏

    Responder
    • José Herrera says:
      54 mins hace

      Amigo que manera más espectacular de mostrar el cariño y respecto a tu mamá, se me aguaron los ojos

      Responder
  12. Silvia Barba says:
    2 días hace

    Qué hermoso texto, Víctor.
    Leer tus palabras es como asomarse al corazón de un hijo que nunca dejará de amar a su madre. Esos recuerdos que compartes, llenos de nostalgia y ternura, nos recuerdan lo importantes que son las raíces, los abrazos y las despedidas. Qué bonito es saber que, aunque físicamente se haya ido, ella sigue presente en cada pensamiento y en cada rincón de tu memoria.
    Gracias por abrir tu corazón y permitirnos ser parte de esta bella despedida. Que su luz siga iluminando tu camino, siempre.
    Un fuerte abrazo

    Responder
    • Vianney Delgado says:
      2 días hace

      Excelente publicidad me encantó de verdad que si felicidades sobrino Dios te bendiga y te siga iluminando ♥️♥️

      Responder
      • Zyhu says:
        2 días hace

        Lindas palabras para mi tía ❤️

        Responder
  13. Diorling garcia says:
    2 días hace

    Tío lo he leído el libro pero me dio leí lo que está escrito aquí en el live y se me ahogó el guarapo se me aguaron los ojitos

    Responder
  14. Grisel says:
    2 días hace

    Es un sentimiento profundo y complejo pero lo lindo es la forma en que lo expresas.

    Responder
  15. Maria Isabel Perez Landete says:
    2 días hace

    Que preciosidad de texto, con qué delicadeza y que acertadas palabras para dedicar a la más grande, a tu reina, a tu madre!! Chapeau amigo mío!! Una belleza de dedicatoria

    Responder
  16. Miguel says:
    2 días hace

    Sigue viviendo en ti Víctor en tu forma de recordar en tu forma de expresarlo.

    Responder
  17. Beate Steiner says:
    2 días hace

    Excelente, eres un buen observador. Tu texto me emocionó mucho, Pache, sobre todo porque tuve el placer de conocer a tu madre. Qué en paz descanse.

    Responder
  18. Corina says:
    2 días hace

    Mi corazón se puso “chiquito” al leer ese HOMENAJE a una mujer “GIGANTE SABIA LUCHADORA Y DISCIPLINADA… me refiero a DOÑA MARIA TORRES y por supuesto no me extraña nada que de su vientre hayan salido “seres maravillosos de LUZ” que seguirán haciendo el bien ce comenzó María. Pachecon me quito el sombrero ante tan merecido mensaje escrito en prosa/poesía🙏❤️

    Responder
  19. Pedro says:
    2 días hace

    Este ejercicio de exorcismo personal y que te lleva a evocar de manera tan descriptiva y emotiva , me permitió recordar sus interminables relatos de esa experiencia que sin duda impacto en su Ser hasta sus últimos días , cosa de la que doy .
    Vaya manera de mantener vivo la energía de Aita..

    Responder
  20. Maigualida says:
    2 días hace

    Un relato conmovedor y delicado que nos muestra la transcendencia de los viajes en todas sus dimensiones, donde los hilos de la memoria y los momentos compartidos son parte de nuestra eternidad y nos mantiene vivos en la eternidad.

    Responder
  21. Maigualida says:
    2 días hace

    Un relato conmovedor y delicado que nos muestra la transcendencia de los viajes en todas sus dimensiones, donde los hilos de la memoria y los momentos compartidos son nuestra verdadera eternidad

    Responder
  22. Alfi Wolf says:
    2 días hace

    Hermoso relato Victor ,se percibe lo intenso de ese viaje compartido, de ese tipo de experiencias hay que llenar la vida
    Nos nutre el alma y el corazón,abrazo grande

    Responder
  23. Adela Darwish says:
    2 días hace

    Estimado Victor Hugo , que mejor homenaje en memoria de tu Madre que te dejo tantos recuerdos y vivencias y que a traves de tu pluma literaria poetica y sencilla nos invitas a vivir contigo recuerdos muy significativos plasmados de agradecimientos admiracion y valores que juntos compartieron en la bella Roma y el imponente sagrado Vaticano. Tu madre hoy dia en la gloria fue tu inspiracion para este relato tan especial “ El conclave de Mama” Felicitaciones 💎❤️💙💯

    Responder
  24. Marco Molina says:
    1 día hace

    Esto está muy bonito y emotivo. Ahora quiero conocer el vaticano. Muchas gracias por este maravilloso relato.

    Responder
  25. Susana Schier says:
    1 día hace

    Primero me emocioné profundo con el retrato de tu madre Víctor: porque vi en esa bella mujer a tu hija Hannah a la que , en mi parecer la genética ha dejado su impronta y fuerza.
    Luego el relato me volvió a pasear por l a bells Roma , donde también sentí admiración y sorpresa: prque ella es realmentee la t6ciudad eterna…Y que hermosos párrafos para hablar de tu mamá en la Capilla Sixtina …parece como si ella con su emoción primero exalta la obra de Miguel Angel y luego tu cierras con un bello final
    Me encantó Víctor..

    Responder
  26. Grisel says:
    17 horas hace

    Gran forma de narrar las emociones que muchos no sabemos expresar, encontraste la forma de ser expresar cada sentimiento

    Responder

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