El presente cuestionario tiene por finalidad contribuir a la creación de un mapa del campo cultural venezolano que sirva para estimular la comunicación, el diálogo y el debate en torno a sus potencialidades.
Espera servir para que los artistas e intelectuales entrevistados promuevan su trabajo a la par que comuniquen sus intereses, expectativas y dificultades de tal modo que puedan establecerse puntos de contacto, articulación y líneas comunes de creación, reflexión y debate.
Hemos sido y seguiremos siendo amplios en cuanto a la invitación a participar en esta experiencia. En MenteKupa tenemos claro que un campo cultural está configurado en buena medida por sus confrontaciones, antipatías y desencuentros. Pero esto no contradice que las desavenencias puedan tener una forma productiva.
Por supuesto que no somos ajenos a la coyuntura que vive el país. Lo que queremos es propiciar un ejercicio de enunciación de los deseos que contribuya a que el campo cultural venezolano pueda construir los objetos que reclama. Creemos firmemente que la diversidad de opiniones y la crítica constructiva son fundamentales para el crecimiento y la vitalidad del campo cultural.
MenteKupa
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1. ¿Cómo te involucraste en la producción artística/intelectual, y cuáles son las principales preocupaciones de tu trabajo?
Mi relación con la producción intelectual y artística se gesta desde la experiencia con la cultura y los estudios universitarios. Mi primer ámbito de creación fue la música afrolatinoamericana y las formas populares de la poesía, que luego, con la suma de lecturas, experiencias universitarias y de talleres literarios se transforma y adquiere un carácter un tanto más “formal”. De allí en adelante mi preocupación siempre ha sido la voz y la palabra de/en la cultura venezolana, su actualidad y su historia. Mi trabajo, en poesía específicamente, se gesta desde la experiencia de la voz y el ritmo. Podría decir que mi preocupación sería gestar en la escritura un camino para la experimentación en un espacio o entrelugar entre el símbolo y lo social como motivos.
2. ¿Cuáles son tus tres principales influencias y por qué?
Resulta dificil nombrar solo tres infleuncias, así que como creo en los maestros y en los oficios, voy a nombrar a un grupo de maestros y maestras que han sido cruciales para mi fromación. Mi influencia poética e intelectual directa ha sido el contacto con maestros como Luis Alberto Crespo y Mirla Alcibíades, por ejemplo, pues en épocas distintas de mi búsqueda creativa han sido igual de iluminadores. También con maestros de la tradición como Luis Camacaro (músico tradicional), Ailín Vázquez y Jesus Ramos (maestros jugadores de garrotes y grandes amigos), entre otros. También lecturas maestras de poetas y narradores venezolanos: Orlando Araujo, Ramón Palomares, Miyo Vestrini, Alfredo Armas Alfonzo, entre muchos otros y otras. A partir de ellos he construido y construyo lo que soy creativamente.
3. ¿Sigues en especial el trabajo de algún venezolano y por qué?
Actualmente acompaño la creación poética venezolana contemporánea, la poesía escrita por noveles y no tan noveles escritores y poetas de mi generación. Reconozco entre ellos grandes voces de hoy como la de Yanuva León y Victor Manuel Pinto, si tuviera que nombrar dos trabajos que me inspiran y que al día de hoy me han parecido realmente importantes.
4. ¿Qué lugar concedes a la crítica y en especial a la crítica cultural en tu trabajo?
La crítica cultural es medular para la construcción del pensamiento y de los saberes. Para la Venezuela de hoy resulta súper importante generar espacios de crítica y análisis de nuestra cultura en el contexto de un mundo tan convulso, sobre todo por la avalancha de cambios culturales y tecnológicos que vivimos y los que se avecinan.
5. ¿Qué lugar tiene Venezuela en tu práctica artístico-intelectual?
Es el lugar desde donde habito muy profundamente al mundo, es mi palabra en todos los sentidos. Venezuela, además del terruño, es mi propia metáfora. También es la raíz profunda de mis códigos como creador. Me reconozco venezolano en toda potencia y contradicción. Venezuela es mi registro del mundo. Hablo, al mismo tiempo, de la Venezuela que vivo y padezco, esa del día a día; como también de la Venezuela con la que experimento poéticamente, la Venezuela imaginada, la experimental y la experimentada.
6. ¿Cuáles son los problemas o dificultades que enfrentas para la producción, publicación y distribución de tu trabajo?
Principalmente la ausencia de espacios alternativos para la creación, distribución y publicación del trabajo. Hablo de que ya no resultan dificiles únicamente las publicaciones físicas, pues las digitales también. Pienso que padecemos de una hiper-institucionización de todo. Pienso también que padecemos una especie de efecto logia en la cultura, donde hay que estar alineado para estar presente y esto aplica al amplio espectro de la cultura literaria del país. Creo que cierto resabio de viejas trincheras políticas siguen siendo infranqueables piedras en el camino para un gran número de creadores, más por absurdo que por dogma político. Pero todos hemos aprendido a crear a pesar de todo eso.
7. ¿Qué crees que habría que hacer para potenciar el campo cultural venezolano, es decir, la producción y consumo artístico-intelectual de los venezolanos?
Promover espacios dialécticos de crítica que permitan observar problemáticas simbólicas importantes. Crear canales de impulso y promoción de la creación y la crítica: festivales que no sean solo fiestas, encuentros más allá del encuentro. Crear también canales que sustenten la producción de investigaciones becas, aportes y ayudas de diferentes tipos de inversión pública, privada o mixta. Hilar la producción artística (al menos la poética) venezolana con la de Latinoamérica y el mundo.
8. ¿Crees que la “inteligencia artificial” afectará de algún modo tu quehacer artístico-intelectual?
En definitiva creo que sí. Ya lo está haciendo. Ya veremos cómo nos va con eso.
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