Desde el 2010 se escucha más y más de los metroidvania, un subgénero de videojuegos muy popular entre las desarrolladoras independientes y que tiene un lugar especial entre los jugadores, pero que aún es un poco desconocido para el público general.
Los juegos metroidvania se apoyan en la construcción de experiencias inmersivas para el jugador, situándolo en un mundo con áreas interconectadas y una situación donde explorar, muchas veces a ciegas, el universo del juego para poder avanzar en la trama, valiéndose solo de su orientación, las habilidades que consiga, y su propia intuición de aventurero.
Conozcamos más este subgénero de videojuegos, comenzando desde sus orígenes hasta pasar por algunos ejemplos claves de su situación actual, revisando también sus características más importantes y su relación estrecha con el mundo de los desarrolladores independientes.
¿Qué son los juegos metroidvania?
Son juegos de acción o plataformas basados en una aventura no lineal en un mundo interconectado, donde los jugadores debemos recolectar diferentes habilidades, objetos o power-ups para avanzar.
Estos juegos se apoyan mucho en la exploración y en nuestra capacidad de encontrar atajos o accesos a zonas secretas, así como de hacer backtracking, es decir, volver a áreas ya exploradas para entrar a lugares o recolectar objetos previamente inaccesibles por no tener una habilidad o conocimiento necesario.
El término es una combinación de palabras entre Metroid y Castlevania, dos franquicias de videojuegos principalmente de plataformas que sentaron las bases del subgénero en las décadas 80 y 90.
Metroid: exploremos en el espacio
No fue el primer juego en proponer una historia no lineal, pero el primer Metroid (1986, NES) popularizó esta jugabilidad. En él, controlamos a Samus Aran, una cazarrecompensas espacial que se infiltra en el planeta Zebes para recuperar a los ejemplares de la especie metroid que fueron robados por los piratas espaciales, que quieren convertirlos en armas para su beneficio.
Durante el juego, recorremos diferentes zonas mediante puertas y ascensores, al mismo tiempo que derrotamos enemigos y recolectamos habilidades que nos permitirán continuar. Comenzamos con un débil rayo de energía, pero, conforme avanzamos, conseguimos bombas, misiles y otras habilidades que nos ayudarán a sobrevivir.
Metroid II: Return of Samus (1991, Game Boy) fue su secuela directa, pero la fórmula sería perfeccionada en Super Metroid (1994, Super Nintendo o SNES), la tercera entrega de la serie. El juego ofrecía una jugabilidad similar al de sus predecesores, pero agregando nuevas funciones y puliendo otras ya incluidas, dándole a los jugadores una experiencia más completa al explorar el mundo.Cuando se lanzó, Super Metroid era el juego más grande publicado en Súper Nintendo. Necesitó un cartucho que almacenase 3 megabytes de información.
Castlevania: exploración con estilo gótico
Junto a Metroid, había otra franquicia que apostaba por la exploración: Castlevania, cuyo primer juego se publicó en 1986 y nos ponía en la piel de Simon Belmont, el descendiente de un legendario clan de cazavampiros que debía infiltrarse en el castillo del Conde Drácula para exterminarlo y restaurar la paz en Transilvania.
Toda la franquicia está influenciada por el horror. Por un lado, enfrentamos a los clásicos zombis y hombres lobo, así como murciélagos y momias. Sin embargo, también llegamos a combatir con Medusa, una criatura basada en el monstruo de Frankenstein y, por último, pero no menos importante, al mismísimo Conde Drácula.
Portada de la versión europea de Castlevania: Symphony of the Night
La principal referencia de Castlevania para los metroidvania es Symphony of the Night (1997, PS1 y Sega Saturn). Así como Super Metroid, este juego ofrecía una historia no lineal donde solo podías avanzar con las habilidades necesarias, pero se distinguió por algo clave: incluir elementos de los juegos de rol, como la posibilidad de subir de nivel al sumar puntos de experiencia, realizar invocaciones, y otros aspectos.
Como dato curioso, el primer juego de la serie se publicó en Norteamérica 25 días antes del aniversario 90 de la novela Drácula, de Bram Stoker.
¿Qué caracteriza a un metroidvania?
Si bien cada entrega es única en su tipo, los metroidvania tienen rasgos comunes que son propios del género:
Un único y enorme mundo
Estos juegos no tienen etapas ni niveles formales, sino que se desarrollan en un único gran mundo con zonas interconectadas por puertas, elevadores, teletransportadores, y demás.
Los creadores se esmeran en diseñar una estética propia para cada zona para que nos sea más fácil distinguirlas. Generalmente, los mapas son muy complejos, con varios túneles, pasadizos o habitaciones.
Mapeo automático
Muchos juegos ofrecen un mapa del mundo que se va generando mientras lo recorremos o conocemos más de él. Ellos suelen indicar puntos de interés, como zonas de guardado, ítems, enemigos, accesos, etcétera.
Esta función es bastante útil, pues permite jugar sin tener que pausar cada cierto tiempo para ver el mapa y saber en qué zona se está y cómo llegar a los objetivos.
Exploración
Es la esencia de los juegos metroidvania. Pasaremos mucho tiempo recorriendo el mundo y viendo a qué zonas podemos entrar, a cuáles no y pensar con qué ítem o poder lograremos acceder.
Muchas veces, el juego no ofrecerá pistas u objetivos claros sobre cómo avanzar, por lo que queda de nuestra parte buscar los caminos e ítems necesarios para hacerlo.
Jugabilidad no lineal
Aunque tienen una ruta «estándar» para avanzar, los metroidvania ofrecen la posibilidad de hacer sequence break, es decir, entrar en zonas del juego o recolectar ítems antes de tiempo y así «romper la secuencia» de progreso prevista por los creadores.
Para esto existen distintas formas: usar habilidades de forma creativa, encontrar accesos secretos, explotando glitches del juego, etcétera.
Power-ups
Otra de las claves de este subgénero es la necesidad de recolectar habilidades o ítems para avanzar y vencer a los enemigos, que se irán fortaleciendo conforme avancemos.
La búsqueda de las habilidades es una parte integral de la historia de estos juegos y que marca la evolución de nuestro personaje.
Entornos 2D
Aunque no siempre, generalmente los metroidvania son juegos en 2D de desplazamiento lateral (side-scrolliing), donde nos movemos de un lado a otro de la pantalla.
Algunos juegos proponen entornos mixtos o incluso tridimensionales, como la subserie Prime de Metroid, que se desarrolla principalmente en entornos 3D.
Los metroidvania despegan
La popularidad reciente de los juegos metroidvania se disparó durante la década del 2010, cuando los principales referentes del género experimentaban con otras fórmulas, como el caso de Castlevania y la subserie Lord of Shadows, o no tenían tanto éxito como antes, como pareció ocurrir con Metroid al publicar Other M (2010, Wii).
Uno de los primeros metroidvania modernos en hacer ruido fue Shadow Complex (2009, Xbox 360), que ofrecía una experiencia 2,5D: si bien el mundo es tridimensional, solo podíamos movernos en dos dimensiones. En su momento, fue uno de los títulos más descargados para la consola.
Desde entonces, surgieron otros juegos con la fórmula de explorar mundos interconectados de forma no lineal, como Guacamelee! (2013, PS3 y Vita) y Ori and the Blind Forest (2015, Xbox One y Windows), que fue un gran ejemplo de integración entre los videojuegos y el arte.
A finales de esa década, aparecería Hollow Knight (2017, Windows y Linux), un juego muy influenciado por franquicias clásicas como Metroid, Castlevania, Zelda y Mega Man X. El juego fue financiado en parte por una campaña de Kickstarter que para 2017 había reunido 57.000 dólares australianos, 22.000 más del objetivo inicial de la campaña.El concepto inicial del juego nació en la edición 2014 de Ludum Dare, una competencia anual donde los participantes deben crear un videojuego en 2 o 3 días a partir de un tema.
Metroidvania y desarrolladoras indie: una bonita relación
Mucha de la fama del subgénero metroidvania en los últimos años se debe a los desarrolladores independientes, que lo ven como uno de los formatos de videojuegos más accesibles y útiles para lo que quieren expresar.
Estos son algunos de los motivos de por qué los metroidvania y los desarrolladores independientes se llevan bien entre sí.
Baja inversión
Si se les compara a otros géneros, los metroidvania no son costosos de hacer, lo que viene bien para un desarrollador que no cuente con muchos recursos.
Si el concepto es lo suficientemente atractivo, los metroidvania pueden ser apoyados económicamente por campañas de crowdfunding, que además dan a conocer la idea en Internet si llegan a ser virales.
Crean comunidad
Como el desarrollo de estos juegos tiene un carácter muy abierto, son muy susceptibles a generar comunidades de personas interesadas por su desarrollo y en el producto final.
Estas comunidades pueden ayudar a los creadores con feedback durante el desarrollo, dando a conocer el proyecto, financiándolo, y de otras formas. Muchas veces, estos proyectos simplemente ofrecen un espacio agradable para compartir.
Representan un desafío
Hacer un metroidvania no es sencillo. Requieren un mundo inmersivo para el jugador, una gran historia, un estilo artístico definido que los distinga, una buena proyección de las diferentes formas en que los jugadores podemos avanzar… es retador.
Este escenario es muy atractivo para los desarrolladores, que pueden poner a prueba sus habilidades para poder optar por proyectos más grandes y complejos.
Ven la experimentación con buenos ojos
Más allá de lo que caracteriza al subgénero, los metroidvania son juegos abiertos a la creatividad e innovación, ofreciendo un margen de libertad para que los involucrados demuestren lo que saben.
Esto sucede no solo para que los desarrolladores destaquen, sino también para darle al juego una identidad única y así diferenciarlo de otros proyectos.
4 grandes ejemplos de metroidvania para empezar
¿Por dónde empezar con los juegos metroidvania? Si bien siempre es valioso conocer los clásicos y los orígenes de subgénero, en los últimos años se lanzaron varias obras destacadas que rescatan el espíritu de los referentes y lo llevan más allá. Hoy presentamos 4 de esos juegos.
Ori and the Blind Forest (2015, PS4 y Xbox One)
Controlamos a dos personajes, Ori y Sein, que se adentran en el bosque de Nibel, afectado por un cataclismo por el que Ori quedó huérfano. Su misión es recuperar la luz de los tres elementos que mantienen el balance de Nibel. Estos son Brisa, Agua y Calor.
El juego ha sido alabado por su propuesta artística, su historia y escenarios. En 2015, ganó el premio de Mejor Dirección de Arte en The Game Awards. Una secuela, Ori and the Will of the Wisps, se publicó en 2020.
Hollow Knight (2017, Windows y Linux)
El juego nos presenta a Hallownest, un reino subterráneo en decadencia por una enfermedad sobrenatural, la Infección. Nosotros controlamos a El Caballero, un personaje que gana distintas habilidades y equipamiento conforme avanza el juego.
Imagen promocional de Hollow Knight
La atmósfera de Hollow Knight es sombría, ofreciéndonos un mundo desgastado que no podremos conocer del todo hasta adquirir ciertos ítems, que nos ayudarán también a vencer a los jefes. La secuela, Silksong, está en desarrollo.
Bloodstained: Ritual of the Night (2019, PS4, Xbox One, Windows, Switch)
Es el segundo juego de la franquicia Bloodstained. Su desarrollo fue liderado por Koji Igarashi, que fue clave en la evolución de Castlevania desde Symphony of the Night hasta 2014, cuando abandonó Konami.
Toda la serie usa elementos sobrenaturales y exploración en dos dimensiones, y el parecido con Castlevania es tanto que muchos la consideran un sucesor espiritual.
Metroid Dread (2021, Nintendo Switch)
Dread presentó en la franquicia el factor de esconderse (stealth), con situaciones donde Samus debía huir de los temibles E.M.M.I. hasta no ganar la habilidad necesaria para derrotarlos.
Fue pensado para el DS a mediados de los 2000, pero no pudo ser desarrollado por limitaciones técnicas. Es el juego más vendido de toda la franquicia, superando el primer Metroid Prime (2002, Gamecube).
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Hablar del género metroidvania es hablar de un nicho que se consolida más y más entre los jugadores. En los últimos años ha dado juegos muy memorables y necesarios para comprender la historia reciente de los videojuegos, y no parece que la onda haya acabado. Todo lo contrario, apuesta a ir por más.
Siendo un espacio para la experimentación y miradas frescas para el diseño de videojuegos, el sector de los juegos metroidvania es, actualmente, una de las áreas más innovadoras en la industria de los videojuegos que, fuera de lo hecho por Nintendo, ha tenido un enfoque muy marcado hacia la creación de juegos con estética hiperrealista y con presupuestos de cientos de millones de dólares.
En cambio, los metroidvania apuestan por algo más simple sin dejar de ser significativo.