Imagina que te vas a adentrar en un universo que comparte y toma elementos de Carpentier, Lovecraft, King, Friedkin, pero con el toque ibérico de Álex de la Iglesia. Eso es 30 Monedas, una serie producida por HBO Europa y que es un pastiche entre el terror oscuro y la religión.
Es imposible no asociarla inmediatamente con películas anteriores de este director como El día de la bestia o La comunidad, pero también se nota un interés por ampliar lo que hemos visto de él. Su intención de crear una historia en la que Dios interviene (esto no es spoiler), no se nota, pero es interesante cómo juega constantemente con el hecho de que Dios está observando todo lo que sucede y permite que pase porque básicamente es su plan divino.
Sí, la serie toca temas religiosos y muchos elementos simbólicos de la creencia judeocristiana juegan un papel importante en el avance de la misma.
De la Iglesia armado cual novelista decimonónico nos entrega un trabajo interesante en su realización y que tiene cuatro capítulos extraordinarios (del 1 al 4) donde vemos posesiones demoniacas, niños monstruosos, doppelgangers, etc., todas cuestiones que podrían ser claramente un homenaje a todos los maestros del terror e incluso en su desarrollo podrían fácilmente pertenecer al universo de Friedkin.
Una primera mitad fuerte
El punto de partida de la serie es brutal, salvaje y hasta satánico, con el toque que caracteriza a Álex de la Iglesia; el terror y el humor más oscuro están servidos. Y es que mientras más te adentras en el episodio, más quieres ver y conocer este mundo, en una especie de voyerismo un tanto masoquista, incluso chismoso, como los personajes de las tres ancianas del pueblo en el que se ambienta la serie.
En este episodio se sientan las bases de la coralidad entre los personajes, pero sobre todo en este primer episodio está muy marcada. La presentación de los personajes es extraordinaria y en ningún momento el relato se desvía, sino que se fortalece.
Eduard Fernández en modo Rambo conoce a Constantine, es algo que nunca me imaginé que haría y su actuación como el Padre Vergara es brutal. Por otro lado, el acompañamiento de Megan Montaner y de los villanos son de lo mejor que hay. Sobre todo Cosimo Fusco, quien además de ser la mejor selección posible físicamente y en su aspecto, también con su actuación hace que te creas que es el demonio en carne propia.
Desde el inicio hasta más o menos la mitad de la temporada, la serie se solidifica muy bien y va armando un mundo de terror demoniaco y simbología judeocristiana de más de interesante, pero que en lo que se acerca más hacia el crepúsculo va perdiendo el ímpetu con que inició.
Un sacrificio que parece quedar a medias
El episodio que cierra la temporada se titula “Sacrificio” y para mí rompe un poco con la coherencia que venía trayendo la serie o quizá no la rompa del todo, pero sí hay una cierta prisa, como si se hubiese acabado el tiempo y no se pudo explorar todo bien.
Parece haber una pérdida de la coherencia entre lo que nos había venido mostrando De la Iglesia en episodios anteriores y este último. Creo que cuando la vean se darán cuenta de ello. Además, hay una ruptura que se da dos o tres capítulos antes que luego intentan retomar en el último y se nota un tanto forzado, pero nada más.
En ese sentido, la serie transita una delgada línea entre una solidez en muchos aspectos, pero que luego se escapan, se abandonan o se contradicen. Algo que le resta un poco a la experiencia de que como espectador puedas adentrarte en este mundo. Y esto se nota también en el apartado visual, se va desgastando mientras más avanza la serie.
Para mí esto resultó ser un choque, porque por momentos sentía como si este final de temporada no era suficiente, como si 30 Monedas necesitara de uno o dos episodios extras para poder sentar mejor las bases de lo que vendrá después, pero hasta ahora es un tanto claroscuro. Porque habrá segunda temporada y posiblemente una tercera y última.
De resto, puedo decir que esta serie es un estímulo porque es original, fresca y entretenida, más allá de que el último episodio me pueda parecer que desencaja totalmente. Álex de la Iglesia ha realizado sin dudas uno de sus mejores trabajos hasta la fecha y, por supuesto, el más ambicioso. Y mal no le está saliendo, aunque haya cosas que corregir.
No conozco el trabajo de Álex de la Iglesia, de hecho, primera vez que escucho/leo sobre él. Me has dado un buen abre bocas para ir a conocer su trabajo viendo la serie, como siempre, complacido con tus reseñas y observaciones!