El presente cuestionario tiene por finalidad contribuir a la creación de un mapa del campo cultural venezolano que sirva para estimular la comunicación, el diálogo y el debate en torno a sus potencialidades.
Espera servir para que los artistas e intelectuales entrevistados promuevan su trabajo a la par que comuniquen sus intereses, expectativas y dificultades de tal modo que puedan establecerse puntos de contacto, articulación y líneas comunes de creación, reflexión y debate.
Hemos sido y seguiremos siendo amplios en cuanto a la invitación a participar en esta experiencia. En MenteKupa tenemos claro que un campo cultural está configurado en buena medida por sus confrontaciones, antipatías y desencuentros. Pero esto no contradice que las desavenencias puedan tener una forma productiva.
Por supuesto que no somos ajenos a la coyuntura que vive el país. Lo que queremos es propiciar un ejercicio de enunciación de los deseos que contribuya a que el campo cultural venezolano pueda construir los objetos que reclama. Creemos firmemente que la diversidad de opiniones y la crítica constructiva son fundamentales para el crecimiento y la vitalidad del campo cultural.
MenteKupa
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1. ¿Cómo te involucraste en la producción artística/intelectual, y cuáles son las principales preocupaciones de tu trabajo?
Yo comienzo a involucrarme tanto en el campo intelectual como en el artístico gracias a mi carrera, las letras fueron, sin duda, mi puerta de entrada. Ahora, mi campo de estudio actual, la historia de las mujeres, el feminismo y la lucha antiracista, nace de mi núcleo familiar, mujeres negras barloventeñas proletarias con una fuerte línea matrilineal que hacía contraste con muchas de las realidades de muchos de mis compañeros de clase y especialmente de la plana profesoral. Esos contrastes comenzaron a hacer ruido y me permitieron hacerme preguntas sobre mi posición en el universo académico al que aspiraba pertenecer y al que todavía pertenezco de forma adyacente.
2. ¿Cuáles son tus tres principales influencias y por qué?
Limitarlas a tres es muy difícil, pero haciendo un esfuerzo podría decir que Rita Segato, Silvia Federici y Audre Lorde son tres grandes influencias. Si puedo extenderme más diría que Adrienne Rich, Sheila Jeffreys, Chimamanda Adichie han sido fundamentales, y más recientemente Ana de Miguel, Rosa Cobo y Susan Sontag. El pensamiento y los textos de estas mujeres ha forjado mi forma de hacer análisis, en especial la forma de aproximarme a un texto y a una investigación en general, las considero pensadoras cabales y orgánicas. Leerlas para mí fue pensar más allá del canon fue lo que me dio perspectiva respecto a lo que la academia tradicional me ofreció en su momento, cosa que agradeceré siempre. Los textos de todas las mujeres nombradas me han servido como marco teórico para artículos pero también como acompañantes en etapas duras de mi vida ya que sus análisis funcionan no solo a nivel académico sino que aterrizan situaciones muy reales por la que las mujeres pasamos a diario. Explican un mundo que no está en la literatura tradicional, fue como encontrar un universo paralelo contenido dentro del universo regular.
3. ¿Sigues en especial el trabajo de algún venezolano y por qué?
De venezolanos no. De venezolanas siempre que puedo busco las investigaciones de María del Mar Álvarez, Gioconda Espina y Alba Carosio. De organizaciones sigo la revista del Centro de estudios de la mujer así como a Las comadres púrpuras, Faldas R, Surgentes, Venezuela Igualitaria y otras organizaciones con tradición de izquierda que publican investigaciones o hacen seguimiento de casos de abusos de DD.HH a poblaciones vulnerables.
4. ¿Qué lugar concedes a la crítica y en especial a la crítica cultural en tu trabajo?
Para mí sin crítica no hay pensamiento, en dos platos. En mi trabajo, donde el contraste es fundamental para sopesar ideas, la crítica es una herramienta muy valiosa para analizar realidades propias y ajenas. Desde mi punto de vista la crítica es abono para el terreno de la creatividad intelectual, lo que se sale de ahí es onanismo fútil y desgastante.
5. ¿Qué lugar tiene Venezuela en tu práctica artístico-intelectual?
El país y sus circunstancias me atraviesa (como a todas y todos los venezolanos) en todo lo que hago. A veces funge de camisa de fuerza (casi siempre) y otras veces funciona como incentivo y tierra fértil. Somos volátiles, impredecibles, complejos, jodidos, a veces amables, dadivosos, encantadores y otras veces crueles y egoístas, todo eso lo vivimos constantemente y así como nuestros adjetivos nuestras instituciones, nuestros gobiernos y nuestros políticos. Un popurrí de cosas por suceder y nosotras y nosotros en medio, siempre expectantes a la espera del siguiente coñazo a esquivar. No es un lugar sencillo para la producción intelectual si quieres que esta esté sostenida rigurosamente por data. Es maravillosa para diagnosticar, para fotografiar, para identificar situaciones, es un paraíso para antropólogos y sociólogos, pero es medio pesadillezco si necesitas rigor, o por lo menos ese ha sido mi caso.
6. ¿Cuáles son los problemas o dificultades que enfrentas para la producción, publicación y distribución de tu trabajo?
Un poco siguiendo la respuesta anterior la falta de datos es un problema enorme. Las estadísticas son un apoyo fundamental a la hora de emprender cualquier tipo de análisis social, sea con perspectiva de género, antiracista o la que sea, y acá simplemente no hay datos. Y no es que no se haga, solo que hay una mala maña del Estado de no publicar los datos y eso jode mucho. En cuanto a la publicación, la principal problemática es la falta de recursos para crear espacios desde donde publicar. No me refiero necesariamente a editoriales pero sí a revistas, incluso digitales, ya que no existe un aprecio real por el arte y la cultura de parte de las instituciones, privadas o no.
Sinceramente creo que desde hace rato ha habido un secuestro político de la cultura en el país, lo que no tributa partidistamente es ignorado y si se reconoce la labor se espera que el artista o investigador lo haga gratis. Hay un desconocimiento del trabajo artístico e intelectual de parte de aquellos que detentan el capital y ocupan el poder político, se entiende erróneamente que el arte y la producción intelectual son gratuitos y no tienen valor material por lo tanto que este tipo de trabajo no tiene porqué ser remunerado.
Por todo lo anterior la distribución de mi trabajo ha sido siempre por mis propios medios, por redes y de manera esporádica. El oficio de la escritura y la investigación requieren de unas condiciones mínimas de existencia que en muchos casos el país no permite, sin hablar de las fuentes, las bibliografías que más allá de lo digital que se pueda conseguir por internet, no llega casi y sí llega no suele ser accesible. Una lo dice con calma pero es trágico, la verdad.
7. ¿Qué crees que habría que hacer para potenciar el campo cultural venezolano, es decir, la producción y consumo artístico-intelectual de los venezolanos?
¿Reiniciar al país? Jajaja. No, en serio, creo que somos un país lector, o lo fuimos en algún momento, pero nadie que tenga que estar pendiente del gas, de llenar los tobos porque se va el agua, de desconectar los aparatos porque los bajones le quemaron ya dos neveras, y que tenga que rebuscarse entre tres trabajos para alcanzar la mitad de la cesta básica puede tener tiempo para leer, a menos que de verdad sea algo que tengas integrado fuertemente. Sin estabilidad económica lo demás se desmorona, incluyendo la estabilidad mental, que es otra situación agravada fuertemente desde que caímos en desgracia colectiva hace casi ya una década.
Otra cosa que ha jodido mucho al país es el maniqueísmo político. En el discurso de la población general (a todos los niveles) podemos ver una profunda incapacidad para salir de la polaridad, es impensable ver algo bueno en el otro o la otra y la única herramienta es la descalificación burda. Ha sido una situación sostenida en el tiempo que yo sinceramente considero que le tiene podrida la empatía y la inteligencia a muchísima gente.
8. ¿Crees que la “inteligencia artificial” afectará de algún modo tu quehacer artístico-intelectual?
Sí y no. Creo que las AI como herramientas de trabajo van a modificar la forma en la que entendemos la comunicación digital, y como el campo digital es donde nos movemos actualmente, vamos a tener que ajustarnos a la forma en la que la comunicación va a evolucionar. No tengo idea de cómo, realmente, pero sé que va a pasar, como pasó cuando se masificó el internet, no desaparecieron los libros, solo mutaron de formato, creo que será algo similar.
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